La Real entra en pista de despegue (1-3)
Un gran equipo txuri-urdin remonta en la segunda parte a Osasuna con goles de Brais Méndez, Guedes y Barrenetxea desde la medular
Muchos no lo saben, pero desde hace unos años la Real suele acudir al aeropuerto de Noain para despegar hacia sus destinos. Ligueros y europeos, porque en los últimos seis años se ha acostumbrado a viajar por el Viejo Continente de forma recurrente. Igual no es casualidad que en una campaña en la que no ha encontrado demasiadas respuestas a su mal inicio, en la que ha sembrado de dudas su trayectoria al caer en puestos de descenso, el punto de inflexión que todos estábamos esperando llegó en Pamplona.
Su victoria de este sábado, siete meses después y remontando un gol psicológico encajado en las postrimerías del primer acto que en otra ocasión le hubiera sentenciado, le permite entrar en la pista de despegue para soñar con alcanzar cotas ilusionantes. Vista la mejora de varios de sus jugadores y la indiscutible calidad que atesoran en sus botas y sin que resulte exagerado, después de lo visto en El Sadar, con esa remontada en una segunda mitad portentosa en la que superó ampliamente a un contrincante que nunca se rinde, parece más apropiado soñar por fin con metas como el regreso a Europa que desesperarse pasando las semanas mirando por el retrovisor. Brais Méndez, Guedes y Barrenetxea, con un gol de bandera casi desde el centro del campo, firmaron un triunfo que debe suponer un antes y un después en la temporada txuri-urdin. Entre otras coas, porque su mediocentro, un titán llamado Gorrotxategi, comienza a recordar a varios de sus predecesores en el puesto que cambiaban los signos de los encuentros desde su posición. Algo poco habitual, salvo para nosotros, que nos hemos acostumbrado.
¿Quién ha sido el mejor jugador contra Osasuna?
La afición de la Real opina: ¿quién ha sido el mejor jugador contra Osasuna?
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Se esperaban cambios y se esperaba que Zakharyan entrara por fin en una alineación de la Liga. Hasta la fecha solo había salido de inicio en el encuentro de Copa en Negreira y cuando estaba jugando había dejado muchas señales de calidad, compromiso y deseo de triunfar. Los jugadores que se habían quedado en Zubieta reconocían en privado que Sergio había subido el nivel de la exigencia y que estaban trabajando de forma muy intensa. Al técnico se le podrán discutir cosas, pero siempre aplica el sentido común en la mayoría de sus decisiones. Con varios de sus jugadores viajando por el mundo, decidió apostar por los que se habían quedado en casa a su mando. Así se decantó por el ruso como sustituto de Barrene; por Guedes, en lugar del afectado por el jet-lag y el cansancio Kubo; por Caleta-Car como relevo del lesionado Zubeldia; y por Aihen, que rindió a buen nivel con Euskadi, en lugar de Sergio Gómez, que se fue entre semana con Catalunya.
Alessio Lisci, que llevaba toda la semana jugando al escondite con sus tocados, arriesgó con Moncayola y Torró.
La Real empezó mal, pero se rehízo y fue superior a Osasuna durante muchos minutos. Eso sí, en esta ocasión, al contrario que en Elche, cada vez que le atacaron le hicieron daño. Sobre todo en las recuperaciones. Como suele ser normal, esté quien esté en su banquillo, en El Sadar siempre vuelve el balón rápido cuando te ves acorralado y lo rifas, y así sucedió en varias ocasiones. A los cuatro minutos, Brais perdió un balón en la medular y Víctor, el mejor del primer acto, lo sirvió perfecto para Raúl, quien no pudo superar la buena salida de Remiro antes de quedarse casi sin hueco.
A partir de ese momento, los realistas, tomaron el control y sometieron por momentos a Osasuna, aunque en esta ocasión, y también al contrario que en Elche, les costara mucho generar peligro de verdad. Amenazaron mucho, pero les faltó acierto e inspiración en los últimos metros. Incluso hubo varias acciones en las que sus delanteros, en buenas posiciones, se precipitaron.
Aramburu fue el primero en probar a Herrera desde lejos. Pasado el minuto 20 llegó la mejor acción visitante en una pared entre Guedes y Soler y el impreciso centro del primero no llegó a remacharlo Oyarzabal, que estaba solo en el segundo palo. A Raúl se le escapó fuera un cabezazo y Zakharyan también disparó muy centrado tras una magnífica combinación txuri-urdin. Moi no aprovechó una mala salida de Remiro y un balón rifado que despejó un zaguero de Osasuna tampoco lo aprovechó Raúl después de que no llegara a controlarlo Soler. El valenciano se perdió cuando tenía que cubrir el hueco que dejaba Gorrotxategi, el más destacado realista, al incrustarse entre los centrales. El de Eibar provocó un córner en un despeje en el que le hizo falta clara Aimar y, en el saque del mismo, Catena cabeceó solo en el área sin que Caleta-Car, su marcador, fuese capaz de atarle en corto tras ser víctima de varios bloqueos como un infantil.
Pudo ser peor, porque, en el último minuto, un buen centro de Aimar lo cortó Gorrotxa y Remiro salvó el segundo al reaccionar en una intervención de reflejos. Una pena, pero una historia demasiadas veces vista y repetida. Y complicado de creer en la victoria cuando este equipo lleva sin remontar desde el 9 de marzo de 2024.
En la primera jugada de la reanudación, Oyarzabal no llegó a un centro de Zakharyan. Con la Real bien plantada y convencida de que podía darle la vuelta al marcador, Soler encontró en el área a Brais y su disparo se coló tras rozar en la bota de Juan Cruz. Los realistas olieron la sangre, y, poco después, Soler buscó la escuadra y Herrera salvó con un paradón. En el saque del mismo, Jon Martín no atinó con el remate y Oyarzabal se quedó lejos de remachar en el segundo palo. El capitán se resarció al fabricar el segundo tanto de Guedes, quien definió con la misma calidad que en el derbi, y Sergio dio entrada a Take Kubo y Barrenetxea para finiquitar el trabajo. El segundo marcó el tercer tanto con un disparo antológico desde el centro del campo.
Lo más difícil ya está hecho. El entrenador ha sobrevivido a un ultimátum, el equipo lleva sin perder seis encuentros, ha ganado fuera siete meses después y ha logrado remontar casi dos años más tarde. Además, jugando bien y convenciendo, que siempre es mucho mejor. A partir de ahora, a dos puntos de Europa, empezaremos a calibrar cuáles son sus opciones y sus aspiraciones reales. Pero lo cierto es que, visto lo visto este sábado, parece un firme candidato para luchar por meterse en el vagón europeo.
