Otra vez en el andén
Reactivadas sus opciones de ser séptima, la Real quiere subirse al último tren europeo ganando a un descendido Málaga y dando continuidad a la racha iniciada con Imanol
Donostia - Quién se lo iba a decir a la Real, a su plantilla y a sus aficionados, hace cosa de un mes. Lo que entonces apuntaba a un epílogo liguero tedioso, largo y aburrido, sin objetivos clasificatorios en el horizonte, se ha convertido en cuestión de cuatro partidos en una ilusionante recta final de temporada. La llama de la esperanza se ha encendido en el entorno txuri-urdin, una circunstancia que va mucho más allá de resultados y de remotas opciones europeas. La gente vuelve a identificarse con su equipo, y eso ya es mucho. Si encima llega la guinda en forma de billete continental, mejor que mejor. Pero, pese a la euforia posterior al 3-0 contra el Atlético de Madrid, toca asumir que acceder a la Europa League va a ser muy complicado, por muy bien que se sigan haciendo las cosas.
Por si acaso, la Real ha vuelto al andén, ese desde el que vio pasar trenes en su día sin poder subirse a ninguno, ese que abandonó pensando que la campaña había concluido en términos prácticos, ese que ahora vuelve a ocupar ansiosa por engancharse al último vagón del ejercicio futbolístico. La exigencia a la hora de conseguirlo resulta máxima, hasta el punto de que implica un margen de error casi nulo. Si los de Imanol Alguacil quieren disputar la próxima temporada competiciones continentales, van a tener que ganar prácticamente todos sus encuentros. Y eso pasa, como dice el tópico, por ir partido a partido, comenzando por ese bombón envenenado que se van a encontrar esta tarde en La Rosaleda.
un rival descendido No nos engañemos. A estas alturas del año, la clasificación nunca miente. El Málaga es el peor equipo de Primera. Sus números así lo acreditan. Pero nunca resulta fácil encarar partidos como el de hoy, contra un adversario cuyo descenso ya se ha certificado de forma matemática. Las iras de la afición costasoleña van más enfocadas hacia el jeque que dirige el club desde la distancia que hacia una plantilla justita pero honesta. Sus resultados han sido pésimos, pero el Málaga apenas ha recibido goleadas, y ha logrado competir en la mayoría de sus compromisos. Hoy juega su primer partido en casa tras bajar a Segunda. Lo hace liberado de cualquier tipo de presión. Y nunca se sabe cómo puede afectar esto a un equipo. Existe la posibilidad de que lo haga de forma positiva, por lo que bien haría la Real en jugar con una concentración máxima.
Estando Imanol Alguacil de por medio, sería muy raro ver hoy a un equipo txuri-urdin falto de tensión. El oriotarra ha conseguido formar un bloque sólido juegue quien juegue. Y es que sus cambios en las alineaciones, de un partido para otro, han sido una constante hasta la fecha. Por eso se antoja complicado adelantar qué once pondrá en liza, aunque es seguro que no repetirá el que venció el jueves al Atlético en Anoeta. Raúl Navas se quedó ayer en Donostia con motivo de las famosas rotaciones. Zurutuza apunta a relevar a Rubén Pardo en la medular. Y Moyá, recuperado de su lesión, opta a regresar a la titularidad. Juegue quien juegue, los puntos son innegociables.