La música tiene el poder de 'afinar' la expresión de los genes alterados en los pacientes con enfermedades neurodegenerativas, produciendo en las personas con deterioro cognitivo un efecto beneficioso.

Así se desprende de los primeros resultados del proyecto de investigación multidisciplinar Sensogenoma, un año después de que la Real Filharmonía de Galicia realizase los primeros conciertos en Santiago de Compostela.

Una de las principales motivaciones para este estudio se basa en el hecho de que la neurociencia y las ciencias cognitivas han acumulado evidencia que sugiere que la música aporta beneficios objetivos en diversas condiciones médicas. Sin embargo, aún no se conocen completamente los mecanismos moleculares detrás de este efecto positivo, como hoy apuntaron los investigadores.

El catedrático Antonio Salas dijo durante la presentación de los primeros resultados de la investigación que se ha podido constar que al menos el 93% de los estudios sobre los efectos de la música en la demencia han reportado resultados positivos relacionados con la memoria y mejoras cognitivas, entre otros aspectos.

Además, indicó que este trabajo proporciona las primeras evidencias de que, en el caso del Alzheimer, se producen alteraciones en la manera en la que se expresan genes relacionados con la música.

Beneficiosa para varias enfermedades

En la misma línea se pronunció Federico Martinón, jefe de servicio de Pediatría del Hospital Clínico de Santiago. "Lo que vemos aquí es que esas rutas genéticas, alteradas normalmente por la enfermedad, en la sobre expresión que la música produce en los genes lo hace en la dirección contraria a la enfermedad".

Añadió este investigador que es en las enfermedades neurodegenerativas, en la parálisis cerebral, en el trastorno del espectro autista, "donde tenemos cada vez más evidencias que apuntan a los beneficios de la música en la enfermedad".

Este estudio supuso un gran reto tecnológico y logístico, ya que entre otras complejidades los investigadores consiguieron poner a punto el análisis del transcriptoma (el universo de moléculas que se expresan a partir del ADN de una persona como respuesta a un estímulo) a partir de tan solo una o dos gotas de sangre capilar que se recogió en los donantes asistentes al concierto antes y después del estímulo musical.

Los investigadores analizaron muestras de usuarios de la asociación de Alzheimer de AGADEA y de personas sanas. Los resultados pudieron ser contrastados con los genes que están expresados de manera alterada en los pacientes de deterioro cognitivo, y para ello se meta-analizó el transcriptoma de más de 1200 pacientes con deterioro cognitivo leve y Alzheimer.

Según indica Salas, "ni en el mejor de nuestros sueños nos imaginábamos que obtendríamos resultados tan sorprendentes, tanto por el reto técnico al que nos enfrentábamos, como por el valor y la transcendencia de los resultados".

Una mayor sensibilidad a la música en los pacientes con demencia

Uno de los resultados más llamativos del estudio es que los pacientes con demencia tienen una mayor sensibilidad a la música, si por ello se entiende la cantidad de genes que modifican su expresión con el estímulo musical y lo comparamos con personas sanas. Salas subraya que "la música modifica la expresión de más del doble de genes que en las personas sin patología diagnosticada, y muchos de estos genes están relacionados con procesos neurodegenerativos".

La musicóloga Laura Navarro, coordinadora del proyecto Sensogenómica, recordó que "la música ha cambiado el mundo, no se concibe un mundo sin música. El poder transformador de las artes tiene raíces en la biología humana y como tal, el proyecto quiere acercar el binomio música-ciencia a una sociedad plural y diversa".

Los primeros resultados de esta investigación llegan a las puertas de los próximos eventos Sensogenoma23, que tendrán lugar los próximos días 29 y 30 de septiembre en el Auditorio de Galicia.