la Real completó un viaje mucho más cómodo de lo que parecía a priori para llegar a Ceuta. La expedición txuri-urdin partió alrededor de las 11.45 horas desde Zubieta vía autobús oficial para desplazarse hasta Iruñea. En el vehículo también estaban Roberto Olabe y Jokin Aperribay, al que le suele gustar estar con los técnicos si lleva varios días sin estar con ellos. En otro vehículo se acercó la prensa y en otro los directivos Mikel Ubarrechena, Joseba Ibarburu, Fermín Altuna y el presidente de la Federación Guipuzcoana de Fútbol, Juan Luis Larrea. La presencia de este último se debe a que la Federación ceutí y el propio rival copero les habían organizado una cena en la que tenían previsto homenajearles y entregarles algún recuerdo. Al llegar al aeropuerto de Noain cerca de las 13.00 horas, los jugadores y los directivos pasaron con celeridad el control de acceso, mientras que Imanol y varios de los miembros de su cuerpo técnico, además del doctor Javier Barrera, lo hicieron con un poco más de premura.

El ambiente era muy bueno y distendido. Olabe se acercó a charlar con los enviados especiales de los medios de comunicación y estuvo comentando la inquietud que tenían por el mal estado del terreno de juego, aunque incidió en todo momento que lo importante era relativizar los problemas para centrarse en lo importante, que era el partido. El director de fútbol tenía muy buenas referencias del entrenador local, Romero, por el trabajo que había hecho en el equipo de Gerena, su pueblo natal, al que le comparaban con Guardiola por lo bien que trataba a la pelota. Y avisaba del peligro que tenía su delantero Cristo, que según sus palabras, era “muy estresante y nos va a dar mucha guerra”.

Los dirigentes realistas destacaban el buen trato que habían recibido por parte del club ceutí y que incluso ambos presidentes ya habían hablado un par de veces vía telefónica. En aras de ese buen entendimiento, confiaban en que regasen el campo antes del encuentro, ya que si no iba a estar muy lento.

Pese a que Imanol no ha querido entrenar en Zubieta en hierba artificial, los futbolistas estaban acostumbrados a jugar con las botas de tacos de fibra, ya que son con las que suelen ejercitarse en la hierba de sus instalaciones. Es decir, los realistas no van a estrenar unos pares nuevos esta tarde en Ceuta.

Minutos antes de las 15.00 horas y tras un plácido vuelo en un chárter personalizado con el escudo de la Real que lucían todos sus asientos, la expedición tomó tierra en Tetuán. Nada más pasar el control, el delegado Miguel Díaz pidió el pasaporte de todos los viajeros para tratar de agilizar el paso de la siempre complicada frontera Marruecos-Ceuta. Contaba con la ayuda de Juantxo Trecet, que llevaba un par de días en Ceuta junto a la nutricionista, Virginia Santiesteban y una delegada de Viajes Halcón, para tratar de solucionar todos los inconvenientes que pudiesen encontrarse en su estancia allí.

La Real recorrió los kilómetros marroquíes fuertemente escoltada, ofreciendo esa sensación de vehículos oficiales en las películas que se graban en países árabes. Al llegar a la frontera, Juantxo Trecet tomó las riendas de la operación y pese a que había largas colas de gente que quería cruzar para hacer compras en su gran mayoría, no fueron más de 20 los minutos que les estuvieron haciendo esperar. Antes de las 17.00 horas, la plantilla ya estaba descansando en sus habitaciones de su céntrico hotel antes de acudir al estadio de Alfonso Murube para completar un entrenamiento y conocer de primera mano el escenario del duelo.