Eibar. Agentes de la Ertzaintza y del cuerpo de bomberos de Eibar recuperaron en la mañana de ayer el cadáver de Felipe Ugarteburu, un ciudadano de 59 años nacido en Eibar y residente en la vecina localidad de Ermua que se encontraba desaparecido desde el pasado domingo.

El cuerpo sin vida de este ciudadano, soltero y que residía con su hermana, fue localizado al lado de su vehículo en un terraplén existente al lado de una curva cerrada de la carretera GI-3950, concretamente, en el tramo que discurre entre el alto de Ixua y el eibartarra barrio rural de Aginaga, en el valle de Arrate.

Según informaron fuentes del Departamento de Interior del Gobierno Vasco, el hallazgo del cadáver se produjo hacia las 8.50 horas de ayer en el fondo del citado terraplén, "de unos 100 metros y con una pendiente aproximada del 60% de desnivel".

Felipe Ugarteburu fue visto con vida por última vez en torno a las 9.00 horas del pasado domingo en el restaurante de Ixua, donde realizó una parada antes de desplazarse hasta el caserío familiar de Aginaga. Sin embargo, el malogrado ciudadano no llegó a su destino; una circunstancia que sus propios familiares pusieron en conocimiento de la Er-tzaintza la mañana del lunes y que propició el inicio de una intensa búsqueda por la zona que concluyó ayer de la peor manera posible.

Precisamente, el cuerpo sin vida fue localizado por dos hombres que se encontraban trabajando en una obra en las inmediaciones del caserío de la familia de Felipe, visible desde el lugar del suceso y ubicado a apenas 500 metros en línea recta de la ladera montañosa por la que se precipitó el viejo todoterreno Mitsubishi L-200 (modelo pic-up) del accidentado.

Uno de esos operarios explicó a los medios de comunicación congregados en la zona del accidente que "al bajar por la carretera" vieron que había "varios árboles marcados a la altura de una curva", por lo que detuvieron su vehículo para comenzar a bajar por la ladera, en la que rápidamente pudieron constatar la presencia de "trozos de un coche y varios pinos jóvenes caídos".

Esa circunstancia fue suficiente para certificar que "Felipe estaba ahí abajo", por lo que rápidamente dieron media vuelta y llamaron a los familiares del malogrado ciudadano, que trabajaba por cuenta propia con una excavadora y era muy conocido en la zona.

El ciudadano que consiguió localizar el vehículo accidentado no se atrevió a aventurar las circunstancias que podrían haber provocado el suceso, aunque apuntó a "un posible desfallecimiento, un despiste o un fallo en el coche; más que nada porque no hay ningún rastro de frenada en la curva" desde la que se precipitó el vehículo.

Eso sí, este ciudadano aseguró que "aunque el coche era bastante viejo había pasado la ITV hace apenas un mes".

tres días de búsqueda La aparición del cadáver de Felipe Ugarteburu puso punto final a una intensa búsqueda que se puso en marcha el pasado lunes; poco después de que sus familiares denunciaran la desaparición de este eibartarra en la comisaría de la Ertzaintza.

Todavía sin asimilar el disgusto, la hermana de Felipe, Maite, atendió ayer a los medios de comunicación en el exterior del caserío-restaurante Ixua.

Según explicó, su hermano "salió de casa el domingo por la mañana pero al ver que pasaban las horas y no sabía nada de él intenté llamarle por teléfono".

Como no atendía a las llamadas, "al principio pensé que igual se había quedado sin cobertura, pero al llegar la noche y no tener noticias suyas llamé a mi otro hermano y el lunes por la mañana fuimos los dos y mi cuñada a denunciar su desaparición en la comisaría".

A partir de ahí, familiares y amigos de Felipe iniciaron una intensa búsqueda por las inmediaciones de Aginaga, aunque no fue hasta la mañana de ayer cuando dio resultado.

Maite recibió la noticia de que habían localizado "un rastro" de su hermano en Ixua y "desde un primer momento nos pensamos lo peor"; algo que pudo constatar minutos después al desplazarse hasta la curva desde la que se precipitó el coche de Felipe.

Poco tiempo más tarde efectivos de la Ertzaintza y del cuerpo de bomberos de Eibar se trasladaron hasta el enclave donde, ayudados por cuerdas, procedieron a la retirada del cuerpo sin vida del ciudadano accidentado.

Para ello, tuvieron que emplearse a fondo, toda vez que lo abrupto del barranco impedía cualquier posibilidad de acercarse al cadáver con ningún tipo de vehículo motorizado.

Una vez finalizadas esas labores, el cuerpo fue trasladado al servicio de Patología forense de Donostia, donde se le realizará la autopsia.

Por su parte, la Ertzaintza ha abierto una investigación para tratar de esclarecer las circunstancias del fatal suceso.