Autorizan desenterrar la tumba de un bebé presuntamente robado en Bilbao
Una mujer sospecha que los restos del niño que dio a luz en 1993 no está allíRuth P. tenía 18 años cuando le comunicaron que su bebé había nacido muerto
Bilbao. Tenía 18 años cuando dio a luz. Era un niño; ella lo escuchó llorar y gimotear en el paritorio de la clínica Virgen Blanca, en la capital vizcaina. Desde ese momento, la vida de Ruth P. cambió. Corría el año 1993 y, desde entonces, no ha pasado ni un solo día sin recordar los detalles de lo ocurrido ese día y los posteriores. Le dijeron que su bebé había fallecido debido a una enfermedad poco frecuente, sobre todo en su caso.
Allí, junto al dolor de una joven madre soltera, nacieron las dudas que en este tiempo han crecido hasta convertirse en desconfianzas después de haber descubierto numerosas irregularidades que hubo en aquella desdichada e imborrable jornada; por ejemplo, que en el registro conste que tuvo una niña.
Será hoy, 18 años después, cuando Ruth P. pase por el amargo trance de desenterrar el ataúd, en busca de la verdad merced a la autorización de la Fiscalía para proceder a la exhumación. "La Justicia le da la razón. Algo habrá visto para autorizarlo", expresaba Palmi Fernández, portavoz de SOS Bebés Robados-Bizkaia.
Lo cierto es que la declaración de los hechos denunciados se produjo hace una semana en los juzgados de Bilbao. Se trata de la primera operación de estas características que se realiza en el territorio como respuesta a una demanda por el presunto robo de bebés.
Lo cierto es que ni ella ni su familia vieron el cuerpo del pequeño en el cementerio. "Solo vieron enterrar un trapo de color verde. No saben qué había dentro…" intensifica en su lamento Fernández. "Fue hace dos días como quien dice; casi no lo has asumido y…", persevera al tiempo que confía en que esta "importante" resolución judicial despeje todas las sospechas porque, como argumenta, "restos tendría que haber".
En el caso de hallarse alguna prueba de ADN será necesario cotejarla con la huella genética de su madre y comprobar si hay coincidencia. Pero si, como sospechan, no hay restos o las muestras que puedan recoger no encajan con el árbol genealógico de Ruth, el siguiente paso que se dé sentará ante los tribunales a los firmantes de las actas de defunción y demás personas implicadas en este proceso. "Habrían incurrido en un delito tremendo", despacha la portavoz de SOS Bebés Robados-Bizkaia.
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