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Altos vuelos sobre Manhattan

El beasaindarra Iñaki Arizmendi triunfa en la gran manzana con una empresa de viajes y otra de vuelos en helicóptero

Altos vuelos sobre ManhattanFoto: i.s.

IÑAKI Arizmendi (Beasain, 1951) estudió hostelería "con Karlos Arguiñano, Pedro Subijana, Ramón Roteta…", pero le atraía más el turismo. Además, se ahogaba en Donostia. "Necesitaba algo…". Continuó con sus estudios de turismo en Madrid, viajó por Irlanda, Bélgica, Inglaterra y México, entre otros países, y en 1990 aterrizó en Nueva York con la intención de convertir en realidad el denominado sueño americano.

En septiembre de aquel mismo año fundó su primera empresa. "Se llama 5A Incentive Planners. Al principio era una agencia de viajes al uso, pero con los años nos hemos especializado. Nos movemos por todos los EEUU, y organizamos viajes de incentivos para empresas". Arizmendi es el presidente.

Pero también está vinculado a otra en la que ejerce de vicepresidente. Se llama Manhattan Helicopters y empezó a volar hace cinco años. "Ofertamos paseos en helicóptero. Yo diría que el impacto que causa volar sobre Manhattan es tan grande, que después de una semana en la ciudad, lo que vas a recordar siempre son las imágenes que has visto desde el helicóptero. No tengo dudas", afirma sin pestañear, mientras apura, con tranquilidad, el vino blanco que ha pedido en el Riverside Cafe, debajo del puente de Brooklyn. Hombre resuelto, empresario exitoso, disfruta de la vida en Nueva York. "No hay una ciudad igual. Tiene algo que ninguna otra posee. Pero creo que más que la ciudad es la gente".

Dificultades en el camino

Lidiando con la crisis, los golpes de la vida y el 11-S

Y con esa gente ha tenido que lidiar a lo largo de los últimos 20 años. Arizmendi asegura que hoy en día sería "un suicidio" montar una empresa como la que creó en los años noventa, "porque todo está en la red". Por eso, como los tiempos cambian, él también ha tenido que "reenfocar" el negocio. Y en el camino se ha enfrentado a dos crisis. A pesar de ello, lo que casi le hizo renunciar a su sueño americano fue la muerte de su esposa, en 1998. "Un cáncer se la llevó. Ha sido el único momento en el que pensé en volver. Con tres niños pequeños… Aquello era una mesa con tres patas. Pensaba que no tenía mucho sentido continuar con el sueño americano", rememora. Volvió a Donostia, pero a los 20 días estaba de regreso en Nueva York. Años más tarde, la tragedia del 11-S también se cebó con el sector turístico. "Fue fulminante. Tenía más de 20 empleados, y en seis meses me quedé con uno. No sonaba ni el teléfono", afirma, pero su oferta siguió calando en la sociedad estadounidense.

5A Incentive Planners ofrece servicios a las empresas. "Se dieron cuenta que lo que más motiva a sus trabajadores es un viaje. Y si ese viaje es la ostia, pues más", manifiesta el beasaindarra. Según Arizmendi, el objetivo es hacer "cosas únicas, originales, tan especiales, que no estén en ninguna guía, que ningún particular las pueda hacer". ¿Qué es original? "Por ejemplo, hace poco estuvimos en Alaska. Íbamos en avionetas pequeñas, y aterrizábamos en los glaciares del monte McKinley", ejemplifica.

La entidad ofrece viajes por todo el país, pero estando en Nueva York, hay una actividad que vale la pena citar. "Tenemos pensado navegar por el Hudson en barcos, con una buena cena incluida, e incorporar, sorpresivamente, dentro del barco, un espectáculo de Broadway". Sorpresa que también causa un vuelo en helicóptero. "Yo tenía pasión por volar, y aprendí a pilotar. Usábamos helicópteros para nuestros clientes, y pensé que podíamos poner en marcha una empresa propia", recalca. Por un paseo de 15 minutos, cada persona debe de pagar 195 dólares (unos 135 euros). Suena caro. "Bueno… Puedes sobrevolar Bilbao, La Vegas, Madrid… Pero la sensación de volar por encima de una ciudad tan alta es inolvidable", asegura.

A pesar de estar al mando de dos empresas, no se le ve demasiado estresado. "En esta ciudad tienes de todo para desestresarte. Se gana dinero, sí, pero tienes dónde gastarlo". Dice que en el futuro se ve pasando la mitad de su tiempo en Donostia. "Con mi familia, mi cuadrilla, mi playa, mis cenas…". Mientras, continuará alimentando su otro sueño, el americano.