Era y es un partidazo. Pero las circunstancias en las que la Real Sociedad visita esta noche (21.00 horas) Montilivi invitan también a suspirar por lo que habría significado un duelo en igualdad de condiciones: con todos los efectivos txuri-urdin disponibles, los lesionados y también los internacionales; y con el calendario blanquiazul despejado de citas con mayor trascendencia. El caso es que los de Imanol se plantan esta noche en el campo del Girona con seis futbolistas habitando la enfermería y otros dos concentrados con sus selecciones, circunstancias dañinas y que, en cualquier caso, conviene también analizar con perspectiva. Al fin y al cabo, hablamos de síntomas de grandeza, por la exigencia de Champions que viene castigando el físico del plantel y por la presencia en el equipo de dos auténticos referentes en sus respectivos combinados nacionales.

Pasado todo ello a limpio, hay que decir que quienes se pierden el partido de hoy por culpa de dolencias varias son Aritz Elustondo, Kieran Tierney, Aihen Muñoz, Urko González de Zárate, Arsen Zakharyan y Carlos Fernández. Los internacionales Kubo (Japón) y Traoré (Mali), mientras, juegan también hoy los cuartos de final de la Copa de Asia y de la Copa de África respectivamente. Si caen eliminados, volverán a la disciplina blanquiazul de inmediato, cosa que también apunta a suceder en breve con los citados Zakharyan y Urko. Ambos viajan a Girona dentro de la expedición, pero no con miras al duelo liguero sino al encuentro de Copa del martes en Mallorca, a donde la Real se desplazará directamente. Exactamente en la misma situación se encuentra el potrillo Pablo Marín. Y Aritz Elustondo, quien por el momento no pisará tierras catalanas, tampoco está descartado para la ida de las semifinales. Si pudiera jugarlas, acudiría directamente a las Baleares.

Imanol subrayó ayer que tiene dudas con varios futbolistas y su estado físico, algo que siembra de incógnitas un posible once ya de por sí complicado de vaticinar. Lo es por la delicada situación de algunos jugadores. Lo es también por la cercanía de un partido, el del martes en Son Moix, ante el que resulta difícil discernir cuáles son las prioridades del entrenador a la hora de otorgar descansos y repartir minutos. Y parece igualmente complejo acercarse a la alineación de esta noche por lo duro de un rival que está haciendo las cosas de forma sobresaliente. El Girona es un equipo tan positivamente peculiar que podría llevar a Alguacil a introducir matices tácticos menos habituales en sus planteamientos: una defensa de cinco, algún ajuste en la medular para compensar el movimiento interior de Miguel... Todo sería posible, en cuanto a dibujo y en cuanto a nombres propios.

Del adversario poco puede decirse ya que la gente no sepa. Resiste el ritmo cabecero del Real Madrid a base de buenos resultados y, sobre todo, de un buen fútbol basado en un gran comportamiento colectivo. Quizás le llegue al Girona un bajón de resultados, producto de un menor acierto o de una peor forma de sus mejores jugadores. El juego en sí mismo, mientras, parece decidido a sonreírle a largo plazo.