- "Lo que está haciendo este equipo es tremendo, y darle continuidad resultará insoportable sin tener descanso". Así de tajante se mostró Imanol Alguacil este pasado viernes, en la previa del partido contra el Levante. La visita al cuadro granota supuso el noveno encuentro de una serie de diez que el equipo txuri-urdin afronta en solo 31 días, un auténtico maratón que concluirá mañana en Anoeta. Visitará entonces Donostia el Atlético de Madrid (19.45 horas), en lo que supondrá el último esfuerzo previo al descanso navideño. Un descanso navideño que, por otra parte, durará menos que nunca.

En cualquier caso, la Real lo necesita. La acumulación de partidos desgasta por sí misma. Pero las circunstancias la convierten en especialmente dura para los de Imanol. En primer lugar, porque la pandemia y sus efectos en la pasada campaña han propiciado una pretemporada extraña e insuficiente, panorama que afecta a todos los equipos. Y en segunda instancia, no menos importante, porque el estilo de juego del cuadro txuri-urdin implica un despliegue físico difícil de sostener en semejante sucesión de compromisos. El sábado en el Ciutat de Valencia, los blanquiazules compitieron sin nueve jugadores ausentes por lesión: Moyá, Zaldua, Aritz Elustondo, Illarramendi, Guridi, Sangalli, David Silva, Oyarzabal y Januzaj. De todos ellos, solo Illarramendi y Sangalli se encontraban en el dique seco antes de que comenzara la actual serie de partidos. Los otros siete han caído por el camino.

El maratón de encuentros ha deparado a la Real una sobresaliente noticia: la clasificación para los dieciseisavos de final de la Europa League, billete conseguido tras sumar sendos empates ante AZ Alkmaar, Rijeka y Nápoles. Los números en la Liga, mientras, resultan peores, con seis puntos logrados sobre 18 posibles. Desde que se reanudara el campeonato tras el último parón por selecciones, los de Imanol han ganado en Cádiz; han empatado contra Villarreal, Alavés y Eibar; y han perdido contra Barcelona y Levante. El orden cronológico de estos resultados se ha dado tal cual, según lo expuesto, lo que deja entrever cierto desgaste en los txuri-urdin, un desgaste reconocido por su propio entrenador.

Sin embargo, Imanol insiste también en que la competitividad de los suyos resulta alta en líneas generales. Y en esto también parece tener razón. Durante el último mes se han dado fases concretas como la primera parte del Camp Nou, el arranque de la segunda mitad contra Eibar y Levante o momentos de la visita al AZ Alkmaar en los que la Real ha sido superada. Pero hablamos de períodos muy concretos que escapan de la tónica global: el cuadro blanquiazul siempre da la cara y rinde a la altura de las circunstancias. El cansancio acumulado no le impide presentar una candidatura firme a ganar todos sus encuentros. Pero sí apunta a suponer un lastre que impide a la Real traducir su buen trabajo en buenos resultados.

¿Y después del partido de mañana qué? Se le abrirá a la Real un espacio para tomar oxígeno, cierto. Pero tampoco dispondrá de demasiado tiempo para descansar. Tan solo habrá nueve días sin competición entre la visita del Atlético y el derbi de San Mamés, en Nochevieja, período que, eso sí, conviene valorar como se merece. Al fin y al cabo, los txuri-urdin abrirán la 15ª jornada y cerrarán la 16ª, lo que amplía el margen de reposo entre un encuentro y el otro.

A partir de enero y hasta el final de la temporada en mayo, solo el parón internacional de marzo asegura un respiro. Los demás, si llegan, se producirán a costa de caer eliminados en competiciones, circunstancia que nadie desea. Sí espera a la Real, por lo menos, una semana tranquila entre el partido contra Osasuna (3 de enero) y la visita al Sevilla (día 9). La carretera que espera a partir del Pizjuán, mientras, volverá a ser de órdago, repleta de curvas. "Es lo que queríamos, disputar tantas competiciones", defienden con razón en el ambicioso plantel blanquiazul.

22 de noviembre. Aritz. Un golpe en Cádiz le supuso la fractura de dos costillas. En primera instancia, la lesión no le impidió seguir compitiendo, hasta que tuvo que parar, víctima de los dolores.

22 de noviembre. Silva. Se produjo una rotura fibrilar en Cádiz. Una vez recuperado, molestias en la cicatriz de una lesión anterior y una sobrecarga en los sóleos le obligaron a parar de nuevo.

23 de noviembre. Guridi. Sufrió una rotura de grado 2 en el bíceps femoral, durante un entrenamiento en Zubieta.

3 de diciembre. Oyarzabal. Ante el Rijeka en Anoeta, el eibartarra sufrió una rotura fibrilar (grado 1) en el músculo semitendinoso.

9 de diciembre. Moyá. Sintió molestias en su rodilla derecha durante el entrenamiento previo al partido de Nápoles. No ha vuelto a ser convocado.

16 de diciembre. Januzaj. Sufrió una rotura de fibras (grado 1) en el bíceps femoral, durante el partido contra el Barcelona.

18 de diciembre. Zaldua. Sintió molestias en el aductor derecho la víspera del partido del sábado contra el Levante.

El capitán ya trabaja con el grupo, tras recaer del aductor a comienzos de noviembre. Sangalli se operó a finales de septiembre.

Hasta nueve futbolistas de la plantilla se perdieron por culpa de problemas físicos el partido del sábado contra el Levante

De enero a mayo, únicamente el parón de marzo asegura un respiro; solo habrá más descansos si el equipo cae en alguna competición