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El navarro Roberto Lanz captura el primer salmón en el Bidasoa

El 'lehenbiziko', un ejemplar salvaje sin marca de la piscifactoría, pesó 4,260 kilos Como en las últimas temporadas, el restaurante donostiarra Rekondo compró la pieza por 1.700 euros

El navarro Roberto Lanz captura el primer salmón en el BidasoaOndikol

Endarlatsa. La tercera temporada de pesca sostenible de trucha y salmón en los ríos navarros comenzó ayer. En el caso del Bidasoa, río salmonero por excelencia, gran cantidad de pescadores lanzaron la caña desde primeras horas de la mañana para capturar el primer ejemplar, el Lehenbiziko, que se hizo esperar algo más de lo habitual que en las últimas temporadas, ya que el navarro Roberto Lanz López, vecino de Orkoien, de 36 años, tras unos cuantos turnos sin suerte, logró pescar a cucharilla el primer salmón de la temporada sobre las 15.20 horas, en el pozo conocido de los Cincuenta.

El afortunado compartía turnos de pesca con su amigo Gorka Gonzalez Etxarri, de Arre, cuando enganchó el salmón. Habían llegado hacia las 5.00 hora a Endarlatsa, "y para entonces había 11 coches y los pescadores esperando turno". De hecho, aunque la veda de pesca no se abría hasta el amanecer, ya desde la medianoche los pescadores se acercaron a Endarlatsa a coger el turno. Un turno de 20 minutos por pescador y zona de pesca, que es cumplido a rajatabla por los habituales en el río, aunque Roberto Lanz reconocía que había tenido suerte, ya que "un pescador nuevo en el Bidasoa, que no conocía las reglas, se nos ha colado, y ha lanzado en nuestro turno, pero no ha conseguido pescar. Posteriormente, nosotros lo hemos hecho en su turno y he tenido la suerte de sacar el Lehenbiziko", recordaba nervioso.

su tercer salmón Roberto Lanz lleva unos ocho años acudiendo al Bidasoa y el de ayer fue su tercer salmón. "El año pasado no saqué ninguno, aunque rompí la caña con dos salmones, y hace dos temporadas saqué dos, aunque nunca había logrado pescar el primero, con muchos nervios, tras una pelea dura, porque se metía en la corriente. Pensábamos que era más pequeño, no me fiaba mucho de mi propio hilo y lo he tenido que pelear, sí". El ejemplar, una hembra que pesó 4,260 kilos y tenía una longitud de 74 centímetros, era salvaje, ya que no presentaba ni la aleta adiposa cortada ni el microchip con los que marcan a los ejemplares procedentes de la piscifactoría de Oronoz-Mugaire.

Como viene siendo habitual las últimas temporadas, la pieza la adquirió Txomin Rekondo, del restaurante Rekondo de Donostia, por 1.700 euros. Rekondo, además de restaurador, es un conocido pescador de salmón en el Bidasoa. Una bonita cantidad que probablemente permita a Roberto Lanz volver al río Sella, en Asturias. "Un año fui tres veces al Sella, me gusta mucho, pero económicamente ahora mismo no me lo podía permitir. Igual, con este premio, toca un viajecito de un fin de semana a Asturias", señaló feliz el pescador del Lehenbiziko tras cerrar el trato.