El fin del mundo se retrasa
Bilbao. NI asteroides gigantes, ni confluencias astrales, ni científicos mayas. Este año la aniquilación también pasará de largo aunque decenas de predicadores y toda una gama de excéntricos frikis, supuestos videntes y oráculos señalen el 21 de diciembre como el último día del calendario. La profecía maya que parecía poner el fin en el 21 de diciembre ha disparado la paranoia social que va en aumento a medida que la fatídica fecha se acerca. La psicosis ciudadana se ha traducido en un fuerte aumento de la construcción de búnkeres en EE.UU., en la venta de bombonas de oxígeno en Rusia o de velas en China para hacer frente a los "tres días de oscuridad tras el Apocalipsis".
Alarmada ante el gigantesco número de cartas recibidas sobre este asunto, la NASA se ha visto obligada a reaccionar. David Morrison, director del Centro Carl Sagan, calificó de "fábrica de mentiras" a todos los mitos acerca del fin del mundo. "El hecho de que el calendario maya culmine el 21 de diciembre del 2012 no significa el fin de la humanidad", manifestó Carl.
Pero el temor generalizado ha obligado a algunas instituciones públicas a tomar cartas en el asunto. Por ejemplo, la alcaldía francesa de Bugarach ha prohibido las masivas visitas al pico de su montaña más alta, donde los seguidores de la New Age aseguran que existe un refugio construido por extraterrestres ante la llegada de la hecatombe. Hasta el Vaticano se ha pronunciado. El Observatorio Astronómico romano se ha sumado a las voces tranquilizadoras sobre las interpretaciones erróneas de los mayas.
En Rusia fue el propio presidente Dmitry Medvedev quien tuvo que lanzar mensajes de calma: "Yo no creo en el fin del mundo", dijo, antes de ironizar aumentando el desconcierto a la población: "Al menos, no este año". Y un diputado ruso ha amenazado a los difamadores con llevarlos a los tribunales. En China, el debate sobre el fin del mundo ha adquirido una dimensión inusitada en las redes sociales. Principalmente en Sina Weibo, la versión china de Twitter en la que están registrados 368 millones de internautas.
La obsesión de la humanidad por poner fecha al fin del mundo no es nueva. La profecía maya, las visiones apocalípticas como las de San Juan o San Malaquías, hasta el Renacimiento con Nostradamus, uno de los profetas más populares del fin del mundo, forman parte de las leyendas que han mantenido en vilo a media humanidad al vaticinar su extinción.
Aunque para la mayoría de la población, las predicciones apocalípticas no son más que desvaríos o el argumento entretenido de una película de Hollywood, algunos se lo toman en serio. "Por lo menos una vez a la semana recibo un mensaje de una persona joven pensando en el suicidio a causa de la llegada del fin del mundo", explicó David Morrison.
Este año, además, el Apocalipsis se ha vuelto muy rentable y avezados empresarios han convertido el augurio en un filón. La profecía garantiza para zonas como Cancún una masiva llegada de turistas, mientras que yacimientos arqueológicos como Chichén Itzá se preparan para la marea de visitantes.
21-12-12El negocio del siglo
Con esta Apocalipsis ¿now?, las empresas de refugios atómicos y búnkeres están haciendo su agosto. En EE.UU., la compañía Northwest Shelter Systems ha confesado que sus encargos han aumentado un 70% en los últimos meses. Sus búnkeres cuestan entre 200.000 y 20 millones de dólares. Lo mismo ha ocurrido con Undergroundbombshelter, una empresa online especializada en refugios portátiles a prueba de bomba y radiación, que ha visto cómo su cifra de negocios crecía un 400% en los últimos tiempos. Y sin irnos tan lejos, en España, la asociación G.S.E 2012 (Grupo de Supervivencia 2012) ha construido un refugio atómico colectivo en la sierra de Madrid gracias a las aportaciones económicas de sus socios.
Todo ello a pesar de que el escepticismo reina entre los expertos. "La predicción maya ha sido un error histórico de interpretación", dice el arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, Orlando Casares. "Para los mayas no existía la concepción del fin del mundo, por su visión cíclica", especifica. "La era cuenta con 5.125 días, cuando ésta acaba, comienza otra nueva, lo que no implica que durante ese momento vayan a ocurrir catástrofes; simplemente los hechos cotidianos, que pueden ser buenos o malos, vuelven a repetirse".
En este sentido, los expertos aportan teorías coincidentes. "No hay nada que hablar de profecías, del 2012 o del fin del mundo. Se trata simplemente de la terminación de un ciclo, lo que los mayas llaman el ciclo largo, de 5.125 años. Es el final de una etapa y el comienzo de otra", comenta Rosario Márquez, profesora de Historia de América.
De hecho, ningún investigador ha encontrado evidencias de que los mayas predijeran este Armaggedon. "Los mayas basaban sus predicciones en su experiencia en acontecimientos pasados", según explica el investigador del CSIC, Manuel Mandianes. "Siglos atrás, por la concordancia de planetas estrellas y otros astros, se habría producido alguna mala cosecha o pestes, por ello los mayas, adivinando que en 2012 probablemente se daría la misma confluencia, profetizaron que se produciría alguna catástrofe", explica.
La NASA también se vio obligada a desmentir otras fatalistas especulaciones en el pasado. Por ejemplo, tuvo que lidiar con el viejo rumor de la colisión de un planeta misterioso en el 2003. Por eso ahora casi se chotea del choque del planeta errante Nibiru con la Tierra, que es ficticio; el cambio de polos magnéticos, lo cual ocurre cada millón de años; así como los "tres días de oscuridad" que no tienen sustento.
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