Donostia – Un día menos para el cierre de mercado. La Real trabaja ya a contrarreloj para cerrar su gran fichaje de cara a la presente temporada sin que parezca tener muy clara cuál es su prioridad. La dirección deportiva todavía no parece haber consensuado quién es el jugador que debería venir y cuánto es el máximo que el club está dispuesto a invertir. Como informamos ayer, el que estaba descartado es Cavani, por el que, dicho sea de paso, nunca ha apostado firmemente la entidad realista. El que gana enteros es Umar Sadiq, que se ha convertido en el mejor colocado de toda una amplia lista de jugadores que gustan o que han sido ofrecidos en las últimas horas. Con el nigeriano hay pocas dudas, o se pone el dinero que pide el Almería o va a ser complicado que venga. En tres jornadas ha marcado dos goles, una situación ideal para el jeque que gobierna el Almería y que tras su triunfal actuación frente al Sevilla no tuvo reparos en confirmar que estaba a la venta y que iba a salir.

En la capital andaluza cifran en 30 millones de euros el precio que han puesto a su delantero, una cantidad a la que no parece que vaya ni acercarse la Real. No se puede olvidar que el mayor desembolso en la historia txuri-urdin fue Illarramendi con 17 millones, es decir, el doble, algo que no cuadra con los dirigentes realistas.

La Real es consciente de que necesita otro punta, puesto que sería muy arriesgado quedarse con Sorloth, que el año pasado, cuando no le encontraron sitio, era suplente de Isak y con el renqueante Carlos Fernández, a la espera de la recuperación de Oyarzabal. Pero también sabe que toda Europa conoce de primera mano su boyante situación económica y que busca un punta, por lo que tampoco pretende que nadie le atraque ni pagar por encima del precio real de sus jugadores. Eso sí, aguantar hasta diciembre así sería demasiado osado y difícil de explicar a la afición, por lo que se espera al refuerzo clave del verano tras el shock que provocó el adiós de Isak...