El nuevo perfil de la ludopatía en Gipuzkoa tiene menos de 25 años
Estudiantes universitarios reciben dos de cada diez tratamientosLas apuestas deportivas se convierten en la puerta abierta a esta patología invisible
donostia - Comienza como un juego entre amigos, un entretenimiento perverso del que aflora una adicción en soledad. Las apuestas deportivas han empezado a causar estragos entre un sector de población joven que, por diferentes motivos, se muestra más vulnerable a esta tipología de juego. El descenso de la edad es muy acusado. Tanto es así, que dos de cada diez nuevos tratamientos por ludopatía en Gipuzkoa van dirigidos actualmente a estudiantes universitarios menores de 25 años, según la información facilitada a este periódico por la asociación referente en el territorio en la atención a estas adicciones.
El futuro no se muestra precisamente halagüeño. “Con el bombardeo publicitario de apuestas al que estamos asistiendo, esto va a ir a más”. La memoria de 2014 de la Asociación de rehabilitación de adicciones psicológicas, Ekintza Dasalud, refleja un aumento progresivo de quienes precisan ayuda. Según el documento al que ha tenido acceso NOTICIAS DE GIPUZKOA, el año pasado llegaron a la asociación 83 nuevos pacientes, el 22% de ellos menores de 25 años, lo que supone un incremento del 6% con respecto a 2013. “Es una realidad que va en aumento año tras año. A la hora de trazar este nuevo perfil emergente, las apuestas deportivas y los estudios universitarios van de la mano”, precisa Garbiñe Jaureguialzo, psicóloga de la asociación guipuzcoana.
del fútbol a los galgos Son chavales que se iniciaron con su cuadrilla en lo que no era más que un entretenimiento. Una alternativa de ocio que procuraba un dinerillo cuando ganaba su equipo de fútbol. Pasado el tiempo, la sigilosa enfermedad comienza a expandirse dejando huella. De este modo, lo que era un juego en cuadrilla se convierte en una impulsiva secuencia de apuestas, sin criterio ni distinción. Lo mismo dan carreras de galgos que cualquier otra modalidad deportiva. El objetivo es jugar. “Se deja entonces atrás la cuadrilla, porque cuando comienza a haber un problema, es muy habitual aislarse. Cada vez se le dedica más tiempo al juego, y deja de ser una actividad pública. Es entonces cuando se comienza a jugar en soledad, frecuentemente, frente al ordenador de casa”, detalla la experta.
Como estudiantes que son, no cuentan con recursos suficientes para mantener ese volumen de gasto, y son los padres quienes acaban dando el primer paso para poner a sus hijos en tratamiento después del agujero económico que han dejado en casa.
Explican desde la asociación, que suele ser frecuente, que el hijo haya sustraído alguna tarjeta bancaria con la que procurar el dinero. “Normalmente vienen aquí acompañados porque todavía viven en casa de sus padres. Ha desaparecido el dinero, y son los padres quienes nos llaman. Los chavales no suelen tener conciencia del problema, y llegan a la terapia impulsados por ellos”.
La actitud remisa de los chavales suele cambiar cuando comienzan a asistir a las terapias. Detallan desde Ekintza Dasalud que en un principio “se ven fuera de lugar”, con la sensación de estar en el sitio equivocado. “Lo viven así, pero a su vez se dan cuenta de que se han ido distanciando de los amigos. La cuadrilla sigue apostando, pero lo hace de un modo esporádico mientras ellos no pueden quitarse el juego de la cabeza. En ese sentido, los grupos de autoayuda son muy importantes. Es a partir de ahí cuando muchos comienzan a darse cuenta del problema en el que se han metido, y quieren salir de él”, explican desde Ekintza Dasalud.
varias tipologías de juego La asociación atiende actualmente a unas 180 personas, de las que 83 se sometieron a tratamiento el año pasado por primera vez. Pero no solo la juventud cae en las garras de las apuestas.
Si hasta hace dos años los pacientes que pedían ayuda lo hacían por su adicción a un tipo de juego, ahora se constata que un 17% de los nuevos tratamientos, dirigidos a personas de entre 36 y 45 años, van a dirigidos a personas atrapadas en más de una modalidad. “Las máquinas tragaperras eran su perdición y, después de hacer un esfuerzo por dejarlas, acaban enganchados a las apuestas deportivas, a las que no ven con tanto peligro”.
La duración del tratamiento es variable. Explica Jaureguialzo que si los pacientes acuden a la terapia “con motivación y sin haber dejado transcurrir demasiado tiempo”, en un año puede recibir el alta, si bien no más que una estimación. Hay personas que requieren mucho más tiempo de atención.
De media suele hablarse de dos años de atención, un periodo de tiempo durante el cual la sociedad no lo pone precisamente fácil. “Ellos mismos nos dicen que cuando están viendo un partido de fútbol en la televisión, ven al mismo tiempo información de todo tipo en la que se anima a hacer apuestas. Es algo muy frecuente. La publicidad de juego en televisión es constante. Hay usuarios que nos dicen verse obligados a quitar el partido”.
En ese sentido, para la psicóloga fue sorprendente la emisión de la gala de los Premios Goya. “Dos días antes, viendo el anuncio por televisión no me lo podía creer. Anunciaban que por primera vez podías apostar por la película ganadora, la actriz o el actor que se iba a llevar el premio. Me resulta sorprendente que algo como el cine, que pertenece al ámbito de la cultura y que no tiene esa connotación de juego, acabe convertido en un espectáculo así”.
No es extraño, dice, que haya un número creciente de jóvenes enganchados. ¿Y por qué caen unos y otros no? No hay una respuesta única. “Las personas más vulnerables, con algún problema de relación y dificultades en los estudios o en casa son los más propensos. Pero son múltiples factores. Además, está muy presente la ‘suerte del principiante en el juego’. Cuando obtienes un premio arriesgando poco dinero, te quedas con las sensación de premio fácil, algo que engancha, aunque siempre dependerá del rasgo de cada persona, de su sentimiento de soledad”.
Nuevos pacientes. Durante el año 2014 acudieron a la Asociación 83 nuevos pacientes, lo que supuso un incremento del 6% con respecto al año 2013. Asimismo, siete familiares solicitaron información para el tratamiento de las adicciones sin sustancia de la persona afectada que se negaba a acudir a terapia.
Sexo. En relación al sexo, de los 83 pacientes nuevos, el 14% son mujeres y el 86% hombres. Este dato se mantiene estable con respecto al año anterior.
por edades. Se sigue registrando un descenso con respecto a años anteriores. Dos de cada diez son menores de 25 años. El mayor porcentaje de usuarios, el 31%, tiene una edad comprendida entre los 26 y 35 años.
Tiempo de dependencia. El periodo transcurrido hasta que las personas afectadas buscan ayuda se ha reducido. La mayoría de los pacientes, un 36%, tardan entre uno y 5 años en buscar ayuda, seguido de un 24% que tardan entre 6 y 10 años. El porcentaje de personas que tardan entre 11 y 20 años se sitúa en un 16%, el mismo que aquéllas que acuden antes de un año a pedir ayuda.
Intentos de dejar la adicción. De las personas que acudieron a Ekintza Dasalud en el año 2014, un 91% habían intentado previamente abandonar la conducta del juego. De éstas, un 31% con ayuda profesional y un 60% lo había intentado por sus propios medios, sin ayuda terapéutica alguna. El 9% de las personas afectadas es la primera vez que intentaban superar la adicción.