La conversación no tuvo desperdicio. Un periodista que proclama a los cuatro vientos ser del Sporting entrevistaba en la COPE a Lucas Pérez, uno de los últimos mohicanos románticos que quedan en el fútbol al haber sacrificado su ambición personal para rescatar a su Deportivo y héroe de su ascenso a Segunda División: “Para los que son solo de equipos grandes, la sensación que tiene uno es como cuando un equipo grande logra una liga o una Champions”.
La respuesta del gallego fue seria y contundente: “No te puedo decir cómo lo sienten pero nosotros somos un equipo grande. Nosotros somos uno de nueve (campeones de Liga), que no se olvide nadie. Sabemos lo que es levantar títulos. Esto simplemente han sido muchos años de sufrimiento, de luchar porque las cosas no nos han salido. La afición siempre ha estado ahí y ahora a por la Primera División”.
¡Que mal lo ha pasado la afición del Deportivo! Han sufrido tanto que su ascenso al segundo escalón ha sido una noticia tratada con status de equipo de élite. Y me parece lógico y normal, porque todo el país estaba pendiente del drama coruñista que, por momentos, ha sido de una crueldad inaguantable.
Durante su camino, la Real aparece como uno de sus verdugos en dos ocasiones. En su descenso de 2011 el equipo de Lasarte era uno de los que se jugaba la plaza y, en 2013, el pasaporte para la Champions sellado por un tal Griezmann a quien, afortunadamente, luego le enseñó a jugar a fútbol un señor llamado Simeone, conllevaba un daño colateral con su nueva caída al pozo. A los que estuvimos esa tarde en Riazor, Aritz Elustondo en la grada en modo hooligan y yo trabajando entre otros, nos sobrecogió sobremanera el dolor del deportivismo a pesar del momentazo txuri-urdin que tuvimos la suerte de disfrutar. Eso sí que fue como si un grande, en este caso la Real, ganaba otro título. A mí me hubiese gustado que hubiesen ascendido invadiendo Donostia este fin de semana, al menos para limpiar nuestro cargo de conciencia, aunque, en realidad, tampoco podemos responsabilizarnos de los fracasos de los demás.
Estoy de acuerdo con Lucas. El Deportivo es un grande. Y su Superdeportivo un gigante. Su crecida fue tal que pasó de eliminarnos en Atocha en una tanda de penaltis cuando estaba en Segunda (con Lasarte de central), a discutir todos los títulos a sus habituales aspirantes e incluso a intentar arrebatar a la Real a su gran estrella, Meho Kodro. Así lo contaba con su tranquilidad y naturalidad habitual el inigualable bosnio: “Nos reunimos en un hotel de Bilbao. A Lendoiro le gustaba quedar tarde y de forma muy discreta, por lo que nos encontramos en su propia habitación. Nos sentamos en una cama para charlar y al cabo de un rato empiezo a oír un ruido, me giro y era mi agente que estaba roncando”.
Sin entradas ante el Betis
Por lo tanto, el Deportivo merece el mayor de mis respetos esté donde esté, y si fuera por mí que regrese cuanto antes a la elite porque me parece un club de Primera. Palabra de grande a grande, porque no cabe duda de que, a pesar de que muchas veces nos sintamos ninguneados y hasta menospreciados, la Real sigue siendo un referente de la Liga con un palmarés envidiable para su filosofía y la población de su pequeño territorio. Por eso nosotros exigimos un respeto. Nos parece loable que el Betis, otro grande de la Liga, no venda entradas a los aficionados como respuesta a que en la ida la Real hizo lo mismo. Pero nos ha quedado muy claro que no han entendido nada de lo que pasó esa tarde en Donostia. Está claro que Aperribay se llenó de balón y se expresó mal. No había ninguna necesidad de mostrarse tan vehemente, pero en el fondo tenía razón. El día del homenaje a Aitor Zabaleta, ninguno de los ultras que la temporada anterior vinieron a “tocar los cojones”, encima vanagloriándose con aficionados del Atlético, iban a volver a hacerlo. Como era un partido muy especial para nosotros, había que tomar una medida preventiva dura, que seguro no era la más justa, pero era la única que garantizaba que nadie iba a mancillar la memoria de nuestro aficionado más icónico. Y como se vio en la grada, donde estuvieron desperdigados muchos hinchas con la camiseta de las trece barras puesta que no tuvieron ni el más mínimo problema con la parroquia local. Es decir, todos los aficionados que no vengan “a tocar los cojones” podrán visitarnos siempre que lo deseen, que esto solo es fútbol. Y que quede muy claro, para los más escépticos e histéricos, que aquí lamentamos, señalamos y denunciamos cualquier acto vandálico, de los nuestros o de los que sea. En fin, no hay más ciego que el que no quiere ver.
Mikel Merino
Y acabo con otro grande. El capitán Merino. Es impresionante todo lo que ha dado a la Real, empezando por aceptar su propuesta cuando hasta por aquí cerca le ofrecían mucho más dinero. Se ha vaciado y exprimido como ninguno, ha jugado con cuatro lesiones a la vez, se le ha salido el hombro una docena de ocasiones, intentó jugar después de conmociones cerebrales en una misma semana, ha llegado a peinar con la testa vacas y pianos por los aires que caían del cielo y ha jugado al fútbol como pocos en estos últimos seis años. Por algo Imanol le catalogó como el mejor jugador de la Liga (tampoco hacía falta dar tantas pistas). Solo podemos darte las gracias y sentirnos muy afortunados. Pero no olvides que ya estás en un grande. Un club que trata a sus soldados como ninguno, con una afición que te acoge y te trata como si fueses uno de los suyos desde el minuto uno. Una ciudad insuperable para vivir, a 45 minutos de tu Pamplona. Y un equipo hecho a tu medida, que gira a tu alrededor y que te ha adoptado como un gran líder. Me consta que siempre has manifestado a los directivos que eres muy feliz y que tu prioridad es quedarte. También que cuentas con ofertas mejores. Si te quedas serás leyenda para siempre y seguro que volverás a estar cerca de los títulos. Y sabes de sobra que celebrar otro con la txuri-urdin no tiene parangón. Me consta que eres reflexivo e inteligente, y entiendo cualquier decisión que tomes, pero quiero que sepas que confiamos y creemos en ti. Nadie te va a dar tanto como nosotros. Renueva, Mikelón. Te necesitamos y nos necesitas.
Decía Lucas Pérez, en un canutazo con los medios coruñeses, “ahora sacad de nuevo el vídeo cuando descendimos del hincha en la grada que decía en Primera, Segunda o en Tercera, y se señalaba el escudo”. Como la pancarta en Mestalla el año que caímos 40 años después: “En Primera, o en Preferente, con la Real hasta la muerte”. Estamos a muerte con vosotros. Sentid nuestro aliento y nuestra confianza máxima para salir triunfales de una encerrona perpetrada a conciencia. Gora Real, para nosotros el club más grande de todos, ¡a por ellos!