La higiene dental es un aspecto fundamental de nuestra salud bucodental y general. Mantener una correcta limpieza de los dientes no solo previene caries y enfermedades periodontales, sino que también contribuye a evitar problemas de salud sistémicos que pueden derivarse de una higiene inadecuada.

Uno de los errores más comunes que las personas cometen es cepillarse los dientes justo después de comer. Aunque esto pueda parecer una práctica ideal, los expertos advierten que es mejor esperar al menos 30 minutos antes de hacerlo. Esto se debe a que el pH de la boca cambia tras la ingesta de alimentos.

La boca tiene normalmente un pH neutro. Cuando comemos, especialmente alimentos ácidos o azucarados, este equilibrio se ve alterado y la acidez aumenta.

Esta acidez debilita temporalmente el esmalte dental, la capa protectora externa de los dientes. Si cepillamos los dientes justo después de comer, extendemos el ácido por toda la boca y lo frotamos directamente sobre el esmalte debilitado, lo que incrementa el riesgo de erosión dental.

Esperar media hora

Por ello, es recomendable esperar al menos 30 minutos antes de cepillarse los dientes para dar tiempo a que la saliva neutralice el ácido y fortalezca nuevamente el esmalte dental.

La saliva es un componente clave en este proceso, ya que ayuda a restaurar el pH neutro y proporciona minerales que fortalecen el esmalte.

En caso de que nos resulte imposible tener que esperar media hora, al menos se debe enjuagar bien la boca con agua antes de cepillarse los dientes.

El cepillado y controlar la ingesta de dulces son clave para una buena salud bucodental R.O.

Técnica adecuada

Aparte de respetar este tiempo de espera, es fundamental adoptar una técnica de cepillado adecuada para garantizar una limpieza efectiva. Para ello, se recomienda:

  1. Elección del cepillo de dientes adecuado: Se aconseja un cepillo de cerdas suaves para evitar dañar el esmalte y las encías. Los cepillos eléctricos también son una excelente opción, ya que facilitan un cepillado más preciso y efectivo, aunque no se debe hacer presión sobre los dientes.
  2. Uso de pasta dental con flúor: El flúor ayuda a fortalecer el esmalte dental y protege contra las caries. Es importante no enjuagarse la boca con demasiada agua después del cepillado para permitir que el flúor actúe durante más tiempo.
  3. Técnica de cepillado adecuada: Se recomienda colocar el cepillo en un ángulo de 45 grados respecto a las encías y realizar movimientos suaves y circulares. El cepillado debe durar al menos dos minutos, asegurando limpiar todas las superficies de los dientes: frontal, posterior y las zonas de masticación.
  4. Hilo dental y colutorio: El uso de hilo dental es fundamental para limpiar entre los dientes, donde el cepillo no puede llegar. Complementar en ocasiones puntuales la rutina con un enjuague bucal adecuado también ayuda a reducir la placa bacteriana y mantener el aliento fresco.
  5. Revisión dental periódica: Visitar al dentista cada seis meses es clave para detectar posibles problemas a tiempo y recibir limpiezas profesionales que complementen la higiene diaria.

En conclusión, una correcta higiene dental no solo consiste en cepillarse los dientes, sino también en saber cuándo y cómo hacerlo. Esperar al menos 30 minutos tras las comidas para cepillarse y adoptar una técnica adecuada puede marcar la diferencia en la protección del esmalte dental y la salud bucal a largo plazo.