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Mikel Urquijo dimite como director de la agencia Unibasq por la injerencia de Celaá

Ha enviado una carta a miembros de la agencia de evaluación explicando su marchaEste organismo se encarga de constatar la calidad del sistema universitario vasco

Bilbao. Mikel Urquijo ha dimitido como director de la Agencia de Evaluación de la Calidad y Acreditación del Sistema Universitario Vasco (Unibasq) debido a las injerencias del Gobierno Vasco en la labor de la Agencia. El que estaba llamado a garantizar la independencia de la renovada Agencia de la influencia del Departamento de Educación y las universidades ha puesto su cargo sobre la mesa, precisamente por la intromisión de quien le aupó al puesto en aras de acabar con esas fuerzas exógenas. Pero las renuncias no acaban con Urquijo, mano derecha de la viceconsejera de Educación, Marisol Esteban, cuando ésta emprendió la carrera por el rectorado de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), pugna que perdió frente a Iñaki Goirizelaia. También ha dimitido el último fichaje de la Agencia, Pedro Miguel Apodaca, catedrático de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación (UPV/EHU), como secretario de la Comisión de Expertos de Unibasq.

Tal y como ha podido saber este periódico, la renuncia de Urquijo se hizo oficial en el último Consejo de Administración de Unibasq, celebrado la semana pasada. Y fue la consejera de Educación, Isabel Celaá, y no el propio interesado quien informó a los miembros del Consejo sobre la dimisión del director. La versión oficial de tan inesperada decisión fue que Urquijo abandonaba el cargo después de haber cumplido los objetivos, entre los que se incluye la labor de evaluar la labor del personal docente e investigador de la UPV/EHU para la consecución de los pluses salariales que complementan su sueldo base. Ésta es al menos la explicación que Celaá ofreció a los miembros del Consejo, según fuentes consultadas. Sin embargo, los motivos de esta dimisión distan bastante de la versión institucional, edulcorada incluso, esgrimida por la consejera. Y es que, Miquel Urquijo habría enviado a varios miembros de Unibasq una carta antes del día del Consejo en la que explicaba las verdaderas razones de su renuncia. Según fuentes conocedoras del contenido de esta misiva, el ya exdirector de Unibasq relata a sus compañeros que deja el puesto debido a las continuas interferencias del Gobierno Vasco en el camino por lograr la independencia. Esta explicación deja más que en evidencia las palabras expresadas por Celaá cuando anunció la reestructuración de Uniqual (ahora Unibasq) hace ahora año y medio. Entonces, la consejera justificó la modificación de la estructura y estatutos de Uniqual debido a las "luces y sombras" de su funcionamiento y para dotar a este organismo "una gran independencia de la Administración Educativa y de las propias universidades". Pues bien, el hombre que Celaá nombró para abordar esta misión, lo deja porque considera que el Gobierno Vasco compromete esa independencia.

Quienes conocen a Urquijo alaban la ingente labor que ha desplegado estos años en la reorganización de una Agencia que navegaba fuertemente influida por los vientos que soplaban de los despachos del anterior consejero de Educación, Tontxu Campos. Sin embargo, esta dimisión, demuestra que pese al empeño por limpiar la Agencia de intereses ajenos, las inercias del nuevo Gobierno son las mismas, con el agravante de que el actual Departamento de Educación se ha autoproclamado paladín de la causa de la transparencia y objetividad.

Aunque intenso, cierra su etapa con nueva estructura y nuevos estatutos, la carrera de Urquijo ha sido muy corta. Tampoco ha sido fácil. Su llegada fue observada con lupa desde ciertas instancias de la UPV/EHU. No en vano, al frente del órgano que debía de dar el visto bueno a los nuevos grados de la UPV/EHU había sido nombrado un miembro la candidatura opositora al rector Goirizelaia. Un Goirizelaia que llegó al cargo tras ganar a Esteban en las últimas elecciones. Fueron los comicios que despejaron el rumbo de la Universidad vasca, después de que Juan Ignacio Pérez recibiera un castigo en las urnas debido a la controvertida labor de Uniqual en el escándalo de los pluses salariales del profesorado. Cabe recordar que en 2008 cerca de mil profesores recurrieron el proceso de asignación de los complementos retributivos debido a las arbitrariedades del comité de Uniqual a la hora de reconocer sus méritos. Un descontento que acabó con Pérez.

Pero la sombra de la mano negra no acabó con la resolución satisfactoria del proceso. Ha sido precisamente Isabel Celaá quién hace sólo unos meses despertó el fantasma, durante la presentación de los nuevos estatutos de Unibasq, que recogen la evaluación de la labor docente e investigadores de la UPV/EHU por parte de expertos de fuera de la CAV. Celaá defendió el cambio para evitar, dijo, "discreccionalidades", incrementar la transparencia" y "disminuir la posibilidad de conflictos de intereses". Estas palabras, pierden su sentido, tras conocer las verdaderas razones de la dimisión de Urquijo.

Como igualmente vacío ha quedado el apartado de los estatutos que hace referencia a la participación del alumnado en Unibasq. Y es que a día de hoy las distintas organizaciones estudiantiles siguen pidiendo que se cumpla el mandato parlamentario (del 25 de marzo de 2010) que respaldó la presencia de los universitarios en Unibasq.