Especialistas en salud mental alertan de que el cambio climático, con sus efectos cada vez más palpables en las temperaturas y los patrones climáticos, se ha convertido en un importante factor de riesgo para el desarrollo de la depresión

Esta advertencia viene avalada no solo por opiniones expertas, sino también por diversos organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y el Observatorio Europeo del Clima y la Salud, que advirtieron sobre la amenaza que representa el cambio climático para la salud mental y el bienestar psicosocial, al provocar trastornos que van desde el malestar emocional hasta la ansiedad, depresión o conductas suicidas.

Enero de 2024 ha sido el mes de enero más cálido registrado a nivel mundial, con una temperatura promedio del aire de 13,14ºC, es decir, 0,70ºC por encima del promedio de enero de 1991 a 2021.

A partir de los 23ºC, cada aumento de un grado incrementa el riesgo de depresión, mientras que la exposición a la contaminación del aire aumenta también ese riesgo. Además, aquellas personas que cuentan con un diagnóstico previo de trastorno depresivo presentan una mayor vulnerabilidad hacia el empeoramiento de esa sintomatología depresiva.

Riesgo de suicidios

La doctora Giovanna Fico, psiquiatra e investigadora de la Unidad de Trastornos Bipolares y Depresivos del Hospital Clínic de Barcelona explica que “existe evidencia sólida que sugiere que la exposición a la contaminación del aire, especialmente a las partículas finas (PM) y a climas extremos, puede inducir estrés oxidativo, neuroinflamación y cambios estructurales en el cerebro, lo que se asocia con trastornos mentales como la depresión y un incremento del riesgo de suicidio”. 

También el Observatorio Europeo del Clima y la Salud recalca que el cambio climático puede afectar a la salud mental a través de varias vías, como los fenómenos meteorológicos extremos, que causan trastorno de estrés postraumático, ansiedad y depresión, o las temperaturas extremas, que afectan el estado de ánimo, aumentan el riesgo de suicidio y afectan el bienestar de las personas con problemas de salud mental. Además, las hospitalizaciones por trastornos psiquiátricos y las visitas psiquiátricas de urgencia tienden a aumentar durante las olas de calor, así como las tasas de suicidio, tal y como expone el Foro Económico Mundial.

Se prevé que la frecuencia y la intensidad de las olas de calor extremas sigan aumentando en todos los escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero. Además, la tendencia observada de condiciones más cálidas y secas en el sur de Europa continuarán en las próximas décadas, lo que agudizará el problema.

Entre los efectos indirectos del cambio climático, la doctora Fico destaca que “el cambio climático afecta a la situación social de los individuos más frágiles, empeorando la salud mental. Los síntomas más frecuentes son los depresivos”.

“Futuro aterrador”

¿Cómo abordar esta situación desde el punto de vista clínico? “El enfoque terapéutico de los síntomas depresivos o del riesgo de suicidio causado por el cambio climático requiere de un enfoque integral que combine estrategias farmacológicas, tales como antidepresivos y ansiolíticos, con intervenciones no farmacológicas, incluida la terapia cognitivo-conductual, el apoyo psicosocial y la promoción de estilos de vida saludables”, añade Fico.

La población infantil, juvenil y adultos jóvenes son más vulnerables a la angustia y los problemas de salud mental relacionados con los cambios ambientales. El cambio climático surge como una de las mayores causas de preocupación para la población infantil y juvenil. 

En una encuesta mundial, que incluye a varios países europeos, los sentimientos sobre el cambio climático afectan negativamente la vida diaria y el funcionamiento de casi la mitad de los niños y jóvenes, y el 75 % de los encuestados cree que su futuro es «aterrador».

Según la experta, “la educación y la concienciación sobre el cambio climático son fundamentales para mejorar la comprensión de su impacto en la salud mental y promover la resiliencia emocional frente a estos desafíos”.

A pesar de los esfuerzos que se llevan a cabo para abordar la salud mental en Europa, todavía existen pocas políticas dirigidas específicamente al impacto del cambio climático en la salud mental.