A estas alturas de la temporada no se puede discutir que el rombo mágico ha sido la fórmula más determinante para marcar diferencias. Cuando han faltado dos piezas claves como Mikel Merino y David Silva la fiabilidad del equipo se ha resentido. Más aún cuando la crisis en los defensas motivó que una tercera pieza, Martin Zubimendi, abandonara la medular para apagar un fuego que no le suele corresponder en la retaguardia. Por lo tanto, ha sido Brais Méndez el único que ha mantenido en pie el invento, lo que, sin duda, ha acabado por influir en su rendimiento. No sería de extrañar que en las próximas semanas el gallego protagonizara una recuperación y se acercara al nivel que ha mostrado en el primer tercio del campeonato.

Eso, en lo que se refiere a la sala de máquinas. El otro gran elemento diferencial de Imanol ha sido la sociedad formada por Kubo y Sorloth. A nadie se le escapa que el técnico se va a tomar muy en serio esta campaña llegar lejos en Europa, por lo que en las últimas semanas se está tomando con más filosofía y paciencia las reapariciones de los lesionados para evitar recaídas que les condene a perder la eliminatoria de octavos de final, que se disputará el 9 y el 16 de marzo, e incluso muchas veces da la sensación de que en los mismos cambios pretende dosificar a sus piezas más importantes.

Kubo y Sorloth son indispensables en estos momentos para la Real, por eso lo juegan todo. El japonés ha arrastrado unas molestias musculares en las últimas semanas, algo que no ha sido óbice para que jugara porque actualmente es la pieza distinta que más desequilibra y el noruego lleva bastante tiempo con unos dolores en la rodilla que, algunas semanas, le impiden incluso participar en determinados entrenamientos. Ya lo contó en la entrevista que concedió a este periódico, tocando madera cuando le preguntamos por el hecho de que la afición ponía velas para que no se lesionara: “Esto también es por el cuerpo médico, que es fantástico, con sus fisioterapeutas. Cuidan mi cuerpo, y cuando no me siento tan bien, como el problema que he tenido en la rodilla, el día del partido consiguen que llegue en buen estado para jugar. Esto también es por el equipo médico”. Algo tendrá que ver su origen vikingo: “Sí, quizá un poco también”, comentó entre risas.

La realidad es que Sorloth debe estar estresado, porque aterrizó de vuelta en Donostia ya sin su amigo Isak, pero formando parte de un arsenal ofensivo de gran nivel y muy completo por la amplia gama de distintos delanteros, la mayoría de partidos siendo el único ariete. Sadiq se rompió el cruzado nada más llegar; Carlos Fernández no acaba de asentarse por los parones por las lesiones y porque continúa sin coger el ritmo de competición; Oyarzabal, que es una alternativa un poco más de emergencia como estilete aunque haya jugado muchas veces en ese puesto de txuri-urdin o con la selección, por fin recupera ahora su extraordinario nivel; Momo Cho se ha perdido 22 encuentros ya; y Karrikaburu se ha marchado cedido al Leganés ante la falta de oportunidades. Desde que se estrenó esta campaña, después de perderse las tres primeras jornadas al encontrarse aún alistado en el Leipzig, se ha perdido un partido de Liga, la derrota en Valladolid por 1-0, y la victoria en Omonia por 0-2. En el resto de encuentros de las tres competiciones ha participado en todos los encuentros, 28, con 25 titularidades, seis de ellos completos, para un total de 2.071 minutos, en los que anotado ya trece goles y ha servido dos tantos.

Su mejor socio, Kubo, se ha convertido en el mejor fichaje de esta temporada disipando de un plumazo las muchas dudas que despertó su fichaje. El japonés se ha metido a todo el mundo en el bolsillo gracias a su calidad, su competitividad, su descaro y su desparpajo dentro y fuera de los terrenos de juego. En la actualidad es el realista que más ocasiones genera. Hablamos de uno de los soldados de más confianza para Imanol, al haber faltado solo en tres encuentros de Liga, Betis (0-2) y Valencia (1-1) en Anoeta, y Vallecas (0-2). El 0-1 contra el Manchester United que certificó la primera plaza de grupo para los donostiarras, que ese día eran locales, y los tres primeros encuentros de Copa ante el Cazalegas (1-4), Coria (0-5) y Logroñés (0-1). En resumen, ha jugado 26 duelos, 21 de ellos titular, y solo cuatro completos, para un total de 1.799 minutos, en los que ha logrado cuatro dianas y ha dado cinco pases de gol

Aunque a nadie le guste hablar de eso, porque, como suele repetir Illarramendi, da mala suerte, Imanol sabe la carga de partidos que acumulan sus dos delanteros vitales en este curso. Incluso el otro día les cambió a los dos, algo que tiene pinta de que repetirá para administrar sus esfuerzos y que lleguen en plenas condiciones al envite europeo. El gran problema es que el técnico no encuentra relevos de plenas garantías o que le inspiren máxima confianza. Y a las estadísticas nos remitimos. 

Al principio de temporada Kubo ya vaticinó que esperaba muchos goles de su colega: “Es un killer del área y nos va a dar mucho gol durante la temporada”. En cambio, Sorloth sí se mostró impactado con el boom Kubo: “Le recuerdo del año pasado y sabía que era un buen jugador. Pero no sabía que era tan, tan bueno. Les pasa a muchos futbolistas, como a mí en la primera parte de la temporada pasada. En este equipo todo es diferente, porque es muy fuerte, y cuando llegas a un conjunto así lo normal es que subas tu nivel. Es lo que ha pasado con Kubo, que era un buen jugador, pero ahora en un equipo así de fuerte ha mejorado su nivel. Nos entendemos muy bien, jugamos a lo mismo, a pesar de tener características muy distintas”.

Kubo&Sorloth, sociedad ilimitada, ya que poco a poco se irán incorporando nuevos socios, como ya viene haciendo Oyarzabal, que se postula como la pieza ideal para fotmar el tridente. Y todavía se espera la incorporación de varios realistas más, como Barrenetxea, Cho, Carlos Fernández...