Donostia. "Se está dando una revolución silenciosa". La constatación de Ibán Yarza procede de su contacto continuo con los consumidores a través de las páginas web El foro del pan y La memoria del pan, así como de los alumnos con los que comparte su pasión por este alimento básico en los numerosos cursos que suele impartir. "Te das cuenta de que hay mucha gente que hace pan en casa. Hasta ahora era gente solitaria, pero ahora existe mucho pan muy malo que ha generado una reacción popular", explica.
Esta tendencia cuenta con gran arraigo en países como Inglaterra y Alemania, donde tienen una larga tradición de repostería casera. "Nos estamos equiparando y hay un movimiento hacia la exploración de esas posibilidades".
Algunas panaderías también se han dado cuenta de esta demanda. No en vano, un total de 15 empresas panaderas presentaron esta misma semana el sello de calidad Pansano, con tres variedades de pan fabricadas de forma tradicional y elaboradas con harinas autóctonas y levaduras de masa madre.
Más de 250 tiendas de Euskadi venderán estos productos que, entre otros beneficios, "contribuyen a la mejora de la salud", según explican sus responsables.Los nuevos panes se pusieron a la venta ayer (sábado) en su variedad Etxeko, aunque en sucesivos fines de semana se sumarán las variedades Omega 3 y Fibra.
La iniciativa cuenta con la participación de 15 empresas panaderas de la Comunidad Autónoma Vasca, entre ellas tres guipuzcoanas. Es el caso de la firma Illargui, cuyo gerente, Alberto Tomé, espera que este distintivo sirva para ofrecer un "sello de garantía" a los consumidores.