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La testigo que alertó a la Ertzaintza: “Oí gritos de angustia y llamé al 112”

Prorrogan dos años la prisión del falso shaolín en la segunda jornada del juicio

La testigo que alertó a la Ertzaintza: “Oí gritos de angustia y llamé al 112”EFE

bilbao - La testigo gracias a la cual se destaparon los dos asesinatos del falso shaolín Juan Carlos Aguilar relató ayer que transitaba por una calle de Bilbao, el 2 de junio de 2013, cuando oyó gritos de socorro y vio a una mujer negra “con la angustia en la cara” tras el cristal de la puerta de un local. “Entonces vi a un hombre que la arrastró hacia dentro; en ese momento no había nadie más en la calle”, explicó durante su declaración en la segunda sesión del juicio contra el falso monje que se celebra en la Audiencia de Bizkaia.

Al cabo de pocos minutos llegaron varias patrullas de la Ertzaintza que intentaron sin éxito que les abrieran la puerta. Los agentes tuvieron que forzar una verja y tres cerrojos para conseguir acceder al interior, que era un gimnasio de artes marciales regentado por el acusado. Una vez dentro se encontraron con Aguilar, sudado y con el torso desnudo, y “escondida” bajo una lona localizaron a la ciudadana nigeriana Maureen Ada Otuya, inconsciente y con bridas, cinco vueltas de cuerda y cinta americana en el cuello. También estaba atada de manos y pies, según relató el ertzaina instructor del atestado en la sesión de ayer.

Presentaba la cara ensangrentada y signos de violencia. Esta mujer, de 29 años, y que ejercía la prostitución, fue trasladada en coma al Hospital de Basurto, donde falleció tres días después. El acusado había contactado doce horas antes con ella y desde entonces la mantenía retenida en el gimnasio. Solo en un momento dado pudo escabullirse y pedir socorro. Según la declaración del agente, en el local también encontraron siete bolsas de basura con restos humanos, entre ellos una cara “destrozada”, dos pies, una pelvis y dos prótesis de silicona. Estos restos pertenecían a la otra víctima, la colombiana Jenny Sofía Rebollo, de 40 años, a quien había asesinado el día anterior.

El instructor relató también que, en un primer momento, Aguilar reconoció que las había matado y se justificó con la excusa de que tenía un tumor en la cabeza, lo que le provocaba “sensación de borrachera, con lagunas y flashes” en la memoria. También indicó que en el local encontraron fotos y vídeos de otras siete mujeres y que en estas imágenes, aparecían inconscientes, medio desnudas, con ropa erótica, y en algunas ocasiones manteniendo relaciones sexuales. Declaró que hablaron con algunas de ellas, ya que sus números de teléfono constaban en el móvil del acusado y que se reconocieron en las fotos y vídeos.

La Fiscalía califica estos hechos como dos delitos de asesinato con alevosía por los que pide un total de 40 años de cárcel, mientras que las acusaciones particulares y populares aprecian el agravante de ensañamiento y piden 45 años de prisión.

evitar la fuga En un auto fechado ayer, la Audiencia de Bizkaia acordó prorrogar dos años más la prisión provisional de Juan Carlos Aguilar ante la gravedad de los delitos de asesinato que se le imputan y para evitar el riesgo de fuga del acusado, que ha admitido los hechos. La prórroga había sido solicitada por las acusaciones particulares y la acusación popular, mientras que la defensa del acusado no ha expresado oposición alguna.

El tribunal decidió prolongar su situación de prisión provisional una vez concluya el período inicial de dos años que se acordó el 2 de junio de 2013, al estar próxima su conclusión, sin que hasta la fecha haya finalizado el enjuiciamiento de Aguilar y sin que se haya dictado sentencia.

Al término de la sesión de ayer, el letrado que representa a Ada Otuya, José Miguel Fernández López Uralde, manifestó en declaraciones a los periodistas que considera que el fiscal está “cumpliendo” su trabajo, pero añadió que le “gustaría” que “deje a los demás hacer el suyo y que la labor de defensa la haga el abogado de la defensa”.

El abogado que representa la acusación particular en nombre de Jenny Sofía Rebollo afirmó, por su parte, que no se ha podido determinar cómo mató el acusado a Jenny, ya que la descuartizó, y aseguró que este caso “es una película de terror, pero en la realidad”. - Efe