Donostia - Dicen que se están comiendo la hierba de Zubieta por las ganas que tienen de competir...

-Comernos la hierba no sé, pero estamos bien. Nos están dando caña y estamos bien.

¿Cómo ha sido esa vuelta?

-Estábamos con muchísimas ganas de empezar a poder ir a Zubieta, juntarnos con los compañeros, entrenar, que era lo más importante para estar preparados por si se reanudaba... Estoy contento de lo que voy viendo en Zubieta. Estamos entrenando de maravilla y todos tenemos muchísimas ganas de que llegue ese 12 de junio porque, por pena o mala suerte, el parón nos llegó cuando estábamos en el mejor momento. Pero creo que nos va a ir bien y vamos a intentar conseguir el objetivo.

¿Se ha hecho duro?

-Se hizo más dura la primera semana que estás entrenando en casa pero no es lo mismo. Haces todo lo que te piden, haces ejercicios de calentamiento, gimnasio, bici… Pero no se puede comparar. Estamos acostumbrados a entrenar en el campo de fútbol con balón y eso se nota. Tras dos meses y pico en casa, en los que no puedes casi ni tocar balón ni nada, vuelves a Zubieta y empiezas con trabajos individuales, por lo que es normal que la primera semana fuese dura aunque poco a poco fue pareciéndose a lo que es el resto del año.

¿A nadie le han pillado con el carrito del helado y algún kilo de más?

-Es difícil coger muchos kilos con todo lo que nos han mandado para hacer. Es prácticamente imposible; tienes que pasarte todos los días sin hacer nada. Es verdad que hemos hecho trabajos por la plataforma Zoom y hemos estado vigilados, pero sobre todo ha sido la responsabilidad de cada uno hacer todos los días lo que nos pedían. No teníamos a nadie con lupa, ha sido cosa nuestra. Por algo estamos donde estamos, somos profesionales aunque estemos en casa. A nadie le ha pillado el toro y estamos con muchísimas ganas de que empiece esto.

Si no se jugaba hubiesen ido a la Champions, pero nadie ha luchado más que la Real por volver...

-El momento en el que estábamos era muy bueno y de repente nos cortaron de golpe la racha que llevábamos. Pero hay que mirarlo de forma positiva y nos ha servido para que muchos que han sumado muchos minutos puedan descansar y acaben esta recta final de la mejor manera posible. Hay que ser valientes, nuestra mentalidad siempre ha sido ambiciosa, con ganas de demostrar en el campo y no hablar de más. Lo que más nos gusta es demostrar en el campo, es lo que hemos hecho a lo largo del año. Ese cuarto puesto para mí era lo justo si no se reanudaba, pero queríamos jugar y queríamos demostrar que no es casualidad que estemos ahí luchando por esas posiciones y que vamos a pelear estos once partidos para intentar conseguir nuestro objetivo, que es estar en los puestos europeos.

En el nuevo escenario, ¿pueden tener ventaja al jugar con más jóvenes y tener una plantilla compensada y larga?

-Somos 23 jugadores, el que ha salido al campo ha demostrado que el míster puede contar con él. Eso es muy positivo para nosotros, que cualquiera que salga al campo y pueda rendir al mismo nivel que los que han estado jugando hasta ahora. Eso es algo positivo, pero hay muchas otras cuestiones, porque al final se va a notar el jugar en Anoeta a puerta vacía. Eso nos va a restar porque este año ha sido la bomba jugar ahí con toda la afición, con el empuje que sentíamos, los ánimos que teníamos… Puede que nos reste un poco, pero, en cuanto a juego y todo, lo tenemos bien metido en la cabeza, sabemos lo que el míster nos pide y sabemos a lo que quiere jugar; tenemos las ideas claras y vamos a demostrarlo en los partidos que quedan.

¿Se avecinan tiempos de bonanza para la Real?

-Ahora mismo hay algunos del Sanse ayudándonos y a ninguno se le ve con ganas de no volver a bajar. No desentonan, tienen ganas de demostrar al entrenador, son conscientes de que son once partidos, dos partidos por semana, y saben que si lo hacen bien van a tener la oportunidad. Podemos estar tranquilos porque tenemos jugadores con muchísimo futuro y eso es positivo. Siempre se ha dicho que la cantera de la Real saca muchos jugadores con talento y mucho desparpajo y por esto no hay que preocuparse.

