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Nueva Guipúzcoa, provincia de Filipinas

Desde el siglo XVI, la presencia vasca en el Pacífico ha sido tan continua como relevante. Editada por Untzi Museoa, una nueva publicación ofrece un completo relato de todo ello que, sin olvidar los grandes nombres, recuerda también que hubo muchos otros.

Nueva Guipúzcoa, provincia de Filipinas

juan Sebastián Elcano, Andrés de Urdaneta y Miguel López de Legazpi son quizás los más conocidos, pero no los únicos. Ni mucho menos. El relato de los vascos en el Pacífico esconde, junto a los suyos, otros muchos nombres. Muchas otras historias ilustres y significativas que no por menos sabidas dejan de ser relevantes y que, en conjunto, ayudan a comprender la estrecha relación forjada entre Euskadi y ese océano tan distante pero, a pesar de ello, tan cercano. Y no sólo por parte de marinos o de gentes de mar, sino también por pelotaris, misioneros, militares, gobernantes, administradores, comerciantes o empresarios.

Porque el vínculo es extenso. Es amplio. Desde el siglo XVI hasta la actualidad, la presencia vasca en aguas pacíficas ha sido continua y constante. Permanente. Lo fue más en unas épocas que en otras pero, en general, lo fue y lo sigue siendo en todas ellas. Y, para comprobarlo, basta con echar un vistazo a la última publicación del Museo Naval de Donostia (Untzi Museoa), Los vascos y el Pacífico. Homenaje a Andrés de Urdaneta. Una recopilación de incalculable valor documental y gráfico (casi 300 imágenes, muchas de ellas inéditas) que, editada por el codirector del Museo Naval José María Unsain, repasa todos y cada uno de esos personajes tapados o semiolvidados.

A lo largo de sus más de 200 páginas, uno descubre que Nueva Guinea fue bautizada como tal por un vasco (Ortiz de Retes), que la isla filipina de Mindanao contó con una provincia denominada Nueva Guipúzcoa y una capital llamada Vergara, o que los vascos tuvieron una participación activa en la Guerra de Conchinchina (actual Vietnam), las Guerras del Opio o, incluso, la Segunda Guerra Mundial. Comprueba que Euskadi fue clave en la búsqueda de rutas, en la elaboración de mapas y cartografías, en la exploración de islas y costas, en la conquista u ocupación de nuevas tierras y en la vida económica, social, política o cultural de estas últimas. Constata que, efectivamente, la relación de los vascos y el Pacífico no se limita ni a sus tres personajes más ilustres ni a la actividad puramente marítima.

búsqueda infructuosa

Rica de Oro y Rica de Plata

Aparecen, al contrario, todas esas historias desconocidas. La del propio Iñigo Ortíz de Retes y su fracaso en el intento del Tornaviaje que después completó Urdaneta; la de Pedro de Unamuno y su búsqueda de las quiméricas islas Rica de Oro y Rica de Plata (hasta concluir que no existían); la de Domingo Salazar y su condición de primer obispo de Manila (Filipinas); o la de Simón de Anda y su organización de la defensa de Filipinas tras la invasión inglesa. Figuras que se suman a otras igualmente importantes (Pascual de Andagoya, Domingo de Buenechea, Manuel de Agote o José de Oianguren, este último gobernador de la citada Nueva Guipúzcoa) y que se recuerdan entrelazadas junto con otros muchos episodios y anécdotas de valor histórico.

otros apartados

Mismo nombre y objetivo

Todo ello, en una publicación que coincide en tiempo y nombre con la muestra Los vascos y el Pacífico, expuesta en el Museo Naval de Donostia -desde diciembre del año pasado hasta el próximo 28 de febrero- y presentada bajo idéntico objetivo: ofrecer una visión panorámica de la presencia vasca en el Pacífico, incluyendo territorios insulares como Filipinas y áreas geográficas como la costa oeste del continente americano o las tierras litorales del sur de China. Y por eso, porque buscan lo mismo, el propio libro incluye un apartado relacionado más directamente con el contenido de la exposición. Un capítulo extenso y especialmente gráfico en el que se abordan, entre otras muchas cuestiones, el Galeón de Manila, el tráfico de esclavos, las campañas militares y las guerras.

Es, en definitiva, una publicación distinta y novedosa. Un relato que empieza en el siglo XVI y que acaba en la actualidad. En él tienen cabida los Elcano, Legazpi y Urdaneta (este último, de cuyo nacimiento se cumplieron 500 años en 2008, con un capítulo propio); pero también otros muchos actores principales. Navegantes de la Ilustración, exploradores de la flora y fauna de aquellas tierras, testigos de los acontecimientos sociales, colonizadores, hombres de negocios... Personas de muy distinta clase y condición pero que escribieron una historia conjunta de legado vigente.

Porque aún siguen quedando frontones en el Extremo Oriente (en Filipinas se mantiene la afición a la pelota), siguen quedando empresas vascas centenarias de importante peso económico, siguen quedando testimonios escritos y no escritos de toda esa presencia colonizadora y de sus consecuencias (positivas y negativas), y siguen quedando familias descendientes de quienes antes o después surcaron esas aguas y se asentaron en sus costas. Y no sólo en clave pasada. También en presente. Porque la publicación no se olvida de que, actualmente, se mantienen las relaciones estrechas entre Euskadi y aquella extensa región del planeta Tierra (el libro recoge referencias a la economía, a la inmigración o al papel de las ONG).

Publicada por el propio Untzi Museoa y por la Diputación de Gipuzkoa, de la que depende el primero, la obra -con textos en euskera y castellano- ha contado con la colaboración de Kutxa y del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco.