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Toros, prostitución y papel "couché"

Una familia de estirpe taurina, que en los últimos meses tuvo también su espacio en la "prensa del colorín", saltó ayer a las páginas de sucesos como protagonista de una operación contra la explotación sexual por estar al frente de un negocio de prostitución.

Toros, prostitución y papel "couché"

uNAS 150 mujeres estaban trabajando en los seis clubes de alterne de Cádiz y Málaga registrados en la madrugada de ayer por la Guardia Civil en una operación para desmantelar una red de explotación sexual. Los seis clubes, cinco de ellos en la provincia de Cádiz y uno en Estepona (Málaga), pertenecen a una red de alojamientos conocida como Galantería Hoteles, propiedad de la familia Galán, a la que pertenece el torero retirado Juan Pedro Galán y su hermana Rocío, ambos detenidos junto a sus padres en la redada.

La cadena inició su negocio en los años ochenta y en los últimos años se había ampliado y era difundida profusamente en anuncios de periódicos y en diversos tipos de publicidad, entre ellos en carteles de corridas de toros.

En su página web se ofrecen los locales para celebrar "reuniones de amigos, cumpleaños, separaciones, divorcios, despedidas de soltero, comidas de empresa, cenas de Navidad, jubilación" o cualquier fiesta porque, según dice en su presentación, "aquí encontrará el espectáculo más adecuado para la celebración, la animación y el entretenimiento que más le conviene" pues "lo importante es pasarlo bien, y en eso Hoteles Galantería es el verdadero especialista de Cádiz".

Alguno de los miembros de la familia que regentaba la cadena ya había tenido problemas, como Rocío Galán, que, según las mismas fuentes, fue detenida hace años "por temas relacionados con la prostitución" aunque en un caso que no tuvo mayores consecuencias. Cabe recordar que Rocío Galán fue relacionada sentimentalmente hace unos meses con el torero José Ortega Cano, si bien el diestro de Cartagena desmintió que su relación con Rocío fuera más allá de "una buena amistad".

clubes llenos un martes Las investigaciones que han llevado a la operación Toscana, como la ha bautizado la Guardia Civil, se iniciaron el pasado mes de abril, cuando los agentes detectaron que en uno de los locales, llamado Garum y ubicado en Chiclana de la Frontera, una prostituta "movía" droga. Los agentes sospecharon del trato que recibían las mujeres que trabajan allí porque parecían estar "en situación de necesidad".

A partir de ahí se emprendió una investigación que concluyó en la madrugada de ayer con la detención de quince personas, el registro de los seis clubes y de siete viviendas.

Entre ellas la finca El Toro, muy conocida en Jerez y donde el matrimonio que presuntamente lideraba esta red tenía su oficina central de contabilidad.

En esta casa, la Guardia Civil ha encontrado documentación que contiene un "aluvión de información" sobre las actividades de la red, según las citadas fuentes.

"Hasta ahora, lo que sabemos es por información que hemos recopilado trabajando de incógnito, ahora tenemos tarea para más de un año", señaló uno de los responsables del operativo policial.

Los detenidos fueron conducidos ayer a las dependencias de la Comandancia de la Guardia Civil, donde a última hora aún no se les había tomado declaración, mientras que los agentes ya han hablado con la mayoría de las 150 mujeres que estaban en los prostíbulos en el momento de la redada. "Y eso que era martes, un día supuestamente tranquilo para el negocio", han comentado las mismas fuentes.

50 millones de euros recaudados Según informó ayer el Diario de Cádiz, en la operación también han sido registradas siete viviendas y una gestoría, y los agentes se han incautado de "gran cantidad de documentación", 26 vehículos y medio millón de euros en efectivo, lo que, según ha informado la Guardia Civil, hace que el valor total del patrimonio inmovilizado a la red alcance los cincuenta millones de euros.

Los detenidos están acusados de explotación sexual, blanqueo de capitales y falsedad documental, dentro de las actividades de esta red que tenía una estructura piramidal en cuya cúspide está un matrimonio de más de 60 años y residente en El Puerto.

También han sido detenidos los encargados de los prostíbulos, en los que la red mantenía a las prostitutas en unas condiciones abusivas, quedándose con la mitad de sus ganancias, obligándolas a mantener jornadas extensas y obligándolas a hacer dieta y a vestirse como ellos querían, bajo la amenaza de que si no lo hacían serían multadas.