En los últimos años, los tatuajes han ganado una gran popularidad, especialmente entre los jóvenes. Se estima que alrededor del 30% de los jóvenes de entre 20 y 40 años se ha realizado al menos un tatuaje.

Sin embargo, a medida que crece su aceptación social, también aumentan las preguntas sobre su impacto en la salud.

La Agencia para la Investigación del Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha puesto en marcha una investigación para analizar los efectos de los tatuajes en el desarrollo de enfermedades a largo plazo, incluido el cáncer.

Composición de las tintas para tatuajes

Las tintas utilizadas en los tatuajes contienen entre un 10 y un 40% de pigmentos "insolubles o poco solubles en agua". Dependiendo del color, estos pigmentos pueden ser una mezcla de componentes inorgánicos (principalmente tintes industriales) y/o pigmentos orgánicos. Además, el resto de la tinta está compuesto por agua, alcohol, dispersantes, plastificantes y otros aditivos. En total, las tintas pueden contener hasta 100 productos químicos diferentes, según la IARC.

Lo preocupante es que muchas de estas sustancias no se someten a las pruebas de seguridad habituales que se exigen para medicamentos y cosméticos.

En la mayor parte del mundo, salvo en Europa, no existen regulaciones estrictas sobre los niveles de concentración de compuestos potencialmente peligrosos en las tintas de tatuaje. Esto implica que algunas tintas pueden incluir sustancias consideradas cancerígenas o posiblemente cancerígenas, como los hidrocarburos aromáticos policíclicos, las aminas aromáticas primarias y metales pesados como plomo, arsénico, níquel o cadmio.

Posibles riesgos para la salud

A pesar de la preocupación por estos compuestos, hasta la fecha no se han realizado estudios detallados sobre los efectos específicos de la inyección de estas sustancias en la piel mediante tatuajes. La IARC destaca que la consideración de estas sustancias como cancerígenas proviene de estudios realizados sobre su exposición por vía oral, dérmica o respiratoria en contextos industriales o en el humo del tabaco.

Uno de los riesgos conocidos es que la tinta del tatuaje no permanece solo en la piel. Investigaciones han demostrado que los pigmentos pueden ser transportados a través del sistema linfático hasta los ganglios linfáticos y potencialmente a otros órganos. Esto podría generar acumulación de sustancias químicas en el organismo a largo plazo, pero todavía no hay pruebas concluyentes sobre las consecuencias de este fenómeno.

Mujer con tatuajes en el brazo

Regulaciones y precaución

Ante esta incertidumbre, la IARC ha subrayado la importancia de continuar investigando para determinar cuál es la cantidad mínima de estas sustancias que podría afectar la estructura del ADN y el desarrollo celular. A día de hoy, no existen "listas positivas" de tintas seguras para tatuajes, lo que significa que no hay una regulación estándar que garantice la ausencia de riesgos para la salud.

En Europa, desde hace un año se han implementado restricciones sobre la concentración de sustancias peligrosas en los productos de consumo, incluidas las tintas para tatuajes. Sin embargo, en otras regiones del mundo, las regulaciones siguen siendo laxas o inexistentes.

Recomendaciones para un tatuaje seguro

Si estás pensando en hacerte un tatuaje, es fundamental tomar algunas precauciones para minimizar los riesgos:

  1. Investiga sobre los ingredientes de la tinta: Pregunta en el estudio de tatuajes sobre el origen y la composición de las tintas que utilizan. Asegúrate de que cumplen con las regulaciones europeas.
  2. Escoge un estudio de tatuajes certificado: Asegúrate de que el establecimiento cumple con las normativas de higiene y seguridad.
  3. Verifica la esterilización del material: Agujas y equipos deben estar debidamente desinfectados para evitar infecciones.
  4. Consulta a un dermatólogo si tienes dudas: Especialmente si tienes alergias o problemas cutáneos.
  5. Cuida la piel después del tatuaje: Sigue las instrucciones del tatuador para evitar infecciones o reacciones adversas.

Teniendo todo esto en cuenta, los tatuajes son una forma de expresión personal cada vez más extendida, pero aún existen muchas preguntas sobre sus posibles efectos a largo plazo en la salud.

Aunque actualmente no hay evidencia suficiente para afirmar que sean peligrosos, tampoco se puede garantizar su total seguridad. Por ello, es recomendable estar bien informado antes de tatuarse y optar por estudios de tatuajes que cumplan con todas las normativas sanitarias.