aixo afición txuri-urdin! Mi experiencia entre vosotros resultó breve. Más breve aún si tenemos en cuenta que me perdí un mes entero de competición al marcharme a disputar un Mundial sub-20, entre septiembre y octubre. Jugaba de delantero centro en aquella selección a priori muy prometedora, y cuyos integrantes tampoco hemos terminando alcanzando cotas muy altas. Cuidado, siempre hay excepciones que confirman la regla. Simplificándolo todo al máximo, diría que hasta cuatro de mis compañeros han desarrollado desde entonces trayectorias de primer nivel europeo. Pero en el combinado figuraron también nombres que ahora mismo os llamarían la atención. ¿De verdad este y aquel fueron internacionales? Quizás incluso yo mismo pertenezca a este segundo grupo. Qué se le va a hacer.

Cuando dejé Donostia para disputar aquel campeonato, las cosas estaban regulares por Anoeta. Cuando regresé, mientras, todo tenía mucha mejor pinta. El equipo había adquirido ya una dinámica ganadora que tardaría mucho en detenerse, y que resultó clave para terminar la temporada celebrando la consecución del objetivo. Si hoy os pidieran recitar de memoria el once tipo que conquistó aquel logro, no me incluiríais en él. Pero mi participación resultó muy alta. Jugué un total de 33 partidos de Liga y marqué cinco goles. Tres de ellos fueron sumamente importantes, pues implicaron sendas victorias por 1-0. La polivalencia que el míster vio en mí me permitió ser un recambio de garantías para paliar determinadas ausencias o suplencias: desde los toques de atención al joven compañero que apuntaba a estrella hasta las lesiones de otros dos futbolistas que padecieron problemas físicos durante el curso, pasando también por las carencias de cara a gol que sufrimos durante una etapa concreta del torneo.

No os lo he dicho. En la Real estuve cedido. Así que a nadie le extrañó que, completado aquel exitoso año, mi club de origen apostara por recuperarme. Milité en él por espacio de cuatro temporadas más, las tres primeras en la máxima categoría y otra en Segunda. Y después inicié una serie de aventuras en ligas extranjeras que continúo viviendo. Ahora compito en un torneo exótico, que me ha permitido enfrentarme a un excompañero txuri-urdin.