- ¡Diez años han pasado ya de aquel celebrado ascenso a Primera División!

-Sí, es increíble. A uno le da la sensación de que lo puede tocar aún y puedo revivirlo porque lo tengo muy fresco. Pero la vida es así y el tiempo pasa rápido. Hay que disfrutar de los momentos buenos, porque los malos siempre están. Ese fue un buen momento para todos y se recuerda por eso, porque fue agradable. Además, fue una emoción colectiva, con toda la ciudad y la provincia contenta. En los días siguientes ir a pasear y ver a la gente contenta fue muy bonito. Al final, el fútbol es un conductor de alegrías y de tristezas. Entonces, cuando hay una noticia buena, hay que aprovecharla y disfrutarla.

¿Qué es de Martín Lasarte hoy en día?

-Terminé mi último trabajo en Egipto (con el Al-Ahly) el pasado mes de octubre. Después fui a Madrid, a Barcelona para ver los entrenamientos del Barça, donde estaban todavía Valverde y Aspiazu (su ayudante), con el que coincidí en el Deportivo. Fui también a A Coruña y a San Sebastián, pero no se enteró nadie. Estuve con mis primos de Gipuzkoa y después me volví a Madrid, donde estuve unos días, y más tarde regresé a Uruguay y me pilló la pandemia en casa. Y alguna cosa que tenía de trabajo al final se quedó en nada por esto.

¿Cómo lleva los efectos de la pandemia del coronavirus en su país?

-Nosotros somos pocos y, por tanto, nuestros números, comparándolos con el resto del mundo, son muy pequeños. A día de hoy, aquí con contagio activo, pero controlado, hay menos de 100 personas. Son más de 800 los infectados que llevamos y algo más de 20 muertos, lamentablemente. Pero, para haber tenido una cuarentena voluntaria, yo creo que la sociedad se lo tomó con mucha responsabilidad porque hubo momentos que en la calle no había nadie. Esta semana han abierto los centros comerciales, ya que llevamos unos 20 o 30 días de retraso con respecto a Europa. Aunque tenemos la problemática de que la situación en Argentina y Brasil es muy complicada. Pero, de momento, lo llevamos bien.

Entonces, por lo que me decía, es muy consciente de que hizo historia con la Real hace diez años.

-Creo que participé en un proceso muy bonito del club. En lo que fue una etapa muy triste y negativa en la ciudad y en el club -en proceso concursal-, donde nadie veía la luz y todo estaba oscuro, el planteamiento deportivo, donde cada uno pusimos nuestro granito de arena, fue bueno. Cumplimos el objetivo del ascenso siendo campeones de la categoría, con la aparición además de algunos jugadores jóvenes... En definitiva, participé, como otra gente, en un proceso muy bonito, por lo que, lógicamente, tendré un lugar en el club. No lo reclamo, pero me gusta que me recuerden como una persona que pudo colaborar en algo. Yo también presumo de vasco, soy descendiente de ellos, y allí había cosas que formaban parte de mi vida y de mi casa. Entonces yo me sentí muy integrado y la gente hizo que yo me integrara; me sentí muy bien en la Real y eso ayudó mucho. Y todo ese sentimiento me hizo pedir al final que toda la gente permaneciera junta y no se desuniera.

El "no se desunan", un mensaje que caló hondo entre la afición, ha quedado como uno de sus legados.

-Claro. La gente pasa, los futbolistas y los entrenadores pasamos, pero la Real sigue. Y la afición tiene que estar cerca del club y no dejarlo caer, como lo está haciendo ahora. Y me alegro mucho por cómo le va.

Recuerda, por tanto, con nostalgia a la Real, pero sobre todo con la satisfacción del deber cumplido.

-Yo estoy satisfecho con mi etapa... Y, claro, tengo nostalgia porque fui feliz y recuerdo aquello de forma agradable. Gracias a Dios, yo puedo ir a San Sebastián y sentirme uno más. La gente de allí, cuando me ha visto por la calle, me saluda y me agradece lo que hice. Y eso es bonito.

¿Su mejor recuerdo de la temporada del ascenso?

