Con la llegada de unas festividades, las navidades, que orbitan sobre el consumo de alcohol, vuelven a alzarse las voces que alertan sobre los peligros del abuso de esta sustancia. Y comparan sus nefastas secuelas con las vidas cobradas por el coronavirus. Así, en casi tres años de pandemia, han fallecido más de seis millones de personas en todo el planeta como consecuencia directa del covid-19. Pues bien, según la OMS, el número de muertos por consumo de alcohol es de 3,3 millones cada año

Con el agravante de que Europa bebe de media un 50% más que el resto del mundo y el consumo de esta droga legal es el responsable de 155 billones de euros en costes sociosanitarios. 

España tiene un consumo de alcohol “per cápita” mayor que la media europea, según datos de Socidrogalcohol. “Y se producen al año unos 20.000 fallecimientos por abusar de la bebida”, asegura su presidente Francisco Pascual Pastor. Muertes prematuras, no solo relacionadas con el cáncer, también con problemas cardiovasculares, de hígado, páncreas, etc. Más las muertes producidas como consecuencia del uso del alcohol al volante o los accidentes laborales.

Sin embargo, la población no siempre es consciente de sus daños colaterales. Tomar alcohol con regularidad se relaciona con más de 200 enfermedades, entre ellas la aparición de algunos tumores. Su uso nocivo explica hasta la mitad de los tumores de hígado en Europa, siendo el cáncer colorrectal el segundo tipo de cáncer más presente en el continente, y el 10% de ellos aparece como consecuencia del abuso del alcohol.  

El consumo de bebidas con alta graduación se relaciona también con la aparición de cáncer de colon y recto en un 29%, cáncer de mama en un 15%, cavidad oral, faringe y cáncer de hígado en un 12%, respectivamente, y cáncer de laringe en un 6%. Incluso un consumo de bajo riesgo, una caña o un vaso de vino al día para las mujeres, y el doble para los hombres, puede ser problemático.  

"La frase ‘¿vamos a tomar algo?’ es una de las trampas más nefastas que existen"

Josean Fernández - Presidente de AERGI

Alcohol y UCI

El alcohol está además detrás de una gran cantidad de siniestros. De hecho, el 20% de los pacientes que ingresan por un accidente en una UCI dan un nivel elevado de alcoholemia. Entre 2018 y 2019 se produjeron un total de 372 casos de politraumatismos, o enfermedad traumática grave en la unidad que dirige Félix Zubia, jefe del Servicio de Medicina Intensiva de la OSI Donostialdea. Con un dato llamativo, casi uno de cada cinco presentaba niveles elevados de alcohol, un 19%. Un 18% estaban tomando fármacos psicotrópicos y un 7,5% tuvieron resultado positivo para otras drogas.

Para Josean Fernández, presidente de AERGI, Alcohólicos y Adictos en Rehabilitación de Gipuzkoa, la incidencia en el entorno socio familiar del consumo se traduce en conflictos permanentes. “Eso de lo que yo bebo no le hace daño a nadie más que a mí es falso de solemnidad. Nadie sale indemne de una familia con un bebedor o bebedora excesiva en su seno. Los hijos adoptan roles disfuncionales, convirtiéndolos en adictos o codependientes con muy pocas posibilidades de escapatoria”, afirma.  

En su opinión, la típica frase de Vamos a tomar algo es “una de las trampas más nefastas que existen para quienes habiendo caído en la dependencia alcohólica o en la adicción, se ven impelidos a rechazar la invitación”, señala. “¡Vaya! ¿qué te pasa?”, “¿estás enfermo?”, “por tomar algo no pasa nada”... Comentarios con tono de decepción y/o desaire, ante la falta de cortesía de quién llega a ser tan radical como para negarse a tomar algo”, protesta Fernández.

Caso islandés Desde la perspectiva sanitaria, se apuesta por la prevención como una herramienta vital para combatir las intoxicaciones etílicas. “Nuestra sociedad necesita un buen plan de prevención de drogodependencia”, dice Félix Zubia que se fija en el caso de Islandia, un país con apenas 300.000 habitantes, pero que presentaba alarmantes datos de afectados por las drogas. 

En 1998 dado que el 50% de los jóvenes tenían problemas con el alcohol, y el 25% con otras sustancias, se puso en marcha un plan que, en 20 años, ha logrado disminuir el uso de sustancias psicoactivas en adolescentes, presentando en la actualidad la tasa de consumo más baja en Europa. 

DROGA LEGAL


Más consumida. El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida por la población, según la Encuesta sobre alcohol y drogas. 


Muertes. Se calcula que el uso nocivo del alcohol causa cada año 3,3 millones de muertes y una proporción considerable de ellas corresponde a personas jóvenes.