Se han quitado la careta en el confinamiento, ya solo hablan de la Champions.

-Creo que a principio de temporada el objetivo es conseguir los puestos europeos, hacer un buen año. La última vez creo que fue hace tres años, pero en todas las campañas lo ponemos como objetivo. Luego a lo largo de la temporada ves lo que vas haciendo y consiguiendo, a veces te comes tus propias palabras y te quedas en la posición que te quedas, como el año pasado. Este año nos estábamos viendo fuertes y es lógico que queramos aspirar a algo bonito. Nos lo estamos creyendo y tenemos muchas ganas de que esto empiece y optar a la Champions.

¿Qué rivales cree que son los más peligrosos y qué partidos considera claves?

-Tenemos que mirarnos a nosotros mismos y no al rival. El calendario está ahí, sabemos los equipos que nos van a tocar jugar. Todos los partidos son diferentes, todos muy difíciles y un tanto raros por jugar a puerta vacía sin gente animándote. Pero creo que estamos capacitados para sacar esto adelante. Ya estamos entrenando con más gente, se va pareciendo al fútbol que vamos a llegar a jugar estos once partidos e intentemos dar el máximo para conseguir esos puestos que tantas ganas tenemos.

¿Tan increíble es Anoeta?

-Yo nunca hubiese cambiado Anoeta por otro campo, porque es nuestro estadio. He tenido la suerte de vivir el viejo y el nuevo y no hay nada que envidiar a ningún otro campo. Nosotros sí que damos envidia a otros clubes por el ambiente que se genera y es una maravilla, hay mucha diferencia. Las pistas hacían mucho y ha sido un acierto. El que la afición esté tan metida y tan cerca de nosotros te da un plus y creo que a veces ellos han ganado algún partido.

Imanol ya ha recuperado su habitual capacidad para hacer temblar Zubieta.

-Es difícil entrenar de la manera que lo hacemos, pero a veces se le escucha como siempre. No ha perdido la energía, el saber estar en el campo y el demostrarnos lo que quiere. Le conozco desde hace tiempo, nunca ha cambiado, siempre ha sido el mismo, desde el Sanse o juveniles siempre ha sido de la misma forma de ser. Es una maravilla como persona y entrenador y eso le ha hecho llegar donde ha llegado. Esperemos que podamos disfrutarlo mucho tiempo.

¿Han ensayado ya las celebraciones codo a codo?

-No se nos ha pasado por la cabeza (risas). En la Bundesliga creo que el primer gol ni se celebró, pero ya empiezan que si el codo, la mano, alguno se habrá abrazado... Creo que es una tontería, estamos 90 minutos pegándonos y agarrándonos y porque un compañero nuestro meta gol, no poder abrazarle no tiene mucho sentido. Pero si ponen esa norma no quedará otra que cumplirla.

Todavía no se ha estrenado este año con lo que le gusta...

-Quedan once partidos, espero poder estar disponible para el míster prácticamente al 100% porque me estoy encontrando bien. Va a ser difícil jugar todo, porque en mes y algo son once partidos y es una locura, pero veremos... Este año todavía no he conseguido meter ningún gol, en el último entrenamiento he metido uno de cabeza, de los míos, pero ya con ganas de estar en el campo. Los goles son cosa de los delanteros. Para mí, como defensa, es mejor que no nos metan goles y en algún balón parado intentaré ayudar al equipo. Tampoco me voy a obsesionar porque en una temporada no meta un gol.

26 años. Buena edad. ¿El momento en el que más reconocido se siente?

-Esta pregunta la respondí antes de poder liderar a la defensa. Ves que hay jugadores como Héctor Moreno o Raúl Navas, que se venden o se ceden, y te vas dando cuenta de que la Real confía en ti y es tu turno de dar un paso adelante, tener que demostrar que esa confianza te la tienes que ganar en el campo. Por mi forma de ser, podía tener ese puesto de líder; son bastantes años en el primer equipo que te dan cierto peso y responsabilidad. Tienes que ayudar a los jóvenes, poner tu granito de arena y ser un líder.