-Dos partidos, el de Cádiz y el de Anoeta contra el Celta, porque era de alguna manera ponerle la guinda al objetivo. Hubo también un par de situaciones con las que me quedo: un partido en Salamanca, en el que la gente se desplazó en masa; y la afición que se quedó fuera del estadio el día del Celta, es decir, hubo más de 30.000 personas dentro y unos 10.000 fuera. Fue algo increíble.

Más que el partido contra el Celta, que fue en el que se consumó el ansiado ascenso, la clave quizás residió en el encuentro de Cádiz.

-Sí, porque de alguna manera allí fue donde se quedó casi todo decidido. Eso pasa con todo tipo de procesos, cuando tienes que rubricar un éxito es cuando más nervioso y ansioso estás. Nosotros fuimos a jugar a Cádiz contra un equipo que se jugaba el no descender, que no es una cuestión menor, y el equipo se comportó muy bien, concentrado y sabiendo que era muy importante ganar. Y ese día quedó todo visto para sentencia; tenían que ocurrir una serie de cosas increíbles, muy difíciles que pasaran, para que no ascendiéramos... Y el culmen fue ganar al Celta para lograrlo y ser campeones de la categoría, a falta de la última jornada en Elche.

¿En algún momento se le pasó por la cabeza que, tras dos años sin conseguirlo, la Real podía volver a fracasar?

-El éxito nunca está encauzado hasta que se consigue, pero yo apelo al recuerdo de la gente... Cuando hubo un par de partidos en los que la situación se puso un poco complicada y algún equipo se nos acercaba, pues pudo surgir alguna duda. Pero yo estaba convencido de que el equipo iba a ascender e iba a acabar campeón, y era una obligación. Yo le decía a los jugadores que nosotros íbamos a ascender y que no debíamos tener ninguna duda. Y se lo hicimos ver a la gente. No lo dije a modo de speach; estaba convencido porque era un muy buen equipo, la verdad.

Además, usted hizo uno de los grandes descubrimientos de aquella plantilla: Griezmann.

-Entre aquel buen equipo estaba él. Fue una cosa casi casual. Antoine vino porque Bingen Erdozia (extremo titular del Sanse entonces) estaba lesionado, el pobre. Entonces vino Antoine, que jugaba en el juvenil y no estaba ni en el filial. Y él se encargó de aprovechar la oportunidad, como en la vida misma. Como necesitábamos un suplente para la banda izquierda, nos quedamos con él. A todo esto, el suplente pasó a ser titular. La gente habla de los tres goles de Carlos Bueno en Cádiz, pero los tres centros vinieron de Antoine.

Y ahora, quién lo diría, está entre los mejores del mundo y tratando de conseguir títulos con el Barcelona

-Pues sí. Yo he sido afortunado: en el mismo Barça hay dos jugadores, Luis Suárez y Griezmann, que debutaron conmigo. No es algo que sea muy normal. Además, aunque sean jugadores de elite, lo mejor es que les escribes un mensaje y te contestan. Antoine ganó una copa del mundo, le mandé un mensaje de felicitación y a los diez minutos me respondió, con una foto con la copa, diciendo Martín, te mando una foto con mi hija y la copa desde el terreno de juego. Son cosas bonitas. Y Antoine lo ha dicho más de una vez, que la participación que hemos tenido el cuerpo técnico y los compañeros en sus inicios fue muy importante.

Eso sí, se le quedó la espinita clavada de no haber podido seguir en la Real.

-Yo tenía claro los objetivos que me encomendaron: el primero, ascender, que lo hicimos en Anoeta; lógicamente, contar con la cantera; y al año siguiente, mantenernos en Primera División. Los objetivos, por tanto, se cumplieron, pero después todo varía a lo largo de una temporada... En el primer año de Montanier, en el que además llegó Carlos Vela, el equipo solo sacó dos puntos más que el año anterior, con nosotros. Después, al año siguiente, sí fue a Europa. Pero, repito, los objetivos importantes los cumplí. Siempre me sentí comprometido con el proyecto, pero si por el proyecto pasaba cambiar de entrenador, pues no lo sé. A mí me habría hecho ilusión seguir, pero lamentablemente se hizo de una forma diferente y no pasa nada. El tiempo pone las cosas en su lugar y yo estoy muy contento con los éxitos y felicito a Jokin (Aperribay), a Loren y a Roberto Olabe. También a Imanol, a quien el otro día le dieron un premio -al mejor entrenador-. Me encantó que le reconocieran porque a veces parece que la Real está un poco escondida allí en el norte y parece que se olvidan.

