Dicen que la Copa mola. Todavía resuenan en las cabezas de los que sufrimos ese encuentro la megafonía repitiendo ese eslogan en el Nuevo Árcangel de Córdoba antes de que la Real acabara encajando un severo 2-0 en 2012. Estábamos avisados. Era un campo de hierba artificial y sus dimensiones eran mucho más pequeñas de las que están acostumbrados en Primera. Pero lo inquietante de lo que sucedió ayer no tuvo nada que ver con una encerrona. El Andratx, el equipo de una población de poco más de 11.000 habitantes y que compite en la cuarta categoría de fútbol español (la vieja Tercera División), le dio un susto de campeonato a un conjunto de Champions por fútbol. También por físico, motivación y ganas, pero sobre todo porque jugó mucho mejor que los realistas. 

Lo advirtió Imanol la víspera y lo que no vale es recurrir ahora a posteriori al manual de excusas, cuando la Real completó una actuación lamentable y mereció que, por lo menos, le empataran. Un gol de André Silva, en la única acción en la que los blanquiazules plasmaron su supuesta superioridad técnica, les dio la clasificación, pero las sensaciones en los dos envites coperos hasta la fecha son malísimas. Y no, tampoco vale la justificación de que para el sábado Imanol tendrá fresco a su once de gala por la sencilla razón de que ante rivales amateurs la Real utilizó a 16 jugadores y de entre todos ellos sólo había uno que no había ido convocado por una selección y era Dadíe. No es cuestión de diferenciar entre las unidades A y B, porque todos sus componentes estaban obligados al menos a acreditar que son profesionales por contar con una formación y una calidad técnica muy por encima que la de su modesto rival. Insisto, para el que siga poniendo paños calientes a lo vivido ayer, era como si la flamante de Champions las pasa canutas contra el Elgoibar o el Anaitasuna. Y se ve superada y encerrada por sus contrincantes con el fútbol por bandera. Sin apenas dar una patada, ni explotar triquiñuelas ni acciones extradeportivas, simplemente volcándose en ataque con valentía, desparpajo y calidad. Tan cierto es que la hierba era de los antiguos como que el Andratx demostró que se podía jugar muy bien y llegar al área rompiendo por las bandas, sin abusar de balones largos. 

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Copa del Rey | Andratx - Real Sociedad: Las notas de Mikel Recalde

Imanol definió el partido como más importante que el de Milán, pero no actuó en consecuencia. Por segunda eliminatoria consecutiva, y a pesar de que en la primera no le salió demasiado bien, volvió a cambiar a casi todo el equipo. El único que se mantuvo en el once fue Robin Le Normand y porque está sancionado. Una fórmula que nunca ha funcionado en la Real. Se entiende el cabreo del oriotarra al final del choque, pero pocos saben mejor que él lo que funciona o no en este club. Él también es responsable del penoso encuentro de su equipo, con diferencia el peor de lo que llevamos de la temporada. Dadíe fue la gran novedad en un equipo en el que destacaba el estreno de inicio del esperado André Silva. Unai Marrero se mantuvo en el once y el único galáctico de guardia fue el capitán Robin.

Sufrimiento

Pronto se vio que el Andratx iba a ser un hueso duro de roer. Bien organizado y plantado atrás, con coberturas muy trabajadas y esfuerzos solidarios de sus jugadores para cerrar las bandas de la Real. La primera parte se resume con que el balance ofensivo txuri-urdin se quedó en dos tímidos y forzados cabezazos de André Silva que no pusieron en excesivos apuros al meta local. En el otro área, Marrero se mostró seguro pasados los primeros 20 minutos y se llevó un sobresalto de los que cortan la respiración en un balón suelto que cazó dentro del área Giaquinto y que se marchó rozando el palo. De largo, la oportunidad más clara. 

En la reanudación, el partido siguió por los mismos derroteros. Aunque a los once minutos Robin aprovechó que le dejaban espacio para conducir, se adentró en el campo rival y sirvió un buen balón a André Silva para que este firmara la maniobra más pura de delantero centro que se ha visto en lo que llevamos de campaña en la Real. Media vuelta, apertura precisa, tocada y en ventaja para la subida del lateral y el centro perfecto de Odriozola lo envió a las redes al primer toque. Tenemos otro nuevo chico en la oficina y este apunta muy alto, porque era el fichaje estrella de este verano y hemos tenido que esperar casi a comer los turrones para verle de titular y que abriera su cuenta realizadora. Esperemos y confiemos en que fue el primero de muchos porque lo tiene todo para ser un arma letal.

Por increíble que parezca, una vez hecho lo más complicado, que en este tipo de eliminatorias es abrir el marcador, este provocó el efecto contrario. Los locales cambiaron de esquema, pasaron a jugar con dos extremos, se deshicieron de todos los complejos que les podían haber lastrado sobre todo con el balón y se lanzaron a tumba abierta al ataque. La sensación de agobio fue incesante hasta el último segundo. Con una Real superada, incapaz de mantener la pelota y cometiendo unos errores impropios de sus estrellas. Cómo estaba el tema que Imanol decidió sacar a sus titulares para intentar superar el mal rato que estaba pasando. Tampoco es que Marrero se viera obligado a hacer grandes intervenciones, pero la sensación de angustia, de que no lograban sacar la pelota jugada y que no paraban de conceder segundas y terceras jugadas era constante. También es verdad que Kubo, individualista y fallón, desperdició tres contras y que a Sadiq se le fue el último control después de que le persiguieran sin cogerle medio equipo rival. En los minutos finales, Aveldaño, con la cabeza, y, sobre todo, Peñafort, en la acción final, perdonaron dos ocasiones de las que no se olvidan durante años. 

La Real pasó de ronda, pero sus clasificaciones hasta la fecha han sido como sendos partos complicados. Estamos de acuerdo con que este tipo de duelos hay que superarlos un poco como sea y aquí paz y después gloria. Pero con una plantilla de este nivel, plagada de internacionales, la ilusión por aspirar a esta Copa es evidente y no parece muy razonable que se juegue con fuego de esta manera. Las impresiones por ahora en el torneo del KO son muy malas. Pero esto no influye para lo que está por venir... Por ahora la Copa no mola nada.