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Tensa espera en el IMH

Tras tener conocimiento del accidente de Eibar, los compañeros de clase de los accidentados permanecieron en vilo hasta que se confirmó el fatal desenlace

Tensa espera en el IMH

La familia que conforman los estudiantes, profesores y trabajadores del Instituto de la Máquina-Herramienta de Elgoibar difícilmente olvidará la angustiosa y trágica mañana de ayer. Sobre todo los compañeros de clase de los tres alumnos de tercer curso de la Escuela Universitaria de Ingeniería Dual que se vieron implicados en el accidente mortal registrado en la variante de Eibar y, especialmente, los compañeros y amigos con los que Eduardo, Alberto e Iker compartieron desayuno en el Complejo Educativo de Eibar; el lugar en el que estaban alojados y desde donde salieron con destino al IMH antes de sufrir el fatal accidente.

De hecho, algunos de esos compañeros de clase partieron hacia el instituto elgoibartarra al mismo tiempo que los jóvenes que viajaban en el vehículo siniestrado. Circulaban por delante del coche en el que iban Eduardo, Alberto e Iker cuando escucharon un estruendo que no supieron identificar. Así, minutos antes de las 9.00 horas llegaron hasta el IMH, donde permanecieron a la espera de que llegaran sus amigos.

Sin embargo, estos no acababan de llegar, por lo que el nerviosismo comenzó a hacerse patente en el aula. Más aún después de que en las ediciones digitales de los diarios del territorio empezaron a aparecer las primeras informaciones que hacían referencia al fatal accidente registrado a la altura del primero de los dos túneles de Itzio que el conductor se encuentra en la variante eibarresa cuando circula en sentido a Donostia.

En poco tiempo se hicieron realidad los peores augurios y, aunque aún no había llegado una notificación oficial que confirmara que las personas implicadas en el siniestro de Eibar eran los jóvenes estudiantes, para las 11.00 horas los responsables del IMH decretaron la suspensión de las clases; tanto de la Escuela Universitaria de Ingeniería Dual como de los Ciclos formativos.

A partir de ahí, los compañeros de los jóvenes accidentados se reunieron en el exterior del edificio escolar a la espera de una confirmación que nunca hubieran querido escuchar. Pero llegó. Los implicados en el siniestro eran sus amigos. Dos de ellos habían fallecido y el tercero se encontraba en estado crítico.

Con lágrimas en los ojos, profesores y alumnos compartieron su dolor por la tragedia hasta que llegado el mediodía poco a poco fueron abandonando el centro educativo para regresar a sus casas. No tenían en sus manos nada que pudieran hacer para revertir la desgraciada situación.

Entre el profesorado también fueron muchos los que recordaron que el pasado año otro alumno del centro falleció en accidente de tráfico.

Un apasionado de los coches y la naturaleza. Nacido hace 23 años en la localidad riojana de Calahorra, Eduardo Piñol Merino era un joven apasionado tanto de la mecánica del automóvil como de los vehículos deportivos y las carreras automovilísticas. Además, le gustaba disfrutar del contacto con la naturaleza en compañía de sus amigos; con los que compartía actividades como el esquí, el campismo o el ciclismo de montaña. Foto: Facebook

De familia pelotazale y bertsolari. Alberto Soto Ezkurdia, de 23 años, del barrio de Iturrama de Pamplona, con orígenes en Irurre, de donde procede su padre, y con arraigo en Gorriti, de donde es natural su madre, era el pequeño de dos hermanos -el reconocido bertsolari Julio Soto- y tenía pareja. Estudió en la Ikastola San Fermín y jugó como pelotari en el Oberena. Es primo del delantero de Arbizu Joseba Ezkurdia y sobrino del remontista Ezcurdia II. Foto: Facebook