"Las zonas reservadas son una condición para la supervivencia de los peces y los pescadores"
"La pesca y el mantenimiento de la biodiversidad marina son compatibles pero hay que poner condiciones". El prestigioso científico francés Daniel Pauly, conocido por haber concretado cómo afecta la pesca industrial a los ecosistemas, insiste en que es vital proteger y reservar algunas zonas marinas
donostia. Conocido por haber concretado cómo afecta la pesca industrial a los ecosistemas, este miembro de la directiva de Oceana fue el encargado de inaugurar, ayer por la tarde, una nueva edición de las jornadas Naturaldia de Tolosa. Unas horas antes, dedicó unos minutos a resumir para este periódico el grueso de su charla, titulada Pesca y biodiversidad marina, ¿una ecuación irresoluble?
¿Cuál es su respuesta a esa misma pregunta? ¿Son compatibles la pesca y el mantenimiento de la biodiversidad marina?
Sí, son compatibles pero hay que poner condiciones. Las principales son que la pesca debe ser, obviamente, controlada y que debemos reservar zonas donde no se pesque. Antes del periodo moderno los humanos no podíamos capturar todos los peces, parte del stock no era accesible por cuestiones técnicas y así podría haber seguido cientos de años. Pero la técnica mejoró y ahora se puede llegar a todas las zonas donde viven peces, todas son zonas de muerte para ellos.
¿Cómo se podría controlar?
La pesquería debería saber exactamente cuántos peces hay en todas partes para limitar la pesca, pero eso no es posible. Por esta razón, por el límite del conocimiento humano, sin que sea necesario tener mala intención, se está afectando a la sostenibilidad. Para evitar una situación en la que nuestra ignorancia cause este problema debemos guardar zonas que recreen la situación que teníamos antes, zonas en las que los peces se puedan reproducir y crecer y que exporten ejemplares al resto del océano. Es una simplicidad elemental. La pregunta es, ¿por qué es difícil de aceptar?
¿Por qué lo es?
Por dos razones. La primera, es que para el público general los peces no son animales como los del bosque o los de la tierra. La visión del mar y de los peces es diferente. Parece obvio que no podemos cazar todos los conejos del mundo, que debemos mantener algunos para conservarlos. Y podemos ver cierta similitud entre los conejos y los humanos, están más cerca de nosotros. Pero los peces están en el agua, tienen huevos pequeños, larvas, son malos padres, abandonan a sus crías... No tenemos una relación con ellos, son extraños.
¿Y la segunda razón?
Son los pescadores. Ellos tienen intereses muy distintos con los peces, de ellos depende su hipoteca. Y cuando un hombre tiene una hipoteca que pagar, los argumentos contrarios a su actividad, aunque sean científicos, no pesan tanto como la necesidad de trabajar para alimentar a su familia. Convencer a un hombre de que su hipoteca no debe intervenir en estas decisiones es casi imposible. Y otra cosa es que los pescadores no pueden imaginar realmente su propio efecto en el mar, el efecto global de su actividad. Yo tengo un coche, pero mi coche nunca es la causa de un atasco, la causa son todos los coches. Son fenómenos que sólo en su generalidad causan problemas, no en la particularidad.
¿No hay conciencia de que exista un problema para los pescadores?
Los pocos peces que captura un barco son una realidad concreta. Las miles de toneladas que pescan todos los buques son una cantidad inconcreta, abstracta, no la podemos ver, no está en un solo lugar. El problema que tenemos en muchos ámbitos es el conflicto entre los intereses privados y los generales y que la visión general no se suele vender nada bien. ¿Quién va a hablar del interés general? Y los que lo hacen utilizan argumentos muy intelectuales, que el público no llega a comprender. Su vida no depende de esos argumentos, pero cuando se trata de algo particular, de unas capturas concretas, la vida de esos pescadores sí depende de ellas. Y esa realidad es más fuerte, pesa más.
¿Cree que es necesario mejorar la comunicación por parte de los científicos?
Sí, debe mejorar la comunicación del interés general, que es legítimo, es hasta más legítimo que el particular. Yo pienso que en muchos casos esa asimetría de la representación de lo público y lo privado es la razón de los problemas de las pesquerías, no se entiende el interés público porque no está representado de la misma manera. Y esto debería aplicarse a todos los problemas que tenemos del mismo tipo, como las normas para no fumar. Es una característica de nuestro tiempo, en las democracias occidentales el interés privado tiene abogados fuertes y el público no. Los gobiernos son gestores, no son inspiradores o líderes de la causa pública y necesitamos personas que asuman ese rol y expliquen por qué hay que trabajar por el interés público.
Ya que no se contará con el apoyo de los pescadores, ¿deben ser los gobiernos los que tomen medidas y delimiten la pesca en determinadas zonas?
Que haya zonas reservadas es una condición no sólo para la supervivencia de los peces, sino también de los pescadores, para que puedan seguir viviendo de la pesca. Es como limitar la velocidad de los coches para que los conductores no se maten. La conveniencia privada no puede establecer la sostenibilidad, debe haber reglas para que la pesquería no se suicide.
¿Y esto se está llevando a la práctica? ¿Los gobiernos están actuando?
¡No! Hay países y situaciones donde se hace un poco mejor, como en Alaska, pero realmente es un problema universal. Los gobiernos explícitamente no defienden el interés público.
¿Vedas parciales como la de la anchoa ayudas a mantener la biodiversidad?
Claro que ayudan. Si el problema es que se pesca demasiado, una captura cero es la solución. En el caso de la anchoa, el problema está envenenado por la relación entre Francia y España. La solución sería que los dos ministerios al mismo tiempo tomen una decisión conjunta para mantener el stock, es así de simple.
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