un consorcio empresarial europeo, en el que participa la empresa vasca Intertek, proyecta investigar la recuperación del poliestireno expandido, el llamado corcho blanco utilizado en los envases, mediante su disolución en biodiesel para el posible uso como carburante de las mezclas resultantes.
Se trata de un proyecto "innovador" para la revalorización energética de un material que no es reciclable, ni biodegradable y que genera muchos residuos, según explica Elena Pérez, directora de I+D de Intertek, empresa dedicada a la provisión de servicios de inspección, certificación y análisis para diversas industrias.
La iniciativa, que sus impulsores han presentado al programa europeo Eco-Innovation para obtener fondos, pretende analizar las posibilidades de utilizar como carburante la disolución del poliestireno expandido en biodiesel o su posterior mezcla con diesel convencional de origen fósil.
El poliestireno expandido es un material plástico espumado, que se utiliza en la construcción y en el sector del envase y que genera gran cantidad de residuos.
Se usa de manera masiva en la fabricación de envases de productos frescos para los supermercados, por ejemplo, y es también el material blanco que protege en bloques los artefactos electrónicos y los juguetes en sus cajas.
Desde el punto de vista de su recuperación, el corcho blanco plantea el inconveniente de que no es biodegradable. Según la especialista de Intertek, "se calcula que en 1.000 años podría encontrarse un vaso de este material intacto". "La naturaleza -añade- solo puede dividir su estructura en moléculas mínimas, pero no biodegradarlo".
toxicidad
Una trampa para los animales
La experta señala que grupos ecologistas han denunciado la toxicidad de este residuo para el entorno marino "ya que flota en la superficie del océano, se descompone en bolitas que parecen comida y los animales las ingieren". "Las tortugas de mar, por ejemplo, pierden su capacidad de sumergirse y mueren de hambre", indica.
También para las empresas, el poliestireno es un residuo muy difícil de gestionar. Según la especialista, "el volumen de este material es una desventaja que significa un mayor gasto para las empresas ya que, al ocupar tanto, los contenedores de residuo se llenan más rápidamente y necesitan ser vaciados con más frecuencia, lo que implica un mayor coste".
Este problema también se traslada a los vertederos, en los cuales "toneladas de poliestireno ocupan un espacio inimaginable", comenta. La solución que plantea el proyecto de investigación permitiría una recuperación energética del material, utilizando para ello una materia prima barata.
Además de este proyecto, Intertek investiga en otras áreas desde el nuevo centro de investigación que ha inaugurado recientemente en la zona portuaria de Bilbao -el Bilbao Technology Centre (BTC)-.
Entre otras actuaciones, colabora con empresas dedicadas a la producción de biomasa de tercera generación para biocombustibles a partir de micro algas.
Colabora, asimismo, en proyectos de desarrollo de granjas de algas de pequeña escala para su aplicación específica a procesos de secuestro de C02 de gases de combustión de grandes industrias emisoras (como cementeras y refinerías).