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Muere de hambre una niña siria de 12 años

Muere de hambre una niña siria de 12 añosEfe

Beirut -Imagino que no habrá sido la primera, ni desgraciadamente será la última. Pero me niego a acostumbrarme a una tragedia que se ceba principalmente con los más débiles. Ayer se conoció que una menor, de 12 años, ha muerto por desnutrición en la localidad siria de Madaya, al noroeste de Damasco, asediada desde julio por las fuerzas armadas gubernamentales, según denunciaron ayer activistas del Consejo Local a través de su página en Facebook. La menor, que ha sido identificada como Ola Murad, falleció ayer por la falta de comida y acosada por múltiples enfermedades, como ocurre con otros niños de la ciudad de Madaya.

Miembros del Consejo Local de Madaya aseguraron que habían mantenido contacto con la ONU, la Media Luna Roja y el Comité Internacional de la Cruz Roja para que la niña fuera evacuada e ingresada en un hospital de Damasco, debido a la falta de medicinas y de equipamiento médico para tratarla en Madaya. La respuesta por todas las partes implicadas fueron muchas promesas, palabras bonitas, esloganes políticos, pero al final nadie tomó una decisión que salvará la vida de Ola Murad.

"Habíamos recibido promesas de que Murad sería trasladada fuera de la población. Renació la esperanza en la propia niña y en su familia. Pasaron los días, la situación se agravaba, y nuestras llamadas apremiantes solo recibían palabras vacías. Ola Murad entró en agonía y finalmente falleció ayer. Como es habitual, las promesas no se cumplieron. Al parecer, hay niños de primera, de segunda y posiblemente de tercera, como Ola Murad".

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó ayer efectivamente la muerte de la niña de 12 años en Madaya, originaria de la vecina localidad de Al Zabadani, debido a la escasez de alimentos y de medicinas, sin dar más detalles de esta tragedia humana.

Los observadores occidentales calculan que en la actualidad puede haber unas 40.000 personas, niños, mujeres y hombres, atrapadas en Madaya, sin posibilidad de huir de la ciudad, sabiendo que la muerte les atrapara antes o después aunque sean víctimas inocentes. Mientras tanto Europa se rodea de alambradas, fronteras, reuniones inútiles, tratados y dinero. La Europa solidaria, si alguna vez existió, ha muerto de miedo, de egoísmo, de opulencia, de vergüenza. Algún día, un tribunal independiente, juzgará a esta generación que permitió tamaño genocidio. Nos condenarán por miserables, por rufianes, por amorales.

En abril, el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, reveló que no se había podido evacuar a 500 enfermos de Madaya y de otros lugares asediados como Zabadani, Fua y Kefraya. "El Gobierno sirio puso como condición que las evacuaciones fueran recíprocas, de un bando y del otro. Un canje miserable e inhumano".