Lo primero, antes de nada, saludar desde este rincón a las buenas gentes de Almadén. Cuando escribes un comentario nunca sabes a dónde llega, quién lo lee y las sensaciones que trasmite. Fue el lunes pasado cuando titulaba ¡Ay madre que me lo han roto!, comienzo de la jota de esa población de la provincia de Ciudad Real. De repente, unos cuantos tuits en el artículo al tiempo que iban añadiendo más tramos de la letra. Por suerte, tras el 3-1 de anoche el cántaro sigue intacto.

Como estaba escribiendo sobre el delantero brasileño y esas cosas del querer, sonreí con uno de los añadidos: “En la mina, en la mina me salió un novio y como no me gusta me voy con otro...”. Era una frase pintiparada para aquel momento en el que a ciencia cierta olía a chamusquina. Quizás ahora también, pero queda menos para que se cierre el mercado y sepamos cuántos mochuelos se mueven de sus olivos.

Reconozco que estaba muy atento a la lista definitiva de convocados. No por morbo (que también) sino por intuir por dónde se podían mover los hilos a partir de ese momento. Quería mambo y sentí un poco de decepción, porque entre los que iban a ver el partido desde la grada estaban Willian José, Pardo, Sagnan, además de Joseba Zaldua. Por tanto, a esta hora, se deduce que todos los frentes previstos siguen abiertos.

En medio de ese popurrí de posibilidades aparecía el encuentro contra Osasuna y la posibilidad de ser equipo de cuartos de final. Imanol eligió de nuevo a Guevara como timonel del barco y a Igor Zubeldia como central para establecer cierto punto de equilibrio en una defensa con bastantes ausencias. Será difícil encontrar en el camino de la historia txuri-urdin una zaga tan joven como la que dispuso ayer el técnico oriotarra. Alex Remiro (24 años), Gorosabel (23), Le Normand (23), Zubeldia (22), Aihen Muñoz (22), un kindergarten futbolero en toda regla. Y si seguimos hasta completar el once inicial, ni te cuento, porque ninguno pasa de 23. Por tanto, el meta navarro fue el más viejo en el equipo inicial de anoche. ¡Tela! Es decir que, el entrenador confió plenamente en ellos para un partido de tanta trascendencia como el de anoche “el más importante de la temporada” en sus palabras.

Sucede además que en este formato actual de la competición a los equipos de Primera les está costando doblegar un potosí a los de categorías inferiores y las prórrogas y los penaltis se suceden. El Villarreal no sentenció al Rayo hasta el tramo final del encuentro. El Valencia, actual campeón de Copa, no pudo marcar un gol en León. Se fue a dirimir cuitas a una prórroga frente a un crecido equipo de Segunda B al que eliminó desde el punto de penalti.

No esperaba mayores facilidades con la presencia de Osasuna. Arrasate sabe más que los ratones coloraos. De entrada, tres centrales, dos laterales largos, tres comandantes generales en la zona ancha y dos puntas en alegre biribilketa. Un montadito en toda regla. Con eso le bastó media hora para complicar las cosas al juego ofensivo de los realistas que reaccionaron con un juego más veloz. En un tsunami de cinco minutos crearon tres ocasiones de gol que, por sí solas, deberían haber sentenciado la eliminatoria. En ese contexto llegó seguido el tanto de Isak, a pase divino de la muerte de Odegaard, y en la desconcentración posterior el tanto del empate de Marc Cardona, primero que encajan los realistas en la competición. Volver a empezar. En el descanso nos confirman que han acudido al partido 31.236 personas que para ser miércoles, las nueve de la noche, final de mes y San Afraates, ni tan mal.

Metidos en el costal del segundo periodo, los optimistas hablaban de la pegada txuri-urdin como argumento, mientras que los defensores de la idea contraria valoraban el espíritu de combate de los navarros. En medio de esas diatribas, otra piñata defensiva que Moncayola manda al travesaño. Poco después Martintxo sorprende y encuentra un camino para mandar el balón al fondo del portal osasunista. Antes, Imanol tiraba del libreto de Nacho Monreal para dotar de más experiencia a la zaga. Necesitaba el equipo alguien que mandara atrás y se encargara del orden de la zaga como el prefecto en las filas (cuando existían) del patio de los colegios. Quedaba media hora. Se puso a llover y llegó el tercero con los mismos protagonistas del primero, pero a balón parado en un saque de esquina. La distancia ya era considerable y solo quedaba gestionarla hasta el final. Dispuso también de minutos Aritz Elustondo, otra buena noticia para el equipo que poco a poco incorpora a jugadores que llevaban lesionados varios partidos. El público despidió a Barrenetxea con aplausos merecidos cuando le sustituyó Portu. Osasuna siguió a lo suyo. Tiró del carro Estupiñán que buscó sorprender con lanzamientos exteriores, pero el tiempo y el rival se alineaban en su contra. Mientras tanto, la gente disfrutaba a lo grande, cantando sin cesar, celebrando el pase a cuartos de final. La pena fue que el horario tardío impidiera la presencia de niños con merienda, con el bollito de pan y un lingotín de chocolate o el bocadillo de chorizo. Ahora, toca esperar al sorteo de mañana para conocer el rival y soñar con el futuro. Por ahora, misión cumplida.