Este año ha tenido menos regularidad, pero todos le consideran titular.

-Es de agradecer que me vean en el once, pero tampoco me obsesionaba. Lesionarme ha sido un palo duro, no he tenido mucha suerte... En pretemporada empecé con un par de roturas en el abductor; me llevé golpes como los de Eibar o Miranda... Con el tema de las lesiones he tenido mala suerte aunque no me obsesionaba. Sabía que el míster confiaba en mí, que iba a contar conmigo para estar convocado y ayudar al equipo. Intenté recuperarme de la mejor manera posible y eso he conseguido. Antes, siendo más joven, forzabas más y tenías recaídas, y esta vez puse más cabeza que corazón y el intentar recuperarme lo mejor posible ha hecho que ahora mismo no tenga molestias en el abductor. El tobillo me ha dado un poco de guerra, pero me he ido cuidando, haciendo mogollón de ejercicios… Antes me reía mucho de Canales, que hacía mucho ejercicio, pero me he dado cuenta de que ayuda al cuerpo: activarte antes de entrenar, trabajar la zona más dañada, te hace salir mejor al campo y a lo largo de los años te das cuenta de que es necesario.

¿Ha cambiado mucho Aritz desde su debut?

-Sí que ha cambiado. Han pasado cinco o seis años y claro que cambias; eres joven, no tienes nada que perder, debutas, cumples tu sueño, pero lo que quieres es estar muchos años en el primer equipo, toda una vida en la Real y creo que de momento lo estoy consiguiendo. De joven no tienes esa necesidad de trabajar los ejercicios que puedo estar haciendo ahora, porque eres joven y no te duele nada, pero la edad va pasando factura y te vas dando cuenta de que es necesario el activarte, cuidar mejor las zonas dañadas, y eso lo vas aprendiendo. Hay diferencia del Aritz que debutó con 20 años al que hay ahora.

Moyes pasó con más pena que gloria, pero los libros dirán que hizo debutar a Oyarzabal y a usted.

-Siempre nos reímos cuando hablamos del tiempo que llevamos aquí. Oyarzabal y yo subimos el mismo año. Yo juego en una temporada diferente. Creo que yo debuto en la primera y Mikel en la siguiente, pero hemos convivido casi todos los años en el primer equipo.

Al final, se ha ganado la confianza de todos los entrenadores...

-Yo siempre he intentado demostrar al entrenador que puede contar conmigo, que no iba a desentonar y que quería ser partícipe. He tenido momentos de sufrimiento por muchos motivos, pero nunca me he rendido y estoy orgulloso porque con 26 años estoy en el primer equipo y en una Real que este año puede hacer historia.

¿Le ha sorprendido la explosión de Le Normand?

-Para nada. El año pasado jugó siete u ocho partidos y demostró que parecía que llevaba muchas temporadas en el primer equipo y este año se ha visto que no tiene vergüenza ni timidez. Es un central como Dios manda y no me ha sorprendido en ningún momento, ya no solo por lo que ha hecho en el campo. El año pasado tuvo un poco de mala suerte porque hubo un momento que le tocó jugar en el que no estábamos nada bien, pero se veía que ahí había central para rato y yo le veía entrenando también. Se ve el hambre que tiene, se le ve con ganas de aprender, de escuchar al entrenador, a los compañeros y se ve que se puede contar con él en cualquier momento y así ha conseguido la titularidad.

¿Se equivocaría la Real dejando salir a Diego Llorente y Diego Llorente buscando una salida?

-No me quiero meter en un asunto en el que no tengo que ver. Diego ha sido de la Real siempre, es decir, desde que fichó, tiene contrato y le queda... y no creo que tenga la cabeza en otro sitio. Se le está viendo bien, ha tenido mala suerte con las lesiones, pero está centrado, quiere jugar los once partidos, conseguir los objetivos y no le veo pensando en nada fuera de aquí. Creo que tenemos que estar tranquilos porque está centrado y quiere jugar.

