donostia - “Es algo seguro, eficaz, y conveniente para estas personas. Creo que nos tenemos que aprovechar del sistema de salud, que nos ofrece esta posibilidad”, defendió ayer Javier Herranz, médico de familia en el Centro de Salud de Ondarreta, en Donostia, durante el primer día de campaña de vacunación contra la gripe en Euskadi.
Se acerca el invierno, y con él este virus, que se vuelve especialmente peligroso para la “población diana”, un colectivo compuesto por los mayores de 65 años, las personas con enfermedades crónicas, como diabetes o broncopatías; gente con problemas de corazón o de riñón, las embarazadas, los profesionales sanitarios y los trabajadores sociales. Y para protegerlos, el Gobierno Vasco puso en marcha ayer la tradicional campaña de vacunación.
Al centro médico de Ondarreta acudieron a primera hora los más concienciados. Se trata de uno de los ambulatorios más grandes de Donostia, por el que pasaron cerca de 4.500 personas para inmunizarse el año pasado. No obstante, según apuntó el doctor Herranz, esta cifra “linda los objetivos” de lograr vacunar al 65% de estos colectivos vulnerables, que se sitúa en 380.000 vacunas en la CAV. De hecho, Herranz aseguró que todavía hay personas que no acceden a vacunarse aún estando dentro de esa población vulnerable. “La gripe es una enfermedad que en una persona joven, o que no tenga enfermedades, suele ser banal. Pero para estas personas que entrañan un grupo de mayor riesgo puede dar lugar a hospitalizaciones, neumonías y hasta la muerte”, advirtió. De hecho, en la última temporada epidémica fallecieron 17 personas hospitalizadas en Euskadi.
Por ello, de cara a quienes no quieren vacunarse, insistió en que la seguridad de esta medida “está contrastada”. “Hay datos que demuestran que las reacciones adversas medianamente graves son poquísimas. El beneficio es importante, y ante un sistema sanitario que ofrece la posibilidad de prevenir algo, parece absurdo no aceptarla”, recalcó,
También enumeró los beneficios del pinchazo: “Evita o minimiza la enfermedad en torno al 80% de la población sana. Y en personas mayores, se sabe que reduce en un 50% las hospitalizaciones y alrededor de un 80% la mortalidad”. La eficacia “está fuera de duda” y gracias a esta inyección “se consigue proteger a la mayor parte de la población”. Aún así, sigue siendo “difícil” conseguir cifras de cobertura superiores a las que se manejan en la actualidad.
Xabier Sanz, enfermero supervisor del mismo ambulatorio, está al pie del cañón en la consulta y trata directamente con los pacientes. Así, ayer aseguró que el colectivo, dentro de los grupos de riesgo, que menos suele acudir a esta llamada son los pacientes con problemas respiratorios, como los que padecen Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, y las personas diabéticas. A pesar de que deben asistir periódicamente al centro de salud para controlar su patología, “todavía no han aprendido que sería interesante para ellos ponerse la vacuna”, manifestó. El riesgo es evidente en el caso de padecer problemas respiratorios. Y en la diabetes, la gripe puede variar la situación basal del enfermo, “descompensando” el nivel de azúcar.
En cambio, las personas mayores son las más concienciadas, y “vienen sin ir a buscarlos”. Las mujeres embarazadas o los pacientes inmunodeprimidos también responden bien a la campaña. De hecho, Sanz reveló que varias personas reservaron cita el pasado viernes “para vacunarse los primeros hoy (por ayer)”.
Todavía hay tiempo para combatir a la gripe, hasta el día 30 de noviembre, cuando finaliza esta campaña que ha tenido un coste de 1,2 millones de euros.