Casi todo en la vida es relativo, cosa que también afecta al fútbol y a sus estadísticas, sobre todo si estas se analizan mediada una temporada. Parece evidente que a la Real Sociedad 2022-23 le está costando más desempeñarse como local que como visitante. Pero este es un balance realizado a mediados de febrero y cuyas conclusiones procede tomar con cierta cautela. Al fin y al cabo, el calendario que esta temporada le ha correspondido afrontar al conjunto txuri-urdin se presenta bastante desequilibrado en lo referido a los partidos en casa y fuera.

Siempre sobre el papel, los partidos de la primera vuelta contaron en líneas generales con una dificultad mayor en Anoeta que a domicilio. En el segundo turno, mientras, parece suceder todo lo contrario, aunque esta es una circunstancia que afectaba ya a los dos primeros compromisos ante Valladolid y Celta (solo un punto sumado de seis posibles). En el horizonte esperan en el estadio donostiarra, por este orden, las visitas de Cádiz, Elche, Getafe, Rayo Vallecano, Real Madrid, Girona, Almería y Sevilla, una agenda a priori amable, en líneas generales, para revertir la estadística actual y sumar varias victorias más en casa.

Obviamente, el fútbol no son matemáticas y cada triunfo va a resultar costoso, en mayor medida incluso a partir de ahora. Durante las segundas vueltas, el ritmo de puntuación de los equipos inmersos en la lucha europea suele tender a menguar, mientras que las escuadras de la zona baja acostumbran a apretar para evitar el descenso. Todo se iguala, suponiendo la pasada campaña un buen ejemplo de ello para la Real. En mayo pasó en cuestión de días de perder ante el desahuciado Levante (2-1) a celebrar un nuevo billete europeo al ganar (1-2) a un Villarreal semifinalista de Champions.