[Tribuna txuri-urdin] "Quería quedarse, pero...", por Marco Rodrigo
Imanol explicó el viernes por qué dejará la Real, y el derbi del domingo reforzó luego sus motivos
Durante las últimas semanas, convulsas y repletas de noticias, Imanol Alguacil ha puesto especial empeño en lanzar un mensaje por encima de todos los demás, el mensaje con mayúsculas. “Me quiero quedar”. “Me quería quedar”. Lo ha repetido de forma sistemática, lo ha hecho llegar a la gente de mil maneras, aunque finalmente sólo ha significado la primera parte de un complicado jeroglífico, unida a la segunda mediante un premonitorio “pero”. “Me quería quedar, pero me marcho porque no hemos ganado todo lo que me gustaría”, dijo el viernes. ¿Traducción? No aprecien en las explicaciones del míster un reproche a sus futbolistas o a sí mismo, porque él ha considerado varias veces que el equipo está completando “un temporadón”. Interpretemos sus palabras, más bien, como un “hasta aquí hemos llegado” en lo que se refiere a la evidente disparidad de criterios desde la que entrenador y club miraban al futuro.
Dos discursos
Vuelvo aquí, prometo que por última vez, a lo explicado hace sólo siete días en este mismo espacio. El sábado 17 de agosto, antes del Real-Rayo, Imanol ya utilizó en rueda de prensa la palabra “ganar” para justificar su petición al club de “fichajes en todos las posiciones del campo”. Sin embargo, sólo dos días después, el lunes 19, Aperribay habló de futuro, de largo plazo y de la apertura de un nuevo ciclo, contraste que vivió la semana pasada un nuevo episodio. Conocida ya la marcha de Alguacil y el nombramiento de Sergio Francisco, el presidente ahondó ante los micrófonos de Radio Marca en su discurso veraniego: “Ojalá todos los años de cambios se den así, con el equipo en mitad de tabla”. Y el todavía entrenador insistió igualmente, llegado su turno. “Ni entrando en Europa me sería suficiente. Quiero más victorias de las que hemos conseguido. Y no busquéis motivos adicionales ni problemas con nadie. Comprended que sea ambicioso y que desee ganar más”.
Sin excusas
Imanol entiende que bastante ha hecho con lo que ha tenido a sus órdenes este año, “un equipo joven que alcanzará su máximo nivel dentro de dos o tres años”. Inició la temporada con contrato en vigor hasta junio. Así que, como profesional, hombre de club y persona agradecida que es, ha trabajado durante todo el curso sin quejas ni excusas, asumiendo el proyecto pero sin comprarlo del todo. La semana pasada defendía un servidor en estas líneas que técnicos como Xabi Alonso o Julen Lopetegui no resultaban los más apropiados ahora para esta Real, pues asumir las riendas del equipo les implicaba venir de arriba abajo y hacerse cargo de un plantel en crecimiento, sin garantías de éxito en el corto plazo. Seguramente no caí en la cuenta de que, a base de ganar y de conseguir objetivo tras objetivo, el propio Imanol ha ido alcanzando también un estatus equiparable al de otros entrenadores de caché. Por mucho que haya mamado Zubieta y por mucho que la sangre txuri-urdin fluya por sus venas, la ley del fútbol nos obligaría a comprenderle si estimara que, con todo lo logrado, no merecía volver a la casilla de salida.
0-0 en Anoeta
A la Real le iba mucho el domingo en el derbi. Y quedaron fuera de su alineación, aún así, dos fichajes jóvenes de la generación de 2002 como Luka Sucic (10 millones) y Javi López (7 kilos). También habría sido suplente Orri Óskarsson (2004 y 20 millones) de no encontrarse lesionado. Y no resultó espectacular el rendimiendo de un Sergio Gómez (2000 y 8,7 kilos) a quien, eso sí, veo más por dentro que en banda. El pasado 25 de septiembre flipamos todos en colores cuando Jon Martín y Pablo Marín compartieron once en Niza, en el debut europeo. Siete meses después, el equipo se jugó media campaña con ambos en la alineación. Y a pocos nos extrañó, básicamente porque los dos se lo habían ganado previamente a base de rendimiento y progresión. En cualquier caso, semejante panorama general implica sí o sí pagar ciertos peajes competitivos mientras futbolistas inexpertos se foguean en la élite, tarifas que un club con la filosofía txuri-urdin debe y puede abonar pero que quizás resulten demasiado elevadas para un entrenador a quien, anunciada ya su marcha, parece ahora que quieren Oporto y Sevilla.