Hay una ley no escrita a lo largo y ancho del Cantábrico, y es esa que establece que Donostia se convierte en la capital los dos primeros domingos de septiembre. Es algo que no admite discusión si eres amante del deporte, y es que la Bandera de La Concha no es apreciada únicamente por los aficionados al remo, está en un escalón de interés superior. Trasciende a lo meramente deportivo, es uno de esos días en los que la tradición se abre paso en forma de evento de masas, pero siempre teniendo presente que es una tradición legendaria y un homenaje a los pescadores, una figura tan representativa del norte del estado. Desde la clasificatoria hasta el segundo domingo el deporte se focaliza en los alrededores del puerto donostiarra.
Es verdad que, si se echa la vista solo un año atrás, el aficionado sentirá cierta nostalgia al ver las reducidas diferencias de la edición pasada, en la que solo ocho segundos separaron a cinco embarcaciones tras el primer domingo. En esta ocasión del ganador de la primera tanda salió con casi el doble de diferencia con su más inmediata perseguidora. Decir que Urdaibai no tiene agarrada la bandera con una mano sería faltar a la verdad. Los catorce segundos de ventaja con Zierbena y los quince con la embarcación anfitriona, Donostiarra, otorgan a los de Iker Zabala una ventaja que, a tenor de lo visto durante la temporada, es difícil de remontar. ¿Imposible? No, en un deporte como el remo en el que tantos factores ajenos a la propia trainera influyen no se puede hablar de imposibles hasta que se haya cruzado la meta. Pero las posibilidades son escasas, aunque nadie renuncia a ellas y se va a salir a hacerlo lo mejor posible, por respeto al propio deporte y al duro trabajo que vienen haciendo los protagonistas desde noviembre.
Orio, en la tanda de honor
En esa tanda de honor estará también Orio, que hizo un gran largo de ida en la primera jornada y que, aunque en popare no acabó de acertar, completó una muy buena regata y buscará cerrar con aún mejor sabor de boca una temporada que parecía que iba a ser más dura para la San Nikolas. Los cuatro primeros de liga, los cuatro de una tanda de honor de la Bandera de La Concha de la que se cayó una Hondarribia de la que, en un caso completamente opuesto, se esperaba más. Solo dos segundos separan a ambas embarcaciones, y el remar en tandas diferentes puede jugar un papel clave en esa pelea por la cuarta posición en la general. Va a ser extraño ver a la Ama Guadalupekoa en la primera tanda del segundo domingo, no ocurría desde 2011, pero a tenor de lo visto durante el curso no resulta una sorpresa mayúscula.
En la primera tanda, junto a Hondarribia, van a bogar Getaria, Cabo da Cruz y Kaiku. La Esperantza, que año a año se mantiene como una trainera firme y sólida, partirá con el objetivo de intentar recortar los seis segundos que le sacó Kaiku el primer domingo, partiendo ambas de tandas distintas. En Getaria esperaban que hubiera mar, que hubiera movimiento. No parece que vaya a ser así, para su mala suerte. Justo ayer las condiciones fueron menos apacibles que el día de la regata. Aún y todo, nivel tienen y está más que demostrado para buscar esa remontada y terminar en una buena sexta posición. Es evidente también que Kaiku no va a poner las cosas fáciles, faltaría más, pero durante la temporada ya se ha visto a los de Ion Larrañaga meter esa diferencia a la Bizkaitarra.
La sesión va a arrancar a las 12:00 con la primera tanda. Para ese momento la fiesta en el muelle será completa entre adeptos al remo y curiosos que vayan simplemente a disfrutar del ambiente de la parte vieja sin tan siquiera mirar la televisión. Al final el deporte debe ser eso, una fiesta.
Olas de menos de un metro
Las condiciones meteorológicas no parece que vayan a jugar un papel fundamental en la regata, aunque evidentemente sí pueden tener un grado de influencia. A las 11.00, hora de comienzo de la regata femenina, un ligero viento oeste de entre siete y trece kilómetros por hora va a acompañar a las embarcaciones, viento que a medida que avance la mañana irá rolando a noroeste, pudiendo llegar a bufar a 17 kilómetros por hora. Como ya es habitual en Donostia, un cambio entre tandas en principio favorecerían a las embarcaciones de las primeras tandas. La calle a evitar, en principio, volverá a ser la uno como el fin de semana pasado en un campo de regateo en el que se espera que la ola no llegue al metro de altura. Para las traineras que querían un mar movido en esta segunda jornada, por tanto, malas noticias.