¿Le gustan los centrales del Sanse Pacheco y Aranbarri?

-Por supuesto que me gustan. Son de mi mismo puesto, he entrenado bastante con ellos y se ve que son buenos centrales, a pesar de que son jóvenes todavía, y que van a aprender muchísimo todavía. Imanol puede contar con ellos en cualquier momento y no van a desentonar.

¿Ha estado cerca de irse en algún momento?

-La verdad es que nunca me lo he planteado. Siempre he dicho que hasta que me echen no me veo fuera. A mí me gustaría estar toda la vida en la Real; cumplí mi sueño al debutar, estoy cumpliendo otro estando en el primer equipo y otro sería poder retirarme en la Real. Sé que es difícil, que pueden pasar muchas cosas, pero de momento estoy orgulloso de lo que estoy haciendo, de jugar partidos cada fin de semana, cuando el míster cuenta conmigo, y nunca me he visto fuera. He tenido momentos jodidos, de mucho sufrimiento, pero nunca me he dado por vencido, he podido darle la vuelta a la tortilla, lo he hecho y estoy orgulloso por ello.

Imagino que cuando lo deje verá el fútbol cerca de Agirretxe en la Grada Zabaleta.

-¿Me estás retirando ya (risas)? Si no me echan, ojalá me retire aquí y cuando lo haga iré todos los partidos a ver a la Real, y que no te extrañe que esté liándola parda en la grada de animación.

Le da un plus su indudable sentimiento txuri-urdin.

-Bueno, puede ser. El saber que tienes esa responsabilidad de defender tu escudo. No solo por eso... Creo que es bueno demostrar mi sentimiento, ya no solo a los canteranos, sino a los que vienen de fuera para que vean lo mucho que queremos aquí a la Real.

¿Es de los que se acuesta, piensa lo que está viviendo y se emociona?

-Hay veces que te pones a pensar en tus recuerdos y cuando lo hago siempre tengo presente a una persona que me hubiese gustado que lo hubiera vivido (su aita). Por eso a veces me emociono, porque estoy seguro de que hubiese sido el que más orgulloso se hubiera sentido por mí. Tampoco me gusta darle muchas vueltas porque me emociono y me da rabia que no haya vivido a Aritz en el primer equipo.

La final. Parece una partida de ajedrez sin tablero.

-Para mí ha sido un quebradero de cabeza. Se iba a jugar, luego que no; después que iba a haber una fecha límite, ahora ya no… Se han hablado de demasiadas cosas y al final te vuelves un poco loco. Porqué te llegas a preguntar Pero cómo vamos a jugarla sin gente o con ella tal y como está la situación. Son muchas preguntas que en definitiva no sirven para nada porque se ha llegado a un acuerdo y se supone que se va a celebrar como debe ser, con nuestra afición. Y ahora a ver si la ganamos y hacemos historia.

¿Es un sinsentido que se dispute en fechas del siguiente curso?

-Me da rabia por esa parte, porque los jugadores de esta plantilla son los artífices de jugar la final y los que merecen jugarla. Pero, bueno, son cosas que pasan que no podemos controlar, porque esto ha sido muy grave y, de hecho, sigue siéndolo. Ojalá se recuperen todos y se alcance una normalidad. Alguno no podrá estar en el equipo del año que viene.

¿Nos puede tranquilizar con el tema de Odegaard?

-Yo ya dije en la Ser que si hace falta ya iba yo a buscarle a Madrid (risas). No hay más que verle, aquí es feliz. Hemos hecho que sea uno más, que se sienta uno más de la Real y que le coja ese cariño al club, y de momento, cuando hablas con él, se le ve tranquilo. Creo que está muy contento aquí y me parece que piensa que le va a venir muy bien pasar otro año en la Real. Otra cosa es que el Madrid decida que tiene sitio en su plantilla y que va a jugar mucho allí también, por lo que no quedaría otra que verle de blanco. Cruzo los dedos para que el curso que viene también le tengamos porque desde el primer día que llegó a Zubieta se le vio el talento que tiene. Es un jugadorazo y espero que podamos disfrutar de Martin el año que viene.