donostia - ¿Confía en el perfluoroctano que se perfila como el causante de trece cegueras en Euskadi?
-Por supuesto. Trabajé un año en Nueva York con la persona que patentó el producto e hizo la primera aplicación en oftalmología. Es un producto que ha salvado millones de ojos en el mundo en estos últimos 30 años. Nos ayuda mucho sobre todo en las cirugías complejas de la retina. Y es absolutamente inocuo. Lo que ha sucedido no tiene nada que ver con este producto.
¿Con qué tiene que ver entonces?
-Tiene que ver probablemente con excipientes químicos que se relacionan, o con su síntesis, o con el proceso de preparación de las jeringas y los tubos en los que va contenido.
¿Es atribuible a lotes defectuosos?
-Sí, los que estaban afectados eran lotes específicos. Lo que quiero decir es que el producto en sí mismo es bueno, se ha usado muchos años y se va a seguir utilizando. Pero probablemente en el proceso de la síntesis de algún lote se ha producido un defecto y se ha colado un producto químico secundario que ha sido el causante de estos problemas de ceguera.
Las personas afectadas se habían sometido a una cirugía para la reaplicación retiniana. ¿Es una intervención especialmente compleja?
-Sí, son operaciones complejas en casos que son graves y que requieren de un cirujano con experiencia.
Osakidetza aseguró ayer que no obedece a ninguna mala práctica profesional.
-No, claro que no. Me interesa destacar esto porque nuestro centro lo visitan 40.000 pacientes al año y me interesa aclarar que nosotros gracias a Dios no hemos tenido ningún caso. Usamos este producto pero tenemos otros proveedores. El drama aquí es la toxicidad que se ha producido y el sufrimiento de los pacientes que pierden la visión. Eso es lo más grave, pero hay que tener en cuenta que hay unas víctimas secundarias, los médicos y los centros en los que se ha aplicado.
El producto que se ha revelado como tóxico ¿pertenece a una marca muy utilizada?
-Es una marca que no es especialmente conocida en oftalmología pero también es un producto que no es especialmente popular. Como digo, se usa para determinados casos complejos y lo utilizan determinados cirujanos. Probablemente, de cada diez oftalmólogos, use el perfluoroctano uno solo. El que es especialista en esa operación y en ese tipo de pacientes. En este caso es un defecto propio del producto que está producido en otro país, concretamente Alemania, e importado.
Usted aboga por desdramatizar estos casos aún dentro de la gravedad que suponen.
-Desde luego. Hay que dejar muy claro que en toda Europa existen unas reglas extraordinariamente estrictas para la aplicación y el manejo de todos los fármacos que usamos y de todos los instrumentos quirúrgicos. En este sentido, quiero transmitir total tranquilidad. Estas cosas son extraordinariamente raras, pero a veces pasan.