Doce síntomas que indican que sufres Tiroidits de Hashimoto
Afecta ocho veces mas a las mujeres que a los hombres y es la mayor causa de hipotiroidismo, ya que en esta patología el sistema inmunitario ataca por error la tiroides
La tiroiditis de Hashimoto es la enfermedad autoinmune más frecuente. Se estima que afecta al 5% de la población, su prevalencia es mayor en las mujeres, sobre todo entre los 30 y 50 años.
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De manera progresiva e inespecífica, la tiroiditis de Hashimoto se manifiesta con falta de energía, aumento de peso, cambios en el estado de ánimo y niebla mental. También puede aumentar el tamaño de la tiroides (bocio). Cuando avanza, la destrucción del tejido tiroideo puede reducir o eliminar la producción de las hormonas que regulan el metabolismo y desencadenarse un hipotiroidismo. En esta fase los síntomas se agravan e incluyen una disminución de la frecuencia cardiaca, dolor articular, depresión, trastornos del sueño, subidas del colesterol, caída del cabello o retención de líquidos.
Diagnóstico
Para detectarla a tiempo se requiere un análisis de sangre que evalúe la presencia de anticuerpos antitiroideos (anti-TPO y anti TG). Conviene repetirlo regularmente, así como medir los niveles de THS, T3 y T4 para comprobar el funcionamiento de la tiroides.
Además, suele realizarse una ecografía tiroides para valorar el tamaño de la glándula y la presencia de nódulos. Si la enfermedad de Hashimoto ha derivado en hipotiroidismo, el facultativo valorará la necesidad de una terapia hormonal sustitutiva con pastillas de levotiroxina que proporcione las hormonas que la tiroides ya no fabrica.
Sufrir otras enfermedades autoinmunes (celiaquía, diabetes tipo 1, artritis reumatoide, etc.) favorece a tiroiditis de Hashimoto. La radioterapia, el estrés, las infecciones virales y los desequilibrios hormonales también pueden desencadenarla.
Alimentación aliada
La dieta puede ser una aliada de la tiroides. Hay algunos alimentos que benefician la función tiroidea, mientras que otros pueden empeorarla.
Nueces de Brasil. Ricas en selenio, disminuyen la inflamación autoinmune y ayudan a proteger la tiroides.
Marisco. Es rico en zinc, un mineral que participa en la síntesis de hormonas tiroideas. También se encuentra en las carnes magras y en las semillas de calabaza.
Omega 3. Alimentos como la calabaza, el salmón o las sardinas y las semillas de chía y las de lino aportan Omega 3 de efecto antiinflamatorio.
A evitar. Algunas personas con tiroiditis de Hashimoto presentan sensibilidad al gluten o celiaquía asociada.