La Real se presenta en Roma con la mente puesta en lograr más descanso y evitar correr más riesgos con el calendario y los sinvergüenzas que lo gestionan. Una victoria en casa del mejor equipo de la competición hasta ahora le dejará en una situación óptima para acabar entre los ocho primeros y evitar así la primera ronda de los cruces. Tras disputar la Champions la campaña pasada de forma brillante, la sensación de este curso es que la Real es capaz de derrotar a cualquiera de sus adversarios en la competición. Es decir, el sueño de jugar la final en Bilbao es factible, aunque tenga que mejorar muchas cuestiones que tienen que ver con la regularidad, la constancia y la puntería. Defensivamente pocos conjuntos más fiables habrá en la competición que el de Imanol. Eso lo tenemos todos muy claro. Hasta los rivales lo dicen, como señaló Marcelino en la previa: “Sabemos que vamos a tener pocas ocasiones para marcar”. Ahora, cuando se van a enfrentar a la Real de Imanol, se repiten frases como las que siempre oíamos antes de enfrentarnos a los gigantes: “Hay que acertar en las áreas”. Algo muy bien estará haciendo muy bien el equipo de Imanol.
Los datos son claros. La Lazio es el líder de la competición y ya tiene plaza fija en los octavos de final. Eso es un buen motivo para pensar que, en plena lucha en el Calcio, quizá no se tome el encuentro con todos sus efectivos más destacados.
Imanol recurrirá al equipo A. Con Remiro en la portería, Aramburu, Zubeldia, Aguerd y Aihen en la zaga. Zubimendi, Sucic y Brais en la medular y arriba, Kubo, Oyarzabal y, quizá la gran duda, Sergio Goméz, Barrenetxea o incluso Becker, que cuajó una buena actuación en Mestalla.
El rival
La Lazio comanda con mano firme la Europa League, con cinco victorias y un empate y está en cuarta posición, puestos Champions, en el Calcio. Sus jugadores ofensivos más destacados son Castellanos, Dia, Zaccagni, el mítico campeón del mundo Pedro y el danés, Iraksen, que volvió loca a la zaga española recientemente. En el recuerdo de todos para nuestra inmensa satisfacción, la birlada del fichaje de Silva en el última hora cuando ya tenía un pie en la Lazio…