Cómo afecta el aire acondicionado a los ojos, según los expertos
El uso intensivo del aire acondicionado puede provocar sequedad ocular y molestias visuales
Durante el buen tiempo, el aire acondicionado se convierte en nuestro mejor amigo, tanto en el trabajo, como en los espacios públicos. En estos lugares, el tiempo suele ser mucho mayor, especialmente en oficinas o comercios donde el sistema está encendido de forma permanente porque ayuda a sentirnos mejor y se suele considerar la única solución contra el calor. Sin embargo, no siempre uno es consciente de cómo el aire acondicionado puede influir en la salud, ya que normalmente se hace referencia a lo que nos produce en la garganta, cabeza o fosas nasales; pero hay otra área de nuestro cuerpo que se puede ver perjudicada: los ojos.
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Cómo afecta el aire acondicionado a los ojos
Según los expertos de General Óptica, al enfriar el ambiente se reduce la humedad del entorno, lo que puede provocar sequedad ocular. Esta sensación, conocida como síndrome de ojo seco, puede manifestarse con molestias: picor, escozor, enrojecimiento y la impresión de tener arenilla en los ojos. Estos malestares pueden notarse al final del día o tras varias horas en un espacio climatizado.
Consejos de los expertos
Se recomienda evitar que el dispositivo de directamente sobre la cara, ya que puede causar incomodidad en los ojos y así acelerar la evaporación de la lágrima natural. Por ello, lo ideal sería dejar enfriar el espacio sin estar en ella, pero si no es posible, es mejor situarse alejado del aire acondicionado para que no incida sobre el rostro. Por eso, a continuación, estos consejos le permitirán disfrutar del confort del aire acondicionado sin comprometer la salud visual.
Ventilar los espacios
Abrir las ventanas durante algunos momentos del día, especialmente en las primeras horas de la mañana o al atardecer, ayuda a mejorar la circulación del aire y a equilibrar la humedad ambiental. Por ejemplo, en la oficina, donde se suele pasar más horas con el aire acondicionado puesto. Ante ello, es mejor intentar ubicar el lugar de trabajo fuera del alcance del aire directo.
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Controlar la temperatura
Programar el aire a temperaturas muy bajas no solo supone un gasto energético innecesario, sino que también puede intensificar la sensación de sequedad en los ojos. Por eso, lo ideal es mantener la temperatura entre los 24 y 26 grados Celsius o ajustar a un nivel moderado para evitar corrientes de aire intensas.
Mantener limpios los filtros
Tener los filtros sucios puede liberar partículas que irritan los ojos, como el polvo o ácaros. Recuerde que un mal mantenimiento afecta la calidad de aire que se respira y que entra en contacto con los ojos.
Apagar el aire acondicionado
Puede que por costumbre o comodidad, se deje el dispositivo durante más tiempo del necesario, incluso cuando la temperatura ya es agradable. Reducir su uso no solo ayuda a mantener una humedad ambiental equilibrada, sino que también permite que los ojos descansen del flujo constante del aire.
Descansar los ojos
Realizar pausas visuales con frecuencia es una práctica clave para mantener la buena salud visual. Se recomienda aplicar la regla del 20-20-20; es decir, cada 20 minutos, mirar durante 20 segundos algo que esté a 20 pies de distancia. También se puede cerrar los ojos unos segundos, un gesto simple y sencillo será de ayuda para restablecer la lagrimal.
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