La afición de la Real por fin pudo tributar un recibimiento a la altura del logro del equipo y de las expectativas de unas semifinales. El club anunció por sorpresa que el autobús iba a cambiar de itinerario para rodear el estadio de Anoeta y entrar por la puerta sur del parking. En realidad, cuando se remodelaron los vestuarios, la Ertzaintza les pidió que cambiaran su situación para entrar directamente en la rampa de la entrada norte del estadio. Pero en la llegada del rival era preferible no recorrer tantos metros cerca del estadio para evitar incidentes, aunque no podía ser la misma interpretación con el de la Real, ya que en su ruta la hinchada iba a estar mucho más cerca y localizada en el complejo de Anoeta.
La solución del club fue que el autobús llegara desde hospitales, en lugar del Paseo de Errondo, y que en su camino hubiese dos focos de recibimiento, uno más tranquilo y familiar al lado del Txuri y otro ardiente y apasionado por la entrada del costado del Velódromo. Y además, todo estuvo bajo el control de la seguridad privada contratada por la propia Real con la Ertzaintza supervisando la situación en un discreto segundo plano.
![[Vídeo] Espectacular recibimiento de la afición txuri-urdin a la Real](https://estaticosgn-cdn.deia.eus/clip/61fbb9ff-6633-4a97-af0f-2fef20c85d99_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg)
Más de 5.000 aficionados
El recibimiento fue apoteósico. Más de 5.000 personas no pararon de entonar cánticos hasta que, a las 19.45, cuando apareció el autocar, aquello parecía un partido de la liga griega o turca. Bengalas, fuegos de artificio, banderas gigantes por delante del bus… Impresionante. El primer gol lo marcó la afición. Tanto que reclamaba Imanol, a quien le dedicaron numerosos mensajes de apoyo, esta vez no podía tener queja de la respuesta de su parroquia.
![[Vídeo] La pasión txuri-urdin toma las calles de Donostia antes del partido contra el Real Madrid](https://estaticosgn-cdn.deia.eus/clip/77831c0a-b9c6-4d76-9dc5-5367255b40a2_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg)
La pena fue que, como los cristales del autobús estaban tintados no se podía ver la reacción de los jugadores, que, como es lógico, tenían que estar alucinando con el cariño y el calor con el que les aguardaban los seguidores. Muchos de ellos subidos en la ladera de Zorroaga, en árboles, en farolas y hasta en un camión.
En conclusión, se pueden hacer las cosas bien, sin incidentes, con la gente cerca de los jugadores y con el equipo sintiéndose arropado por su gente. No era tan difícil.