Por tanto, ¿ahora entiende ese "paso" que quería dar la Real con su sustitución?

-Pero es un cambio lógico, las estrategias no las elige uno, las decide la junta directiva o el presidente. Vuelvo a repetir, yo me sentía de verdad parte del proyecto. Y si parte de ese proyecto pasaba por cambiar al entrenador, como se hizo, ¿cómo no lo iba a entender? El tema es que se manejó mal. Yo me perdí oportunidades de trabajar en otro lado, lo digo claramente. Por ejemplo, le ganamos al Barcelona y yo ya veía un ambiente raro, uno lo nota. Entonces yo pregunté por mi situación y el miedo hizo que no se quisiera decirme la verdad en ese momento, aunque ya estaba resuelto y yo lo podía entender. Lo que pasa es que yo también tenía que mirar por mi trabajo y por mi futuro. De hecho, tuve otras opciones, pero lamentablemente, como la Real se decidió muy al final, las perdí. Ese fue el tema, pero ya quedó hablado en su momento y no pasó nada más.

¿Piensa en volver alguna vez a la Real o considera que ya es un capítulo cerrado?

-En algún momento lo pensé, ahora ya no. Creo que ya no. Ha cambiado el tiempo y yo he tirado mi carrera hacia otros lados. Uno se proyecta hacia los sitios donde cree que puede tener oportunidades, y no creo que la Real sea ya una opción. Ojalá que la pudiera tener, me encantaría, pero no lo veo.

Bueno, ¿qué me dice de esta Real?

-Si al entrenador lo premian a nivel nacional, por algo será. El equipo está muy bien y da una sensación buenísima. Me gusta mucho el estilo de Imanol, esa posición dinámica; no tiene el balón por ganar el porcentaje de tenencia, sino que tiene una posesión para hacer daño. A mí me gusta. Es un equipo que, además, no tiene una rutina; te puede presionar más arriba, otras veces esperar más atrás. Y después tiene jugadores que están a un nivel alto, como Odegaard, que es fantástico; Oyarzabal ya sabemos lo que es; Isak, que ha jugado muy bien arriba; Le Normand también me ha llamado la atención... Y ahí están todavía tiernos -risas- Illarramendi, que debutó conmigo -precisamente en la última jornada de la temporada del ascenso, en la derrota en Elche por 4-1-, y Zurutuza, los dos que quedan de mi época.

¿Cree que puede alcanzar la Champions en la reanudación de la Liga?

-El tema es que estamos viviendo una situación extraña y no sabemos qué va a pasar. Por ejemplo, en mi opinión, el Madrid y el Barça no estaban bien antes del parón, y la Real sí estaba muy bien... Si las sensaciones siguen siendo las mismas, la Real tiene todo el derecho de reclamar la posibilidad de pelear por esa opción.

Y no nos olvidemos de la Copa.

-La final de la Copa del Rey me parece un corolario a una gran temporada se consiga o no la clasificación para la Champions. Ganar la final sería un lindo reconocimiento para el trabajo que todos los que hemos estado ahí hemos hecho; directivos, secretarios técnicos, entrenadores...

¿Le ve con serias opciones en este derbi tan especial con el que se va a dilucidar el título?

-Respetando al rival, además con las características especiales de un derbi, porque no son partidos normales, la Real tiene todo para hacerlo. Nadie le ha regalado nada y mira a qué equipos eliminó. De qué manera eliminó al Madrid, por ejemplo. Tiene muchas opciones, pero esto fue hace unos meses y no sabemos bien qué nos vamos a encontrar.

