Perdura aún en la memoria reciente del aficionado ese pasado domingo 27 de octubre en el que Osasuna se llevó los tres puntos de Anoeta. Marcaron Torró y Budimir, ambos en la primera parte, y el cuadro navarro dejó contra la Real Sociedad unas sensaciones más que positivas, situándose entonces en la octava plaza liguera pero empatado a puntos con el quinto. Una semana después, los rojillos ganarían en casa al Valladolid para, aprovechando otros resultados, ascender precisamente a esa quinta posición. Pero el triunfo frente a la escuadra blanquivioleta, logrado el sábado 2 de noviembre, es a día de hoy el último conseguido en el campeonato por el conjunto de Vicente Moreno. Han transcurrido tres meses exactos.
Una baja capital
¿Qué le ha pasado a Osasuna durante todo este tiempo? Semejante sequía no puede explicarse desde un único factor. Además, cabe resaltar que la racha, nueve encuentros sin ganar, implica sólo tres derrotas y hasta seis empates: los rojillos compiten y se mantienen dentro de los partidos. Sin embargo, resulta difícil disociar esta trayectoria reciente de la baja de Bryan Zaragoza, quien únicamente jugó los tres primeros duelos de la serie, todos con sus matices. En el Santiago Bernabéu siempre se puede perder (4-0). Después, el Villarreal igualó en El Sadar (2-2) de penalti y en el descuento. Y, una semana más tarde, la fractura del extremo en el quinto metatarsiano de su pie derecho se produjo coincidiendo con el buen punto arrancado del Sánchez-Pizjuán contra el Sevilla (1-1).
Peores sensaciones
Lo que ha venido luego ha deparado sensaciones más bien agridulces. En la Copa, Osasuna se ha plantado en los cuartos de final tras vencer en Ceuta, Tenerife y San Mamés (antes lo había hecho en Chiclana). En la Liga, mientras, los discretos resultados han tenido menos coartada que los ya citados ante Madrid, Villarreal y Sevilla. El conjunto navarro, siempre sin Bryan Zaragoza, ha empatado en casa contra Alavés (2-2) y Rayo (1-1), perdiendo además el derbi frente al Athletic (1-2). Fuera, mientras, ha sumado en el campo del Espanyol (0-0), ha perdido en el Metropolitano con el Atlético (1-0) y vio también en la última jornada cómo se le escapaban en el descuento dos puntos de oro ante un Las Palmas diezmado (1-1). Lo del estadio de Gran Canaria ha traído cola esta semana.
Primeras críticas a Moreno
Vicente Moreno aterrizó en verano en el banquillo osasunista con la difícil papeleta de suplir a Jagoba Arrasate. El gran arranque de campaña y la trayectoria en Copa, sin embargo, le otorgaron un crédito que el entorno ya se ha empezado a cobrar tras el último resultado. No, la afición rojilla no es un clamor contra su técnico. Ni mucho menos. Pero en líneas generales no gustó ver al cuadro rojillo recular durante el mencionado encuentro ante Las Palmas, en ventaja y con los canarios en inferioridad numérica. Comenzó el entrenador valenciano convirtiendo al lateral zurdo (Juan Cruz) en tercer central, para cerrar atrás con una línea de cinco que incluía a Bretones como carrilero. Introdujo luego a Herrando por el propio Juan Cruz. Y, pese a las precauciones, su equipo terminó recibiendo el 1-1 del ex realista Januzaj. Moreno viene de recibir sus primeras críticas importantes como rojillo...
Un equipo cojo
Volvamos a lo de Bryan, a su baja. Han pasado por ese extremo zurdo Rubén García, Aimar Oroz, Kike Barja... Pero, como es lógico, nadie ha aportado ahí el desequilibrio del andaluz, quien regresa hoy a las convocatorias. Osasuna ha sido durante este tiempo un equipo cojo, con menos mordiente en la izquierda y manteniendo en la derecha, eso sí, la profundidad de un Areso convertido en principal argumento ofensivo. Las incorporaciones del lateral de Cascante, unidas al juego interior del propio Aimar, amenazan esta tarde a una Real también necesitada.