aixo afición txuri-urdin! Dicen y repiten aquello de que querer es poder. Y mi experiencia en la Real puede ilustrarlo perfectamente. Empezó muy mal la cosa, con un traspaso a cuya naturaleza no estabais muy acostumbrados y que llamó mucho la atención. Le siguió a aquel movimiento una temporada para olvidar, nefasta en lo individual y en lo colectivo. Y viví después una de esas cesiones que poco aportan al futbolista, al club de origen y al club de destino. Dos años después de mi aterrizaje en Donostia, me planté de nuevo en el punto de partida, con la diferencia de que ese punto de partida se encontraba entonces muy deteriorado, posiblemente inmerso en la mayor crisis de la historia del club.

Lo dicho. Querer es poder. Así que, en semejante situación, opté por no rendirme y por intentar reconquistar terreno poquito a poco. Primero me gané a mis compañeros y al técnico. Hice lo propio después con un sitio en la plantilla, de la que llegué a estar más fuera que dentro. Y el paso de los meses me convirtió finalmente en una pieza importante, circunstancia que se vería reforzada más adelante a raíz del cambio de entrenador. ¿Cuál fue el problema? Que ese refuerzo adicional que recibí gracias al nuevo míster se me volvió luego en contra cuando a él le cortaron el contrato que había suscrito. La decisión coincidió en el tiempo con el final de mi etapa como txuri-urdin. Porque, del mismo modo en que el club optó por prescindir del entrenador, decidió también no renovarme. Nunca más volví a jugar en Primera División, por lo que la txuri-urdin fue la tercera y última camiseta que defendí en la máxima categoría.

No es que me perdierais la pista a partir de entonces. Permanecí en activo por espacio de varias campañas y llegué incluso a disfrutar, en sentido literal, de una bonita experiencia muy cerca vuestro. Colgué luego las botas jugando en mi tierra, ya en un club muy modesto. Ahora, cuatro años después de la retirada, continúo ligado al mundo del fútbol. ¡Qué digo ligado! Ando metido de lleno en el lío. Porque gran parte del mundillo se ha detenido con esto de la crisis sanitaria. Pero la situación también exige adelantar trabajo para cuando el balón pueda volver a rodar. Ojalá lo haga pronto y podamos asistir a la lucha por la Champions entre mis antiguos equipos.