¿Se puede aspirar a estar entre los grandes con la cantera de Zubieta, que usted conoce bien, como base?

-El fútbol dicen que es un deporte que no es tan lógico y que el baloncesto y el balonmano, por ejemplo, son más lógicos. La Real ya ganó títulos con solo jugadores de la cantera, y ya sé que era otra época. El caso es aprovecharlo cuando te llegue la oportunidad. Siempre va a ser difícil con lo que se gastan el Madrid, el Barça, el Atlético..., pero siempre habrá alguna oportunidad, algún año que los vas a pillar tontos o mal o que las cosas no les salgan. Por eso, hay que estar siempre preparados. Y la Real está preparada, este año lo está; va a optar a clasificarse para Europa y, quién sabe, si a algo más. Pero si no es este año, será el que viene; siempre se puede optar. Hace diez años el equipo estaba en Segunda, y diez años después va a optar a ser campeón de Copa y, por qué no, va a optar a ganar en el futuro alguna Liga. Puede hacerlo en estos tiempos, cómo no.

La Real comienza el domingo la Liga contra Osasuna en un Anoeta vacío. Ya se podrá vislumbrar cómo va a ser esta fase tan extraña de partidos...

-Vamos a tener alguna pista. Eso sí, lo que ocurra no va a ser definitivo. Por ejemplo, habrá algún jugador al que veamos bien, con un nivel parecido al anterior; a otro, sin embargo, lo podremos ver más bajo. Como equipo, no creo que encontremos a la Real tan acertada porque algunas cosas costarán en los primeros compases, pero ojalá me equivoque. Eso sí, todos los equipos van a estar en parecidas circunstancias.

¿Conoce el nuevo Anoeta?

-No he estado dentro. En octubre estuve por fuera y vi que había alguna zona aún en obras. Por televisión sí lo he visto, aunque no es lo mismo. Pero se ve que está precioso. El famoso tema de "Aperri, quita las pistas" ha hecho efecto. La gente está más cerca y eso, evidentemente, ejerce una presión. Yo creo que el equipo lo va a aprovechar muy bien.

Aunque en estos primeros partidos la sensación será rara al no haber público...

-Claro. Además, el fútbol es pasión... y jugar en un campo sin gente, algo desangelado, puede resultar extraño. La pasión de los últimos partidos de Anoeta ahora no se va a vivir.

Entonces, ¿cuándo le veremos de nuevo por aquí?

-Estuve no hace mucho en una visita en la que solo me reuní con mi familia. Y ahora no lo sé. A ver si la actual situación mejora y para el verano, si todo está bien, me encantaría ir. Pero a ver si los viajes se pueden hacer sin problema y nos podemos tomar las cosas con más naturalidad. Me encantaría ir al estadio a ver algún partido de la Real, pero a veces esto también te coincide con que tienes trabajo y se hace muy difícil. Pero espero ir pronto.

¡Que así sea!

Nombre. Martín Bernardo Lasarte Arróspide.

Lugar y fecha de nacimiento. Montevideo (Uruguay), 20 de marzo de 1961 (59 años).

Como jugador. Militó en los equipos uruguayos Rentistas, Central Español, Rampla Juniors, Nacional y Defensor, además del Deportivo.

Trayectoria como técnico

Real Sociedad2009-2011

"Me gusta tener un lugar en el club por participar en un proceso muy bonito, y que me recuerden como una persona que pudo colaborar"

"Yo también presumo de vasco; hay cosas de allí que forman parte de mi vida y de mi casa, y por eso me sentí muy integrado en la Real"

"Los técnicos, los jugadores... pasamos, pero la Real sigue; la afición tiene que estar cerca del club y no dejarlo caer nunca"

"Mi sustitución se manejó mal; yo me perdí oportunidades de entrenar en otro lado, aunque entendí que así fuera"

"Me gusta el estilo de Imanol: no tiene el balón por ganar el porcentaje de posesión, sino que tiene la posesión para hacer daño"

"La Real está preparada para ganar la Copa y en el futuro por qué no la Liga; en estos tiempos puede hacerlo, cómo no"