Tudela. El Ministerio de Defensa ha incrementado desde hace años las prácticas de tiro nocturnas sobre el Polígono de Bardenas Reales -situado al sureste de Navarra-, hasta ser más habituales que las diurnas. Así lo confirma en su página web, y plasma negro sobre blanco la impresión que tenían muchos vecinos de la Ribera que habían notado el incremento de estas pruebas por la noche. Algunas de estas prácticas, las menos, se realizan también con armamento real, tanto de bombas como de misiles aire-tierra, algunos de los cuales son probados en este desierto ribero después de ser adquiridos por Defensa.
200 días al año El Ejército del Aire ha aumentado de forma importante estas pruebas y en ellas participan a veces aviones de otros países, dado que las tácticas de guerra moderna, propiciadas por aviones cada vez más preparados, así lo exigen. "La actual doctrina de guerra aérea aboga por los ataques nocturnos y, por lo tanto, en ellos son adiestrados los pilotos de combate del Ejército del Aire, y en más raras ocasiones, de otras fuerzas aéreas aliadas". Hay que recordar que, precisamente, el último accidente ocurrido en Bardenas, del que se cumple ahora un año, sucedió de noche y el departamento de la ministra Carme Chacón acaba de señalar que "siguen investigando" sus causas.
Pero los vuelos nocturnos son sólo una parte en unas instalaciones que "si por algo se caracterizan, es por su operatividad", dado que se calcula que se efectúan "cerca de 200 días de vuelo al año". Una cifra llamativa pero que, según Defensa, podría ser mucho mayor dado que su capacidad es de "100 operaciones al día". Hasta 1991 se utilizaba al 90% y, según sus cálculos, esos 200 días sólo significan el "20% de esta capacidad". Pese a todo, los vuelos son tan numerosos y cotidianos que el autor de este artículo que se encuentra en la página web de Defensa asegura que, "mientras usted está leyendo este artículo, es más que probable que un avión de combate del Ejército del Aire este adiestrándose sobre Bardenas".
Defensa relata cómo son las prácticas más habituales que se realizan en el polígono ribero. "La misión prototípica sería, por tanto, nocturna, y en ella un grupo de F-18 lanzaría bombetas de ejercicio sobre alguno de los numerosos blancos que cubren el fondo de Bardenas. Estas bombetas simulan las condiciones de caída de una bomba real y no llevan explosivo, tan sólo un cartucho fumígeno, que al impactar contra el suelo permite a los observadores, situados en alguna de las tres torres de control, precisar, mediante triangulación, el lugar exacto en donde ha caído, y, por tanto, si ha hecho blanco.
Otra misión habitual en el Polígono de Tiro es el ametrallamiento. Los F-18 y los modernizados Mirage F-1M disparan sus cañones de 20 y 30 milímetros sobre blancos construidos con paracaídas. Debajo de ellos, unos micrófonos detectan la cantidad de impactos que han atravesado el blanco, y lo transmiten, de forma automatizada, a los ordenadores de la torre de control".
Munición real Pero las prácticas no se ciñen sólo al uso de "bombetas de ejercicio", dado que también se emplea munición real, tanto en las bombas como incluso en los misiles aire-tierra que portan los Sabres, Phamton, Mirage o F-18 que sobrevuelan Bardenas. Bien es cierto que Defensa asegura que estas pruebas se realizan "de forma esporádica" y añade que tienen como objetivo "comprobar que este material responde a las características que las fuerzas aéreas esperan de ellos".
Los análisis y estudios sobre la munición real con la que los aviones del Ejército español bombardean Bardenas tienen especial interés cuando estas bombas y misiles se acaban de adquirir y son "de reciente incorporación al arsenal del Ejército del Aire". Algunas de las operaciones nocturnas de cazabombarderos en un polígono que es "único en Europa occidental" son guiadas desde la base militar de Alcantarilla en Murcia y, mediante designaciones láser y transmisiones, tienen como objetivo "iluminar los blancos atacados por los aviones de combate".
Otra práctica habitual es la simulación de ataques antiaéreos contra los aviones. Para ello, "se desplaza una batería antiaérea equipada con misiles Mistral al Polígono, donde sus operadores practican enganchando a los aviones que se aproximan a la zona de blancos". Este tipo de ejercicios, según Defensa, "no tienen el más mínimo riesgo", pese a lo cual aseguran que "es bien tolerado por los pilotos españoles, no así por los de otros países aliados, como los estadounidenses, a los que parece que no les hace mucha gracia ver activarse todas las alarmas de sus F-16 cuando son iluminados por los misiles".
"ni una sola aldea" Pero en este artículo de Defensa llama la atención la descripción que hace del desierto ribero ya que, en su opinión, parte de la culpa de su escasa vegetación y de que se haya convertido en desierto la tiene la "sobreexplotación de la ganadería ovina trashumante procedente del Valle del Roncal".
En este sentido, lo señalan como un lugar ideal para las prácticas de tiro, dado que "en 20 kilómetros a la redonda no existe ni una sola pequeña aldea, ni un solo caserío". Pero lo cierto es que Arguedas está a diez kilómetros, Valtierra a doce y el parque Sendaviva (visitado por unas 200.000 personas al año) y la Virgen del Yugo están a nueve kilómetros.