En libertad el hombre que atracó una sucursal de Usurbil
El detenido declaró ayer tras pasar a disposición judicialEl hombre se entregó a la Ertzaintza después de intentar el asalto y retener a dos personas
Donostia. El vecino de Usurbil que el pasado viernes protagonizó un intento de atraco en una sucursal financiera de esta localidad quedó ayer en libertad después de pasar a disposición judicial y de que se le tomara declaración, según confirmaron a este periódico desde el Departamento vasco de Interior.
Cabe recordar que el atraco tuvo lugar por la mañana en una sucursal de Caja Rural de Navarra, situada en el número 4 de la calle Zubiaurrena, donde un hombre mantuvo retenidas a dos personas durante hora y media, antes de entregarse a la Ertzaintza.
La Policía vasca había recibido un aviso de la central de un servicio de alarmas que decía que un posible atraco se estaba cometiendo en la citada entidad financiera, en la que un hombre, presumiblemente armado, había retenido a una trabajadora y un cliente. Varias patrullas, así como un mediador policial, se desplazaron hasta la sucursal y comprobaron que dentro se encontraba un hombre con la cara cubierta y que empuñaba una pistola, por lo que procedieron a acordonar la calle para evitar incidentes.
Al darse cuenta de que había sido descubierto, el supuesto atracador accedió a hablar con el mediador de la Ertzaintza, quien se sirvió de la colaboración de la compañera sentimental de este para avanzar en la negociación.
"Estaba muy nervioso y me ha comentado que no tenía nada que perder y estaba dispuesto a cualquier cosa. Lo importante era entablar contacto porque en esos primeros momentos no sabes qué va a pasar o, incluso, si te va a colgar el teléfono. A partir de ahí he podido intervenir un poco, ganarme su confianza y sacar toda esa información que me ha dado la mujer, durante una conversación medianamente normal. De ahí hemos pasado a unos compromisos por su parte que estaban claros: no hacer daño a los rehenes, dejar el arma y entregarse. Y, por nuestra parte, le he dicho que íbamos a hacer una detención discreta, aunque él pedía más cosas que no debo decirlas por discreción profesional", comentó el agente intermediario en una entrevista a este periódico.
"Le he dicho que íbamos a preparar su salida, que dejase el arma y que íbamos a acercar el coche policial. Era un poco reticente en un primer momento, no me decía que sí. Y yo me quería ganar su sí. Al final me ha dicho: vale", añadió en relación a cómo había proseguido la conversación mantenida.
Tras más de hora y media de tensión, finalmente, el presunto atracador acabó entregando el arma, que resultó ser una pistola de balines, y los agentes allí presentes lo arrestaron, pudiendo liberar a los dos rehenes, a los que previamente había obligado a encerrarse en uno de los cuartos de baño de la sucursal.
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