"Puede ser bueno para el negocio"
En las gasolineras guipuzcoanas ven con buenos ojos que se permita vender tabacoSu aplicación, sin embargo, se toma con cautela porque las máquinas expendedoras reducen el margen de beneficio
Donostia. La Ley Antitabaco vasca va a permitir a las gasolineras guipuzcoanas vender tabaco. No es una situación nueva para las estaciones de servicio, que durante muchos años estuvieron despachando cigarros sin ninguna restricción. Pero esto cambió con la entrada en vigor, el 1 de enero de 2006, de la primera ley que intentó restringir el consumo de tabaco. La venta, entonces, quedó acotada a estancos y a máquinas situadas en establecimientos hosteleros.
Cinco años después, se da una vuelta de tuerca a esta medida y ahora las gasolineras se enfrentan al dilema de si añadir un nuevo servicio a su oferta o seguir como hasta ahora. Los encargados de las estaciones consultadas por este periódico tienen opiniones dispares ante esta medida, pero todos coinciden en que, desde el punto de vista del negocio, es una buena oportunidad.
"Es una venta más", afirma Armando González, encargado de la Estación de Servicio Guregas Miramón, ubicada en el parque tecnológico donostiarra. En opinión de González, aceptar la venta de tabaco en la tienda de la gasolinera puede ser "bueno para el negocio", aunque la decisión última, en este caso, depende de Repsol, pero parece que son "bastante favorables". "La razón es que el negocio de las gasolineras, en general, está a la baja, porque con la crisis se consume menos; por tanto, todo lo que sea negocio...", reflexiona este empleado, que reconoce ser adicto al cigarro. Y como tal, sin embargo, tacha de "hipocresía" la nueva ley, que reduce considerablemente los espacios donde los fumadores pueden ejercer este hábito al tiempo que extiende el número de puntos de venta. "Ahora se podrá comprar cigarros las 24 horas del día -en relación a que algunas estaciones de servicio no interrumpen su servicio-, como antiguamente. Pero también tendremos que estar pidiendo el carné por la noche, porque solo falta que vendamos a un menor", señala.
Rentabilidad ¿menor? El tabaco fue durante años una importante fuente de ingresos para este tipo de establecimientos, sobre todo para aquellos situados en zonas de paso, como reconocen en la Estación de Servicio Puntxas, en el barrio irundarra de Behobia. "Vendíamos mucho. Todas las semanas bajaba a por 150 cartones", recuerda Jesús Morcillo, uno de los encargados de esta gasolinera fronteriza.
"Flaco favor hizo la ley de entonces a las gasolineras. Mucha gente paraba aquí para repostar y comprar alcohol y tabaco, porque estamos a un kilómetro de la frontera. Ahora paran a repostar aquí, pero luego tienen que ir a Behobia a comprar tabaco", explica Morcillo.
Con unos precedentes de estas características, en esta gasolinera de Behobia tienen "la intención" de poner una máquina expendedora de tabaco. De hecho, ya han tomado medidas en el hueco de la tienda donde podrían colocar el aparato, aunque la decisión no está todavía tomada. "Hay que ver cuál es el coste de las máquinas", matiza el encargado.
Una de las diferencias clave respecto a la situación anterior al 1 de enero de 2006 es que, a partir de ahora, las gasolineras no podrán vender el tabaco como lo hacían antes. Es decir, despachando paquetes o cartones de tabaco directamente en el mostrador. Con la nueva ley, en cambio, es necesario disponer de una máquina expendedora, lo que reduce el beneficio que pueda obtener una gasolinera que, en principio, ya depende de un estanco que le suministra el tabaco.
"Antes sí que era rentable, porque no había que poner nada. Pero ahora necesitan una licencia, primero, y luego adquirir la máquina, que te pueda costar un millón de pesetas. Y el margen que obtienes es a través de un segundo (estanco), así que hay que estudiarlo porque a lo mejor no interesa ponerlo", manifiesta Lorenzo Marcos, de la Estación de Servicio de Zarautz. Aunque la decisión de vender en los dos establecimientos de los que es responsable corresponde a sus jefes, para el encargado zarauztarra la resolución "no va a ser una cosa de hoy para mañana", porque primero "hay que analizar el rendimiento que dará".
Además, Marcos considera que "quizá" sea el "verano" la época propicia para instalar la máquina, puesto que con la llegada del buen tiempo la gente empieza a salir más y, por tanto, puede necesitar comprar tabaco a una hora en la que los estancos u otro tipo de establecimientos que disponen de máquinas ya están cerrados.
De todos modos, opina que, "mirando egoístamente al negocio", es una buena noticia, "porque atraes a gente y se vende más". "Se trata de sumar elementos de servicio, como ya vendemos queroseno, leña u otro tipo de cosas", apostilla.
"En principio, no" Entre los encargados de las gasolineras hay quien también cree que la nueva ley no le va a suponer ningún cambio por el mero hecho de que ha decidido, "en principio", no vender tabaco. Este es el caso de Xabier Larramendi, el encargado de la Gasolinera Larramendi, en el barrio donostiarra de Gros. "Antes tenía una máquina fuera y vendía mucho tabaco, sobre todo a gente de Iparralde. Con la anterior ley, la vendí. Ahora necesito una nueva, que solo se puede instalar dentro de la tienda. Por tanto, le tengo que buscar un espacio y necesito un mando como el de los bares... La verdad es que no estoy muy animado", cavila.
Larramendi asume tener "muchas dudas" sobre qué hacer al respecto. "Dos estancos ya me han ofrecido dos máquinas gratis, pero viendo el tema del tabaco como está, que cada vez va a menos... Además, deja muy poco margen y tienes que vender mucho para que sea rentable", señala el encargado de este establecimiento situado en la avenida de Navarra.
Aunque su no no es rotundo, Larramendi se inclina por abstenerse de implantar este servicio en la gasolinera. No obstante, antes de declinar definitivamente la oferta que lanza la nueva ley quiere consultarlo con otros colegas y ver cómo responden sus clientes.
Quien lo tiene más claro es Fernando Otxoa, encargado de la Estación de Servicio Guregas de Beasain. "Nosotros no hemos dejado de vender tabaco nunca", admite. Y no es que se trate de una gasolinera disidente, sino que, al disponer de cafetería, han podido vender paquetes mediante una máquina expendedora. Y ese va a seguir siendo su método, porque, en principio, no tienen previsto despachar cigarros en la tienda.
"Hecha la ley, hecha la trampa. A muchos establecimientos les prohíben fumar, pero les permiten vender, pues nada, al final se trata de vender", expone Otxoa.
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