cHAROL rojo, terciopelo de leopardo, cristales de swarovski... Aunque a primera vista parece que nos encontramos en una tienda de alto standing común donde sólo tienen cabida prendas y accesorios a la última moda, en realidad, se trata de una tienda exclusiva para perros. En este caso, el comercio KUKA & GROK, en la Avenida de la Zurriola en Donostia.

Desde hace dos años, se está viviendo en la capital guipuzcoana un auténtico boom del mercado dirigido al mundo animal y, especialmente, al perruno. El propietario de este comercio de Gros, Chema Sánchez, cuenta cómo ha vivido de cerca este fenómeno: "Mi mujer y yo abrimos el negocio hace año y medio y, al poco tiempo, vimos cómo iban abriendo otras tiendas del mismo sector. Nos preguntábamos qué estaba pasando de repente".

Cerca de este establecimiento, una calle más atrás, nos topamos con otro espacio también dedicado a animales, sobre todo, a los perros y gatos. Se trata de Zoomanía, que lleva abierto un año, si bien el propietario tiene otras tres más a su cargo en Irun, Lasarte-Oria y Errenteria. "El negocio va bien, si tenemos en cuenta la crisis que nos está cayendo a todos", comenta Begoña, una de las dependientas.

Katamotz, en la calle Narrika, es otro local de la capital que lleva abierto desde febrero y que, a pesar de la competencia y de la crisis, se está abriendo camino. "Nuestro concepto de tienda es diferente al resto, ya que hemos querido potenciar el trato personalizado con los clientes y que no se expongan animales", especifica Marta Roa, una de las socias. Una guardería canina y productos ecológicos son algunas de las notas distintivas de este negocio. "Lo que hemos querido es rellenar los huecos que veíamos que había en Donostia", explica Roa.

Los dueños de los perros cada vez lo tienen más difícil para elegir a la hora de comprar: variedad de accesorios y precios muy dispares. "El cliente medio se deja 50 euros al mes", revela Begoña, "aunque con la crisis, el que se dejaba 60 euros, ahora gasta 40". Para Chema Sánchez, lo importante no está en facturar mucho, sino en encontrar un equilibrio con los gastos: "Ahora mismo, no puedes apostar por cualquier producto; los de necesidad son los que sabes que no van a fallar". Este admirador de los perros, sin embargo, se queja de la competencia desleal que se hace desde Internet, ya que el precio de venta de animales que se ofrece desde la Red siempre es más bajo que el del comercio a pie de calle.

en expansión

Clientes y productos múltiples

"Hasta hay perfumes para perros", espeta Fernando, un cliente que ha cambiado los perros por los peces. Collares de todo tipo (algunos de ellos no para todos los bolsillos) inundan el mostrador de la tienda de Chema Díaz. "Estos cristales son de swarovski", recalca el dueño a una clienta que duda en su compra. La ropa para estos animales no se queda corta: abrigos, pantalones, petos, camisetas con capucha... "No sólo es ideal para invierno, también los perros los pueden llevar en primavera", comenta Begoña.

Las braguitas son otro producto que puede llegar a distinguir al que se dice que es el mejor amigo del hombre. Están las de fantasía, con su lazo y sus cristales que valen 35 euros; y las más sencillas, que son de nylon y valen cinco. "Mis mejores clientes son los gays", dice Sánchez, "se atreven con todo y no tienen ningún reparo en que sus perros luzcan los accesorios más llamativos".

A pesar de este auge en estos comercios, todavía quedan aspectos por descubrir por los dueños de animales. "Estamos dando a conocer el servicio de guardería que ofrecemos en Katamotz; poco a poco va llegando", cuenta Marta Roa, que también apuesta por ofrecer comida de una marca holandesa 100% ecológica. La idea de montar un spa para perros es otra idea incipiente que se está barajando desde Zoomanía, ya que, según Begoña, "a los perros les gusta el agua". "Lo que no soportan es cómo se les lanza al agua sin ningún tipo de cuidado" añade.

De momento, un cliente tras otro, entran en estos establecimientos.