Donostia. La crisis también parece estar surtiendo efecto en las adopciones internacionales. El perfil de adoptante se limitó durante el año pasado prácticamente a "funcionarios o titulados superiores", cuando hasta ahora este trámite estaba al alcance de cualquier familia. Así coincidían en señalarlo hace unos días en unas declaraciones recogidas por la agencia Europa Press la psicóloga Lola García, y María Ángeles Amorós, directora de la Entidad Colaboradora de Adopción, Asociación Feyda.

En opinión de Amorós, la inseguridad económica ha frenado las expectativas de las familias al lanzarse a "una aventura que nunca sabes cómo va a salir, y que presenta sus riesgos".

Lo cierto es que son varias las razones que puedan estar marcando esa caída de solicitudes. Por un lado, en los últimos años, los países del Este han ido adaptando sus legislaciones a la UE, y ahora se tiende a fomentar la adopción interna.

Por otro lado, China, el país que más solicitudes de adopción registraba desde Gipuzkoa hace tan solo unos años, ha ido endureciendo sus requisitos de tal modo que ese flujo ha disminuido. Muchas familias solicitantes han visto un freno a sus expectativas desde que las autoridades exigen requisitos como que las parejas lleven dos años casadas, dispongan de estudios mínimos universitarios o ingresos de 10.000 dólares anuales.