ara el 82% de los millennials una óptica es una tienda, no un establecimiento sanitario, cifra superior a la del 76% de los Z. Sin embargo, reciben una alta puntuación cuando se les pregunta por las sensaciones que tienen en ellas, siendo valoradas, de media, con un 7,7 (notable alto); nota superior a la de los Z que era del 6,98.

Para el 65% de los millennials, un establecimiento sanitario de óptica es "símbolo de confianza" y para el 31% no necesitan realizar cambios para romper las barreras que los separan, ya son "atractivas" tal y como son actualmente.

"Al igual que en el informe de los Z descubrimos que la bata blanca o el gap lingüístico entre el profesional de la visión y ellos era una barrera más fuerte, en el caso de los millennials vemos que no es tan señalado. Como mucho, para el 32,5% sería interesante ofrecer ofertas más adaptadas a sus necesidades", concluye Elisenda Ibáñez, coordinadora de Visión y Vida y óptico-optometrista.

¿Estética o calidad?

La calidad es el factor que prima en la elección de equipamientos ópticos (39%), seguido de la estética (33%). Esto varía un poco respecto a los Z, que siguen anteponiendo la estética (36%) frente a la calidad (33%).

Para la mitad de los millennials (46%) esta calidad es la confianza generada por la compra en el canal óptico. En el caso de los Z, este porcentaje aumenta hasta llegar al 66%. El precio no es un decisor de compra para ninguna de estas generaciones (14% de los millennials y 12% de los Z). Por ello, y a pesar de tratarse de una generación 100% digital, la compra en la tienda física sigue siendo la elegida por el 91% en cuanto se refiere a salud visual.